Conectados [Especial Halloween]

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Las calabazas flotantes invadían Shibusen, como si también se disfrazase y de paso llevaran luz a cada rincón con su millar de ojos brillantes, dándole un aspecto más lúgubre al sumarse a los fogonazos intermitentes de los relámpagos que se filtraban por los ventanales de los pasillos debido a la tormenta que era ya torrencial.

Totalmente perfecta para esa noche.

Totalmente perfecta para el ambiente que se respiraba cerca del apartamento de Maka y Soul.

— ¿Tienes que ser siempre así de desagradable, incluso con una persona impedida?

—Que esa tía sea ciega no significa que no pueda ir con malas intenciones. No la conoces de nada, y se ha acercado a nosotros en plena conversación para insinuar que somos pareja, y encima nos da caramelos.

—Lo digo en serio, Soul, ¿por qué actúas así?

— ¿Así cómo? ¡Si parecía la anciana sacada del cuento de Hansel y Gretel!

Maka dio un suspiro mientras abría la puerta del apartamento y se cobijaba en su interior.

—Sólo quería divertirme esta noche, no pensar que cualquier persona que nos rodeaba podía ser sospechosa de practicar magia. Y te recuerdo que también podía verle el alma; no tenía nada extraño.

—Joder, admite al menos que daba grima y no parecía trigo limpio... —insistió el chico, desprendiéndose de un orbe azul que los había seguido con un manotazo y cerrando la puerta de entrada tras su compañera.

— ¿Y tú, para qué fuiste a la fiesta si no tenías intención de disfrutar en absoluto?

Maka se detuvo en medio de la sala de estar para encararlo, entretanto se quitaba el collarín blanco del disfraz y lo tiraba al suelo de malas maneras. Soul hizo el mismo gesto con su corbata.

—Quizás hubieras preferido que me quedase, y así bailar con Kid toda la noche sin nadie que os jodiera?

Si las miradas fuesen cuchillas, los dos estarían sangrando.

— ¡Ahí quería llegar! ¿Qué es lo que te pasa? ¡Solamente ha sido un maldito baile! ¡Y es Kid! ¿Por qué te pones...?

—No me pongo de ninguna manera —la cortó Soul, rojo de ira, apretando los puños a ambos costados del cuerpo. Si pudiera destrozar las paredes en ése momento, lo haría—. Pero la próxima vez, intenta no ir con un modelito que sugiera que se te acerquen tanto. Has tenido suerte que fuese Kid y no otro.

— ¿Insinúas que soy una fresca? ¡Era una fiesta de disfraces!

—Insinúo que no siempre voy a estar ahí para protegerte.

— ¿Y quién te lo ha pedido, imbécil?

Maka chillaba, se le cristalizaban los ojos, soportando las lágrimas agolpadas. Soul todavía no podía creer la testarudez de su compañera. Si era tan tremendamente lista, ¿por qué no leía entre líneas?

—Bah, déjalo. Siempre estás a la defensiva...

Soul la dejó con la palabra en la boca, pese a que también se sintiera fatal tanto por la discusión como por la situación en general. Se encerró en su habitación de un portazo y resopló, cansado. ¡Malditos sentimientos! Ella le importaba más de lo que creía, desde hacía mucho tiempo. ¿Por qué demonios no lo veía? Se quitó los zapatos y chaqueta, poniendo esta última sobre la cama, y comentó a desabrocharse la camisa, justo en el instante en que el caramelo se deshizo en su boca. Y en el botón número tres, la vista se le nubló. Sacudió la cabeza, tratando de volver a enfocar para desabotonar el resto, pero se mareó el doble.