Joke

HallowersarioKiriasu

Temas: "Noche a oscuras" "Broma pesada"

Halloween

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El fuerte viento provocó que las ramas del árbol vecino chocarán contra la ventana. Ese hecho hizo que la joven entre sus brazos diera un pequeño brinco. Trató de no reír, pues si lo hacía, estaba seguro que la señorita olvidaría su miedo y se enfocaría en golpearlo. Algo que no estaba mal, pues tras llevar varios minutos en esa posición, se le antojó iniciar algo más íntimo y una mini pelea podría ser el inicio de uno de esos bellos momentos.

Tras pensarlo de mejor manera y, escuchando el clima no dar tregua, prefirió acariciar la espalda de su novia. Delicados toques que iniciaron a calmarla.

Eran casi las diez y aún no conciliaron el sueño. Quizá se debía a que estuvieron comiendo pastel de calabaza y bebiendo chocolate gran parte de la noche. ¡Vaya forma de pasar Halloween!

Si bien él no era fan de esa festividad, Asuna lo era menos. Ella le temía a ese día, no solo eran fantasmas, la bella subcomandante le aterrorizaba más que espectros. No sé atrevió a preguntar si era un trauma en su niñez o solo las supersticiones de ese día.

Una parte de él agradecía eso, pues si no, en ese momento estaría de mal humor en una ridícula fiesta de disfraces, organizada por Klein, en el Dicey Café. Todos sus amigos insistieron que fueran, algo que en conjunto negaron. Nadie del grupo sabía del pequeño problema de Asuna-san, además como su novio debía apoyarla. Pero más que apoyo no quería lidiar con los sarcásticos comentarios de Liz sobre su ridículo disfraz o ser el aguafiestas.

Le pareció mejor pasar ese día en la residencia de su novia, fue conveniente que los padres de esta salieran a Kyoto por negocios y de paso asistir a una reunión familiar, a la cual Asuna se negó a asistir. De ahí tuvieron la excusa perfecta para frenar la insistencia de la herrera y el samurái.

Luego de rendirse y aceptar que no lograrían hacerlos cambiar de opinión; los comentarios de burla hacia ellos no tardaron en darse. Al parecer todos creían que en realidad solo querían disfrutar de la juventud y saciar sus alocadas hormonas.

Lo que no sabían era que estaba muy lejos de la realidad, no sería una noche de pasión. Esa la tuvieron en su aniversario...

—Kirito-kun ¿sigues despierto?

No supo en qué momento dejó de mover su mano. Tan enfrascado en sus pensamientos de aquella inolvidable noche estaba que Asuna lo creyó dormido.

—Sigo aquí —susurró. Afuera, el viento se volvió más violento, varías gotas decoraron el vidrio de la ventana.

—No puedo dormir —confesó Asuna enterrando la cara en el pecho del joven—, no estoy del todo cómoda.

—No aparecerá ningún fantasma.

Ante su broma, recibió un torpe golpe que le sacó una carcajada. Le encantaba verla enfadada.

—Lo siento, no pude evitarlo —no recibió respuesta, en verdad ofendió a su novia—, ¿qué tal si te cuento una historia?

Asuna dejó escapar un suspiro.

—Está bien, será lindo escuchar a Kirito-kun.

Se acomodó más a él. Eso le agradó al joven que aún creía oportuno hacerse de un par de besos y llevarlo a algo más profundo. Con la presencia de sus amigos eran pocos los momentos de intimidad entre ellos.