Capitulo 10

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—¿Estás bien? —preguntó Kakashi luego de manipular la memoria de la tercera chica entregada a su clan.

Beka negó con la cabeza. Ni siquiera había pasado un mes de que la idiota de Beha abriera la boca y ella ya había perdido a tres de sus cuatro amadas hermanas. Además de su madre que, enfrentándose a las ancianas, había perdido la vida.

Pero ahora "El Clan" ya no existía. La alianza Shinobi se había encargado de que cada chico y chica, y cada mujer y hombre en esa guarida recibieran una aldea, un empleo y oportunidades luego de usar un jutsu de borrado de memoria en todos ellos.

» ¿Estás preocupada por Beha? —cuestionó Kakashi intentando que su hija hiciera otra cosa que morderse con tanta fuerza los labios.

La peliplata volvió a negar con la cabeza.

No estaba preocupada por ella, Beka sabía bien en qué terminaría lo de Beha. No había milagro posible que la salvara, así que no tenía caso preocuparse de algo de lo que ni siquiera podría ocuparse llegado el momento.

Beka estaba triste, tan triste como nunca se había sentido. A pesar de que todas habían perdido todo, el resto no lo recordaba. Chika, Sachi y Nyoko porque les borraron la memoria, y Beha porque moriría.

» Puedo borrar tu memoria también —ofreció el peliplata pensando en darle una buena historia para que pudiera seguir adelante sin esa sombra de pesar adornándole el rostro.

—No es necesario —aseguró la chica llorando—. Si no lo recuerdo yo, ¿de qué habrá servido lo que hicimos y fuimos? Aunque nadie más lo recuerde, fuimos un gran clan, uno que no quiero olvidar jamás.

Las lágrimas en los ojos de la chica H no se hicieron esperar, rodaron empapándole las mejillas y esos labios temblorosos.

Todo había terminado ya, y todo había salido bien, pero aun así se sentía devastada y destruida, justo como había terminado su pequeño clan, ese que tanto amó y que ya no existía.

» ¿Puedo pedirte un favor? —preguntó Beka luego de tranquilizarse un poco. Kakashi asintió—. Bórrale la memora a Beha, has por favor que ella no recuerde el clan, ni tampoco a mí.

—¿Por qué no? —cuestionó el hombre intrigado—, ¿por qué no quieres que te recuerde también a ti?

—Porque no lo necesitará. Ella no necesita recordar a alguien que no estará más en su vida.

—¿A qué te refieres con eso?, ¿vas a desaparecer?, ¿vas a abandonarla también?

—Puede que sea así, aún no lo sé. Pero si podemos acabar con todo antes de que todo acabe con nosotros, creo que deberíamos hacerlo. Kakashi, yo me siento mal porque no pude proteger mi clan, ¿cómo crees que se siente ella que causó que el clan fuera destruido?

—¿Crees que fue su culpa? —preguntó el peliplata un poco angustiado, no le gustaba nada la idea de que sus hijas se odiaran entre ellas.

—Sé que ella lo cree así —respondió Beka—, así que haz lo que te pido. Por favor.


DIEZ MESES DESPUÉS

—Pensé que no volverías a parecer por aquí —dijo el peliplata entre molesto y emocionado. 

La chica que aparecía frente a sus ojos había desaparecido diez meses atrás luego de pedir un absurdo favor.

—Bueno, una última vez no debería estar de más —soltó Beka y su padre la miró asustado.

Tres meses atrás había perdido Beha, que murió dando a luz a Shinki. No quería tener que perder para siempre a esa que, aunque se esforzó mucho, no logró encontrar en tanto tiempo.

—¿De qué estás hablando? —preguntó el preocupado Hokage.

—Kakashi, ¿puedes hacerme un favor? —cuestionó la chica y el mencionado no tuvo tiempo de negarse o pedir la explicación que la chica le dio—...

» Sabes, siempre lo pensé, que yo nací para proteger. Pero ahora nadie necesita que yo lo proteja, por eso no es necesario que yo esté aquí.

—¡No digas tonterías!

—No son tonterías. Dime, ¿quién crees que es más necesario en este mundo, Beha o yo?

Kakashi no supo qué responder, era obvio que jamás elegiría a una hija sobre otra; y, si lo tuviera que hacer, era más que obvio que elegiría a la viva sobre la difunta.

» Creo que es Beha —respondió la peliplata a su propia pregunta—. En Sunagakure hay un hombre que llora por ella, aquí hay otro... además, ese niño no tiene una madre.

—¿Y tu hija? —cuestionó Kakashi sorprendiendo un poco a Beka, pero ella ni siquiera necesitaba pensarlo, esa respuesta estaba clara en su cabeza.

—Ese es mi favor —dijo la chica—. Si, por alguna razón, Sakura no es capaz de amar a mi hija y de hacerla feliz, que te juro no lo creo, pues sé cuánto quiere tener un bebé en casa; promete que la llevarás con Beha. Sé que ella hará todo lo que sea para que mi hija sea feliz.

—Beha está muerta, Beka —recordó el peliplata.

—No lo está —refutó la peliplata—, Beha no está muerta aún; su conciencia está dormida dentro de mi cuerpo, solo debo dejarle paso y ella vivirá en mi lugar.

—¿Qué? —cuestionó el Hokage luego de tragar la saliva que le atragantó al escuchar a su hija decir lo que dijo.

—Siempre estuvimos conectadas, así que no fue difícil mantener su alma conmigo. Pero no podemos vivir ambas en un cuerpo por demasiado tiempo. Ella desaparecerá si no la despierto y, cuando la despierte, yo no tendré un lugar.

» Kakashi, yo no tengo un lugar en este mundo. Mi lugar era con mamá, junto al clan; y ya ninguno de los dos están, así que ¿por qué sigo aquí?, ¿por qué tengo que sufrir tanto cuando podría estar descansando en paz?

Los ojos de Beka se cristalizaron, y el dolor de cabeza le hizo cerrar los ojos empujando las lágrimas hacia afuera.

Kakashi, con el corazón oprimido, dolido de ver como su amada Beka no soportaba más el peso de la vida que le había tocado vivir, no pudo más que prometer que lo haría, que velaría por la felicidad de esa niña que, tal como a sus hijas, no le estaría permitido llamar familia.

La peliplata agradeció la promesa. Estaba cansada, estaba tan herida que no conseguía recuperar las fuerzas que el dolor le drenaba. Por eso, de verdad agradecida por perder ese enorme peso que a su corazón le producía la inquietud de no tener la certeza de que su hija estaría bien, sonrió y se despidió de su amado padre para regalarle una vida de felicidad a su amada hermana, acabando con su profunda tristeza a cambio. 


—FIN—



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Sí, fin. Pero no sufran más de lo debido, queda el extra para curar un poco nuestros corazones.

Gracias por leer. Besos, hermosuras!!!

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