Hace unos días me había quedado solo. Todos habían salido, inclusive Kisame. Por primera vez en mucho tiempo, la guarida estaba desierta, y yo me sentía magnífico. Estaba aburrido de las constantes peleas sobre arte de Sasori y Deidara, el egocentrismo de Hidan y la molesta voz de Tobi.
Había estado todo el día sin nada que hacer, ya había comido, me había duchado e inclusive ordené un poco el desastre de la sala de estar. Mis compañeros podían llegar a ser demasiado desordenados si se lo proponían y con la ausencia de Konan, esto parecía un verdadero chiquero.
Me dejé caer en mi cama, acomodé los brazos bajo mi cabeza y miré el techo. Suspiré y giré sobre mi cuerpo. Estaba demasiado aburrido y no tenía ganas de salir a entrenar. Dos días solo había sido mi límite, así que, sin más, creé un clon de sombra, con la esperanza de que así podría pasar el rato.
Una versión idéntica a mí, se encontraba parado al lado de la cama. Lo miré fijamente, era como estar frente a un espejo. Sabía que era guapo, pero verme, como si de otra persona se tratase era otra cosa.
Hacía mucho que nadie me tocaba, ¿y si satisfacía un poco mis necesidades? ¿Acaso sería demasiado pervertido? Miré con un deje de diversión a mi clon y este captó la indirecta en seguida. Una sonrisa ladina se pintó en sus labios y con parsimonia comenzó a desvestirse frente a mí. Quizás fuera demasiado narcisista, pero me estaba endureciendo de sólo verlo, verme así, frente a mí, completamente desnudo.
Sin decir nada, comencé a retirar mi ropa con lentitud. La sonrisa del clon aumentó y se acercó suavemente a mí, casi con sigilo. Una de sus manos se posicionó a lado de mi cadera y la otra quitó la liga que anudaba mi cabello, dejándolo suelto sobre mi pecho. Podía ver la lujuria en los ojos de mi igual, de mí. El clon se inclinó un poco más y su erección rozó la mía, un jadeo de iguales proporciones escapó de los labios de ambos y vi como sus mejillas se encendían, mientras sus pestañas bajaban para cubrir sus ojos negros.
Alargué el brazo y toqué su hombro, descendí por su espalda y enterré mis uñas en la carne que rodeaba sus omóplatos, jadeó y rió. De un rápido movimiento se dejó caer sobre mi cuerpo, haciéndome suspirar de gusto y su miembro se escabulló a través de mi trasero, chocando el glande sobre mi ano. Jadeé de gusto. Nunca había tenido una experiencia con ningún hombre e imaginarme haciéndolo conmigo mismo me hizo querer más, llegar hasta el final. Abrí las piernas y dejé que su cuerpo descansara completamente sobre el mío.
La boca del clon se precipitó a mis labios, abrí los ojos asombrado, pero enseguida me relajé y me dejé hacer. Abrí la boca con gusto y dejé que introdujera su lengua en una danza demasiado húmeda. Mi erección dolía, apenas si me había tocado y ya quería terminar. Descendí mis manos a través de su espalda y llegué hasta sus glúteos, apreté con saña regocijándome de los gemidos de gusto que salían de mi igual y se acallaban con el roce de nuestras bocas, el choque de nuestros dientes y la humedad de nuestra lengua.
Se separó de mí y bajó su boca hasta mi cuello, elevé mis manos y tapé mis ojos mientras me dejaba hacer por mi mismo. Gemidos un poco vergonzosos salían de mí mientras su lengua descendía con lentitud de mi cuello a mis clavículas y de ahí a mis pezones. Agarré con fuerza la ropa de mi cama y giré la cabeza escondiéndola en la almohada, sabía que estaba solo, pero igualmente acallé los gemidos lo que más pude.
La lengua del otro Itachi descendió por mis abdominales, delineando los músculos y cuando llegó al inicio de mi masculinidad, los ojos se me pusieron en blanco, para cuando tomó mi pene con su cálida mano yo ya estaba berreando, con la frente sudada, los ojos cerrados y la boca abierta de par en par.
Sentí la calidez de su lengua abarcando mi glande y mi espalda se arqueó. ¡Mierda! Primera vez que experimentaba el sexo oral y me lo estaba haciendo yo.
Chupó, succionó y delineó con velocidad toda mi longitud, con una mano sostenía la base de mi pene y con la otra acariciaba mis testículos, yo ya sentía que no podía más. Aumentó la velocidad sobre mi hombría y comenzaron los espasmos, sentía mi cuerpo vibrar y supe que faltaba poco, pero no me quité ni el tampoco lo hizo. Bajó la cabeza un par de veces más y exploté en su boca. Mi clon levantó la cabeza, y me sonrió mientras tragaba toda mi semilla, en sus labios aún quedaba la evidencia de su reciente acto; sacó la lengua y recogió la mancha blanca para también tragársela. Dejé caer la cabeza hacia atrás ¡Ostia! ¿Era normal excitarse con la imagen de ti mismo tragando semen, tu propio semen? ¡Diablos! ¡No lo sé! Pero yo estaba demasiado caliente y con muchísimas ganas de seguir como para ponerme a pensar en la moralidad de mis actos.
Sus dedos subieron hasta mi boca, la abrí para él y los ensalivé bien. Luego mi clon los bajó hasta mi entrada y comenzó a dilatarme. No negaré que al principio me dolió y fui incómodo, pero a medida que mis paredes fueron cediendo y el resto de sus dedos se introdujeron comencé a sentir placer. Para cuando tenía cuatro dedos dentro de mi recto, yo estaba mordiendo mis labios y gimiendo como una nena.
Sin meditarlo más, tomó su erección y se abrió paso en mi carne, fuerte y directo hasta el fondo. Con la primera estocada llegó hasta mi próstata, mi cabeza se fue hacia atrás, más aún si es que era posible, y gemí con ganas. Había tenido experiencias con algunas mujeres en las posadas en las que alguna vez nos quedamos, pero esto era mil veces mejor.
Mi clon, comenzó a penetrarme con fuerza, rápido, mientras gemíamos al unísono. Subí mis manos hasta mi cabello y me aferré con fuerza de él. Abrí más mis piernas para que tuviera mayor acceso a mi cuerpo, él me tomó por las corvas, se irguió y llegó aún más profundo.
Estaba sudado, cansado, mi corazón iba a mil por horas y no veía posibilidad de que él fuera a terminar, pero yo, ya estaba llegando de nuevo al orgasmo. Un gemido gutural y fuerte salió de mi pecho, mientras me vaciaba con fuerza sobre mi abdomen. Itachi siguió bombeando mi entrada.
- ¡Por favor! – Rogué, había quedado demasiado delicado luego del segundo orgasmo y no estaba seguro si pudiera soportar, siquiera un tercero.
-Aún me falta – Me respondió con la voz entrecortada y el ceño fruncido mientras aumentaba la velocidad. ¡Diablos!
Algunos minutos después, y yo a portas de mi tercer orgasmo, mi otro yo comenzó a correrse dentro de mí, un par de penetraciones más y un chorro salió de mí, mientras me deshacía en gemidos.
Mi clon se dejó de caer exhausto sobre mí y segundos después se desvaneció en una nube de humo. Todas las experiencias vividas por él llegaron precipitadamente a mí y un gemido descomunal dejó mis labios, mientras mi cuerpo aumentaba los espasmos. Me dejé caer hacía atrás y mi erección vibró, ya seca, pero reclamando por no poder desahogarse.
¡Demonios! Aquello fue la mejor experiencia de mi vida. Suspiré y me quedé quieto tratando de regular mi respiración. Definitivamente volvería a repetirlo.
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¡Hooola! Aquí yo de nuevo, con otra historia retorcida y pervertida xD. Me llegó la idea en la noche y no me aguanté a publicarla.
Quiero agradecer a la hermosa @acidimpxrfxction por la bellísima portada, la amé demasiado ❤. Gracias también, hermana, por apoyarme e impulsarme a que mi mente siga pensando en escribir estas cosas JAJAJA.
Muchas gracias por leer.
Voten por fa y comenten para saber qué les parece.
Besos sin COVID ❤
Silbermond.
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CLON DE SOMBRA [ITASASUITA]
FanfictionQuizás crear un clon de sombra para satisfacer tus necesidades sea algo demasiado retorcido, pero para Itachi, quien se encontraba completamente solo y bastante aburrido no le causó mayores inconvenientes. ¿Qué pasaría si luego de que aquel juego se...