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Ambos llegaban a la comisaría, Volkov estaba tan nervioso que incluso bajaban un par de gotas de sudor por su frente

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Ambos llegaban a la comisaría, Volkov estaba tan nervioso que incluso bajaban un par de gotas de sudor por su frente. Antes de bajar se fijó por la ventana del auto dándose cuenta de que Conway ya estaba en la puerta trasera, volvió a fijarse por la ventana y al no ver a nadie salió del auto, se acercó a la puerta trasera y la abrió para luego sacar al pequeño del interior, lo tomó en brazos y comenzó a caminar cerrando las puertas del auto. Caminó tan rápido como pudo hasta donde se encontraba Conway, este le miraba serio, aunque en el interior se sentía sorprendido de que el frío ruso tuviera un pequeño desde hacía un tiempo.

Después de que el peligris llegara a su lugar ambos comenzaron a caminar hasta el despacho de este con todo el cuidado del mundo para que nadie los viera. A medio camino Conway se detuvo y le indicó al ruso que siguiera hasta llegar al despacho, le hizo caso y siguió caminando hasta llegar, verificó si no había nadie y luego entró cerrando la puerta de paso, se acercó a un sofá para dejar al pequeño acostado. Pasaron un par de minutos cuando Conway ya estaba entrando a la habitación, este cerró con seguro antes de acercarse a  el ruso y propinarle un golpe en el rostro, el contrario tocó esa zona con dolor antes de ver a su amigo. 

—¿Qué cojones?¿Qué mierda hace?—Siguió tocando la zona afectada mientras daba algunos quejidos por el dolor.

—¿Cómo mierda se te ocurre ocultarme algo tan importante como eso anormal? Estamos en una situación mala para el CNP y tú no ocultas algo, sabes que así no podemos confiar en ti.—Dijo apuntando y pegando su dedo índice a su pecho. Realmente estaba enojado.

—Entiendo eso, pero no quería meterlo en peligro, ¿Qué clase de padre sería? Me importa el CNP, pero me importa más mi hijo.

—Pero pudiste decirnos, ¿Ahora como mierda crees que vamos a confiar en ti? Es que eres un anormal.

—Mire yo...—

—¿Papi?

Ambos hombres dirigieron su vista al pequeño, quien se tallaba su ojo izquierdo aún medio dormido.

—¿Si Iván?¿Tienes hambre?—Le preguntó mientras se acercaba hacia él con una sonrisa no muy notoria.

—Sí...¿Quién es ese hombre feo?—Dijo el pequeño inocente y dejando de tallar su ojo, mientras tanto Volkov intentó no reír y Conway miró con enojo a ambos.

—¿Puede cuidarlo en lo que le compro algo?—El ruso miró a su superior casi rogándole. El contrarió asintió al mismo tiempo que dejaba escapar un suspiro cansado.—Dijo el peligris saliendo de la oficina.

El pequeño se le quedó mirando hasta que conway le dedicó una mirada que, a su parecer, era aterradora, por lo que decidió mirar a sus alrededores, vio varias cosas que le parecieron aburridas, realmente para él todo era aburrido. Volvió a mirar al hombre que ahora se encontraba sentado en una silla enfrente de un computador, parecía que aquel hombre de cabellos casi grises estaba haciendo algo importante y aburrido, sin mucho interés miró sus zapatos algo gastados por correr en la tierra de la antigua casa en la que estuvo viviendo desde que apenas tenía algo de memoria. Pronto se escucharon algunos pasos desde afuera y un par de golpes en la puerta tras el llamado de alguien para pasar, al ser obvio que no era Volkov caminó rápidamente hasta el niño, le tomó de la mano y lo llevó hasta el escritorio haciendo que se sentará en donde no pudieran verlo.

𝓢𝓲𝓷 𝓽𝓮𝓻𝓶𝓲𝓷𝓪𝓻 ˢⁱⁿ ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃʳ||¿ᴘ ᴀ ᴅ ʀ ᴇ  ꜱ ᴏ ʟ ᴛ ᴇ ʀ ᴏ ?||Volkacio AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora