One night stand

639 62 36
                                    

   La primera vez que vio a Itachi abordo del automóvil de su dobe, quedó flechado cuál adolescente de secundaría en sus mejores años. Si algo le atrae al rubio explosivo, son los hombres serios de pocas palabras y gestos, altos, de cabellera oscura y larga. Uchiha Itachi contaba con todo el paquete, y más encantos venían incluido entre más lo conoce. Eso de hacerse el rogar, el importante, hacía que Deidara no se diera por vencido. Un capricho comenzaba a nacer dentro del de ojos azules por el de ojos negros. Sabe muy poco de su crush, lo poco que ha recaudado por sus redes sociales y lo que le ha dicho su amiguis, lo empujaron por hacer su primera movida: enviar solicitud a Facebook, y seguirle por todas sus redes sociales, descargar unas cuantas fotos personales, e informarse por los gustos y la manera de ser de este. Nunca pensó que ese día que fue a comprar una hamburguesa se sacaría doble premio en la cajita feliz. Lo que resto de la tarde se propuso por hacerle saber a Itachi, cuánto quería conocerlo a fondo, o mejor dicho, que él lo penetrará a fondo, ahora ahí se encuentra, apretando los dientes para no gritar lo delicioso que se siente que se lo coma en la madrugada, se aferra a la cabecera de su cama matrimonial con ambas manos separadas, en cuatro con las piernas abiertas y el culo parado, para dar un exquisito panorama de su cuerpo varonil en semejante posición. Su larga cabellera rubia balancea cada vez que siente el miembro de buen tamaño de Itachi entra a un ritmo violento.

El pene que succionnó y chupo, hasta que el paladar de su boca se cansó de tanto mamar, de rodillas, mientras veía a su fantasía remover su camiseta de manga larga, lo dejó satisfecho por aquel sabor salado del fluido que arrojó dentro de su boca. El suculento festín aún no terminaba, recién comenzaba el Uchiha. Deidara, se llevó una pequeña sorpresita, pues el papi no era muy delgado como se veía con ropa, unos abdominales marcados, un pecho resaltaba jodidamente irresistible con sus pezones despiertos, un sendero ligero de vello púbico azabache mostrando el camino al falo, lo sorprendió. Y sí, un beso morboso sabor a cerveza y fluidos del mismo, lo enloqueció, a tal punto que se desnudó fugazmente y se tumbó en la cama boca arriba con las piernas en el aire, para mostrar su blanquecina ano depilado. Itachi, al ver ese jugoso recto palpitando de excitación por ser profanado, se montó en la cama de rodillas y tomó los chamorros torneados con fuerza para acomodarse entre las piernas, acto seguido, frotó su falo en salivado por ese pequeño agujero mientras el rubio se hacía cargo de abrir un preservativo extra delgado. Como niño experto en poner un globito, logró su objetivo, y de premio fue embestido con rigor.

Le dolía, pero le encantaba ver a ese hombre bellísimo de cabellos lisos azabache, tomarlo sin cuidado. Los sonidos que dejaba escapar el rubio, eran un tanto exagerados, que Itachi se vio obligado a follarle la boca para callarlo. Se inclinó hacia adelante, abriendo más las piernas depiladas del rubio, cosa que hizo a ese estrecho agujero extender y ajustarse mejor al pedazo de carne que lo taladra, acto seguido, le dieron duro hasta que eyacula entre los estómagos varoniles.

Deidara supuso que iban a descansar un poco, antes de la segunda ronda, pero se equivocó, pues Itachi tenía la intención de eyacular por segunda vez dentro de ese culo bien lavado. Lo puso en cuatro de una manera rápida, dándole de nalgadas, haciendo la piel tornarse rojiza, y una vez en posición como se mencionó al principio, el rubio recibió la cogida de su vida. Su estrecho ano quedó lleno de leche recién ordeñada y las nalgas rojas de nalgadas. Una vez más supuso que ahí había quedado la ronda, pero no fue así, su fantasía quería su miembro rechinando de limpió antes de tumbarse en la cama a descansar.

—Ahora me dejas el pene brillante, si no lo haces te voy a follar con la lata de cerveza...

La amenaza del ojeroso sonó tan realista con su voz seria y gélida, que Deidara, con el culo profanado, fue directamente a lamer ese pene y todo el fluido que ambos dejaron atrás, mientras Itachi se acomodaba boca arriba en la cama a ver el buena trabajo del rubio.

Mi esposo, mi amante y mi puta YAOI [Terminada/ ANTI ROMÁNTICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora