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7. La final

El tiempo pasó de manera rápida para la joven pareja. Sin darse cuenta, ya llevaban casi dos meses dandose besos a escabullidas por la noche y en la mañana o cuando se encontraban por casualidad en el baño. Mick no tenía duda al respecto de una cosa; quería a Keith como no había querido a nadie. Podría ser que haya salido con varias personas, tanto hombres como mujeres, pero Keith era algo completamente distinto. Estaba enamorado, y le costaba un poco asimilarlo. Nunca pensó encontrar el amor a tan corta edad, siempre creyó que era algo que ocurría cuando ya tenía los años suficientes como para casarse. Mas Keith cambió esa idea en él, y le hizo dar cuenta que no necesitaba tener x edad para enamorarse de manera perdida de una persona.

En cuanto Richards; creía que Mick había sido una especie de milagro. Justo cuando pensaba que sería su peor año en la secundaria, apareció él, y dio su mundo vuelta. Lo hizo experimentar cosas nuevas y únicas. Por fin alguien lo hacía sentir especial de una manera romántica, y agradecería infinitamente a Jagger por eso. Al hacerlo sentir de esa manera, comenzó a valorarse un poco más a sí mismo, cayendo en los cumplimos que le decía Mick. No es que se le haya subido el ego o algo por el estilo, simplemente se sentía más conforme consigo. Y amaba eso. Amaba a Mick. Se tenía que aguantar las ganas de acercarse a él en los recreos, como en los primeros meses, apoyar su cabeza en el hombro de él, y sentir como Michael hacía mimos en sus manos.

Todo marchaba de maravilla, y eso era innegable. A pesar de verse, relativamente, poco tiempo en el día, esos momentos eran especiales, y los atesoraban en sus corazones con un cariño enorme. Ambos James notaban la diferencia en Keith, y les alegraba que por fin se sintiese así. Casi nunca su mente le jugaba malas pasadas con su toc, sonreía muy seguido y hasta charlaba más de lo normal. Ellos también estaban agredecidos con Mick por esto.

Como dije al principio, el tiempo pasó. Y al equipo de fútbol le iba cada vez mejor. Habían entrado en la final, y sabían que tenían posibilidades muy grandes de ganar más que de perder. Esto implicaba que Michael entrenase más y que llegase cansado a la habitación por la noche. Keith le solía preguntar cómo le había ido, sentandose a su lado o sobre su regazo, Mick le contaba con una sonrisa en rostro con más mínimo detalles sobre el entrenamiento, con una expresión algo cansada. Richards presentía que estaba haciendo más esfuerzo de lo normal, pero prefería no decirle nada al respecto, tampoco es que él supiese mucho sobre fútbol.

Y la final llegó. En medio del año, en época de exámenes igualmente. Así que la mente de Jagger no tenía ni un segundo para descansar; fútbol, examen, fútbol, examen. Y esto todo el bendito día. Lo único que lo remediaba era pasar las noches abrazado a Keith, y que, al despertar, pudiese darle un beso de buenos días. La cosa es que en la final tampoco fueron locales, y la escuela, nuevamente, viajó hacia otra ciudad. Esta vez, hacia la mismísima Londres. Jugarían contra el campeón invicto desde hace tres años, y eso causaba un poco de temor en los jóvenes deportistas. Y Mick, como buen capitán -ya que si, ahora era capitán-, les animaba diciendoles que era su oportunidad de ganar, y que sonaba imposible que perdieran.

El viaje a Londres fue una completa conmoción para la escuela, era algo tan genial para la mayoría de los muchachos. Y en especial para Keith y Jim, que no estarian todo el tiempo con la institución pero llegarian para el partido. Podrian ya no aguantar el deporte por el escándalo que armaban sus compañeros, pero no iban a perderse la final, allí estaría Mick y merecía su apoyo. Así que nomás llegar, se dirigieron a las calles de Londres, a observar las vidrieras y la gente ir y venir.

-¿Me crees si te digo que es mi primera vez en Londres?-Le preguntó Keith mientras se acercaba a apreciar, arrastrado por Jim, la vidriera de una libreria. Morrison dirigió su mirada a Richards.

Under the Bridge ;; Glimmer TwinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora