Capítulo 3. "Estoy listo"

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     Alemania, 22 de febrero del 2015.

     Marco.

- ¿Por qué no podemos acompañarte? – Ian golpea la pared con una pelota.

- Porque son mi plan de contingencia – respondo, ajustando mis zapatos –. Rixo sabe que estoy unido a Andros Schawartaski, pero desconoce mi amistad íntima con los Giordano y los Tremblay.

- ¿Cómo estás seguro de que él no sabe que somos mejores amigos? – Ian voltea a verme – Siempre estamos juntos, es algo obvio.

- Claramente, sabe de la existencia de Dominic Tremblay, cualquier mafioso europeo sabe quién es el comandante de Inglaterra. Además, el apellido Giordano es bastante conocido en esta zona del continente, obviamente sabe quién es Alessandro Giordano – me levanto de la cama –. Por otro lado, Rico siempre se mete en problemas. Todos en Europa deben conocer el nombre de Rico Giordano, hijo mayor de Alessandro y el chico más problemático del continente.

- No seas exagerado – bufa –. Todos me conocen por la manera en la que resuelvo mis problemas.

- Si, bueno...– Ian rasca su cabeza – eres bastante severo a la hora de cumplir sentencias.

- No sean dramáticos – voltea los ojos.

- Es cierto – confirmo –. Nunca te detienes a meditar tus opciones, siempre exterminas tus problemas sin analizar bien el caso. Eres un chico problemático – Rico exhala y frunce el ceño mientras continúa leyendo su libro: "Cirugía avanzada II".

- Como sea – es lo único que dice antes de ignorarnos por completo.

- El punto del asunto es que papá no está al tanto de la vida de cada uno. Necesitará hacer una investigación pequeña para descubrir nuestra amistad – aplico loción en mi cuerpo –. Mi padre solo quiere conquistar Alemania.

- Y lo está logrando – Rico lanza una pelota en la espalda a Ian – ¡Auch! – se queja – No quiero verte llorar cuando te rompa un brazo – sus facciones se endurecen.

- Silencio – Rico lo calla.

- ¿Pero qué demonios te pasa? – Ian lo enfrenta.

- Está molesto – respondo –. Demon le envió información sobre los principales sospechosos de los sabotajes en Italia. Al parecer los Ferrec se están tomando la molestia de perjudicar las ventas de drogas de su mafia.

- Cállate, Marco – Rico cierra el libro molesto.

- ¿Por qué no me habías dicho nada? – Ian se cruza de brazos – ¿Los Ferrec no son franceses? ¿Por qué un francés quiere sabotear nuestro mercado?

- Gracias – Rico me observa disgustado. Encojo mis hombros y le sonrío inocente –. ¿Cuántas veces debo repetirte que no te involucraré en la mafia, Ian?

- No seas dramático – se lanza en la cama y toma el libro de Rico –. Mi único trabajo es falsificar documentos e inspeccionar las mercancías – parece leer el libro –. Damián me involucra más en la vida ilegal que tú.

- ¿Él hizo qué? – Rico toma el libro de las manos de su hermano – ¿Has puesto tu vida en riesgo? – Ian sonríe despreocupado. Se levanta de un salto y masajea los brazos de Rico.

- Cálmate un poco – hace un ligero masaje en sus hombros –. Estás estresado todo el tiempo, lleno de tensión y de mal humor – palmea su mejilla –. Mi vida corre peligro desde que salí del útero de nuestra hermosa madre – besa sonoramente su mejilla –. Quieras o no ya estoy envuelto en esto.

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