Wonderland

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¿Esto es real?

La constante pregunta rondando su mente, la pregunta que le lleva a mover sus ojos de la boca llena de palabras desagradable de Mr. Wong hasta las inquietas piernas de Lee Taeyong. Todos sumergidos en ansiedad, en aburrimiento, en la interminable lucha por retirarse los vestuarios e irse. Hace frío.

El reloj de manecillas en la pared frente a él parecía más grande de lo normal, el sonido se esfumó, no escuchaba las voces. Tick-tack, tick-tack, las manillas tienen un ruido desquiciante, tan desquiciante como la manera en que Hendery come papas con la boca abierta y le importa un carajo.

Tan cerca, tan lejos, tan en el medio.

Van solo cuarenta y cinco minutos, aún faltan otros cuarenta y cinco más. No sabe cómo le hará, no sabe si podrá soportar aquello, no sabe si al menos puede seguir demostrando que no está infinitamente aburrido con aquellas conversaciones vagas, huecas y totalmente fuera de su interés.

¿Qué has escuchado? ¿Qué viste?

No, no se está volviendo loco. Está muy seguro de haber observado una sombra blanca correr desde atrás del sofá hasta el librero, ¿o a caso es que su aburrimiento le ha jugado una mala broma? Podría ser, quizá solo busca distraerse de todo aquello. Pero vuelve a ver por el rabillo del ojo esa sombra moverse, en dicha ocasión hacia la cocina y muerto de curiosidad y al mismo tiempo seguro de lo que vio se pone de pie.

—Debo ir al baño.

Va por el pasillo que da a un baño y a la cocina, entra con cuidado y observa en la semi iluminada habitación en busca de aquello que ha llamado su atención. Gira a ver en dirección al refrigerador y es cuando lo ve salir, la misma sombra ha ido por la puerta del perro hacia el patio, ¿será prudente? Abre la puerta trasera, sus zapatos negros pisan con cuidado sobre el césped lleno de o hojas secas, el aire frío de la puesta de sol se cuela bajo su corto vestido azul y agradece que sus medias sean largas y le cubran piden las pantorrillas.

Es un largo, largo camino.

Camina por el jardín mientras sólo escucha el sonido de las hojas moverse con el aire y sus pies aplastando las mismas. Está seguro de ver aquella sombra correr hacia los árboles y siendo más rápido llega allí, pero nada encuentra detrás de aquel árbol y solo puede ver más y más hojas apiladas.

—Te estaba buscando, mi querido Ten.

Es sorpresivo oír aquella voz pero la conoce así que sin rechistar se gira y le ve ahí parado junto al árbol, escondiéndose un poco con la sombra del mismo.

—Oh, Doyoung, me has asustado. Ha sido tanto tiempo el que he esperado para volver a verte.

Sonriente camina hasta el hombre alto de cabellos blancos y facciones que te recordaban a un conejo, y era obvio que lo hacían ya que el hombrecillo delgado tiene un par de orejas largas y blancas en su cabeza y un esponjoso ratito en el final de su columna.

—Mi querido Doyoung, tus siempre esponjosas orejas son gratas de ver, pero parece que has perdido peso y eso no está del todo bien.

—Tonterias, solo he perdido pelo. El pelo me hace ver esponjado.

Ambos se ríen un poco y se miran, toman sus manos felices por el encuentro que han tenido y simplemente suspira el conejo.

—Ten no parece Ten, ha dejado los pantalones y ahora usa un vestido.

—Es un disfraz, debemos hacer una obra teatral.

—Ten parece Alice, nuestra Alice. La Alice que estuvo antes de nuestro Ten.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2020 ⏰

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We're All Mad Here [JohnTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora