Intermedio VI

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- ¿Cuánto cobras?

- ¿Eh? - la voz de Otabek le obligó a salir de su encierro mental.

Se detuvieron en una esquina donde paraban los taxis. A pesar del comentario extraño, el semblante del mayor seguía imperturbable, poco quedaba de ese rostro afligido con el que había salido del interrogatorio.

- Sé que cobras por sexo, dime cuánto, vamos a mi departamento, te pagaré lo que pidas, luego te llevaré hasta tu casa.

Yuri tardó un poco en hilar las ideas y comprender lo que le pedía, pero su enojo llegó mucho antes que el entendimiento como una explosión, que le coloreó el rostro en un instante. Quiso gritarle, patearle y mandarlo al demonio.

- 4000 rublos. - respondió después de un tiempo sintiéndose estúpido. Ni siquiera tuvo el valor de mirarlo después de ello y prefirió vigilar una pequeña hoja en el pavimento.

- Bien, te pagaré. - El kazajo alzó una mano y paró un taxi el cual ambos abordaron en silencio.

Todo el trayecto y el tráfico sirvieron para que el rubio se pateara mentalmente por su decisión, incluso consideró tirarse del auto en movimiento pero al parecer el conductor había tenido en cuenta la idea y había puesto los seguros para niños, por lo que simplemente pudo recargar su cabeza en la ventana mientras veía los edificios pasar.

Otabek tampoco parecía interesado en presenciar su congoja, se veía más ocupado tecleando palabras en su teléfono, nuevamente corroboró que el semblante del mayor era mucho mejor que el que había tenido en todo el transcurso del día ¿Era, tal vez, la idea de follar la que le había devuelto el color a sus pálidas mejillas?

Nuevamente Yuri resopló molesto con la idea de ser llamado por el nombre de la novia muerta de su ex mejor amigo, al menos tendría algo de dinero al salir y podía fingir que obtuvo su paga del mes con su abuelo, no estaría mal comprar un poco de carne para los piroshkis caseros de su abuelo, aunque ello signifique tener que invitar algunos a la familia Altin con la que ya no era muy cercano.

¿Yuri podría negarse a tener sexo con Otabek? No faltaba mucho para llegar pero la idea se le vino a la mente, estaba seguro que el kazajo nunca lo obligaría... o al menos no el que solía ser su mejor amigo. Del tipo que tenía en frente poco podía fiarse.

- ¿Cómo te sientes? Ya sabes... por lo de Val ¿Estás mejor? Es una mierda que tengas que ir a declarar o ser un sospechoso.

- No quiero hablar de eso, Yura.

- Uhm... - se quedó callado, más que todo por el impacto de escuchar de nuevo ese apodo por segunda vez en el día ¿Lo llamaría así en la cama? Aunque Otabek no era de hablar demasiado.... - ¿Tú crees que Pichit lo hizo? - habló luego de un momento de silencio entre ambos.

- No.

Fue la única respuesta que obtuvo de su parte. suspiró sin querer, aliviado, sintiéndose ridículamente emocionado, olvidando por un momento el dolor de sus muñecas abiertas y el de su corazón que seguramente volverían a romper esa tarde.

Se dio cuenta que había estado divagando la mayor parte del tiempo cuando el taxi se estacionó en la puerta del departamento del kazajo. Para ese momento su ansiedad se había incrementado en un 200% llegando a hacer que una fina capa de sudor frío se forme en su frente. Para cuando quiso negarse fervientemente y correr en dirección opuesta ya estaba dentro del ascensor que tanto conocía, pero la comodidad con la que lo recordaba se había desvanecido por completo.

Caminaron juntos por el pasillo rumbo a la puerta correcta, aunque ya había hecho eso cientos de veces, simplemente se sentía un extraño en ese lugar, el pasillo se le hizo más corto que de costumbre y aún no estaba mentalmente listo cuando llegaron a la puerta del departamento.

Simon Says [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora