Ésta soy yo (parte 1)

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Pov Líon:



Es de madrugada, muchos ya fueron a sus piezas a dormir por el cansancio, pero yo sigo en el bar del club esperando a que Serena vuelva. 

Cuando ella se fue, muchos se juntaron en grupos a hablar y pude ver que había quienes aceptaron rápido el tema y la perdonaron enseguida, pues entendieron sus motivos y su forma de actuar, incluso escuché que varios decían que, de haber estado en su lugar, habrían hecho exactamente lo mismo. Hasta había quienes se echaban la culpa a ellos, diciendo que ella no tenía por qué hacerse cargo de lo que pasó cuando, nosotros que lo conocíamos más, no habíamos notado nada, básicamente me daban la razón.  En cambio, otros estaban indecisos, pues el sentimiento de traición y de haber sido engañados, era muy fuerte y, a pesar de que la entendían (o quizás no), eso no cambiaba lo vivido. 

En su momento, salvo al parecer Black, todos le tenían afecto y, el resultado del tiempo que duró la identidad falsa, fue un golpe duro que, muy probablemente, cueste bastante superar. Lo único que espero es que su hermano no esté en éste grupo y sí en el primero. Por el bien de mi nena, realmente quiero darle mi voto de confianza a Jhonatan. Espero que lo valga.

Y ahora heme aquí, ansioso por verla y saber qué fue lo que pasó, que me cuente cómo le fue con su mellizo y que (ojalá) sea algo positivo, que pueda ver la felicidad y el alivio en sus ojos. Ruego porque sea así, realmente se lo merece después de todo lo que pasó y su sacrificio. 

Y antes de que me termine mi trago, lo escucho: un motor, ronco y potente como solo puede ser una bestia de las nuestras, y automáticamente me pongo de pie para ir hacia el garaje. Alcanzo a ver a un par de los hermanos de los DN abriendo el pesado portón de metal en el momento justo para que un luminoso faro frontal nos enceguezca momentáneamente, y que, cuando pasa ese instante, lo que puedo ver me deja sorprendido de forma grata. 

No es solo Serena quien está sobre el asiento de la bestia, no, alguien la abraza por detrás y no es otro que Jhonatan, dejándome asombrado por lo que eso puede implicar. En cuanto ambos se bajan, ella me observa y, tal como esperaba, puedo ver que lo que trae son buenas noticias, aunque noto que algo más le preocupa. Ya descubriré luego qué es cuando la lleve al cuarto y estemos a solas, ahora solo quiero abrazarla y hablar sobre cómo se dará lo de mañana, porque no la dejaré hacer esto sola. 

Franki me dijo lo que va a pasar y la razón por la cual la llamó para que volviera, por lo que obviamente no la dejaré sola, estoy más que de acuerdo con lo que quiere hacer. No puedo siquiera imaginar la ira que sintió al saber de esto, porque la conozco y sé que odia el maltrato animal. Mucho menos puedo evitar imaginar si Satanás formara parte de algo así y solo aumenta mi enojo.

Mi nena se acerca y la abrazo tal y como quería, notándola mucho más relajada, que sus hombros ya no están tan rígidos, sus rasgos más tranquilos, incluso sus iris de diamante tienen un brillo diferente. 

-¿Debo asumir que todo salió como esperabas?

-Sí... o por lo menos casi todo. 

-Ya me dirás cuando estemos en tu pieza, ahora hay otra cosa que requiere nuestra atención. 

-Sí, ya sé. Voy a ver a Franki, ¿venís conmigo?

-Andá yendo que yo te alcanzo, voy a decirle a uno de los chicos que lleve a Jhonatan a una de las piezas. El rubio te espera, así que adelantante, no lo dejes colgado, es importante.

-Está bien, te lo agradezco. Te veo en la iglesia. 

Con un beso en sus labios, la dejo ir y la observo alejarse antes de volver hacia mi cuñado. Lo atrapo justo sacándose el chaleco y me acerco a él, porque hay algo que quiero saber. En cuanto nota mi presencia, se da vuelta hacia mí y sonríe.

La Reencarnación de Pandora (Serie Veneno sobre ruedas II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora