Zayn se despertó al escuchar el pito de la tetera de la cocina, el agua estaba hirviéndose. Tenía mucho frío, no quería levantarse aún. Vio la hora en el reloj de la mesa de noche, las siete y treinta. A pesar de que todavía podía dormir un poco más, prefirió levantarse de la cama antes de que la flojera le gane.Bajó al primer piso de la casa y caminó hasta la cocina, encontrando a Ryan preparando el desayuno como de costumbre. Sintió el rico olor de los huevos revueltos con jamón y orégano, y vio los vasos de jugo de naranja sobre la mesa.
—Buenos días, dormilón. —dijo Ryan al ver a su esposo entrando a la cocina, tallándose los ojos. Se acercó a él y besó su mejilla. —Siéntate.
—Buenos días. —sonrió y tomó asiento en su lugar habitual de la mesa.
—Espero que hayas recuperado tus energías.
Zayn se sonrojó. —Lo siento, ayer estaba muy cansado.
—No te preocupes, hoy en la noche te cobraré lo que me debes.
El moreno fingió una sonrisa y tomó un sorbo de su vaso de jugo mientras recordaba lo sucedido con su esposo la noche anterior. Éste había querido hacer el amor con él en cuanto llegaron a casa, sin embargo, Zayn se negó rotundamente, resistiéndose a las caricias y besos de Ryan. Le había mentido diciéndole que se encontraba cansado, cuando la verdad era que no tenía ganas ni siquiera de que lo abracen.
No después de haber visto a Liam.
Después de haber desayunado juntos, Ryan se dirigió a su consultorio. Tenía varios pacientes por atender aquella mañana, y más le valía llegar temprano. Se despidió de Zayn con un beso cariñoso y salió de casa.
El moreno, luego de lavar el servicio, subió a su habitación nuevamente para hacer la cama y tomar una ducha. Se sentía como ido, perplejo... No tenía ganas de hacer nada, a pesar de que tenía muchos pendientes.
Suspiró, irritado. Aprovechando que estaba solo, se dirigió a la habitación que funcionaba como su estudio privado. Abrió la puerta del closet y sacó una pequeña caja en donde guardaba sus objetos personales, de los cuales ni siquiera Ryan tenía acceso a ver.
Al abrir la caja de cartón, se encontró con su pasado. Fotografías de su infancia, juguetes de colección, el anuario de la secundaria... Y el pequeño oso polar que Liam le regaló diez años atrás. Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y lo tomó en sus manos. Observó el objeto y lo acarició con las yemas de sus dedos, recordando el preciso momento en el que el castaño se lo obsequió.
Guardó las cosas nuevamente en la caja y la metió en el closet. Se levantó del suelo y salió del estudio, cerrando la puerta. Ya era momento de irse a trabajar, si es que no quería cometer alguna estupidez. Cogió las llaves de su auto y guardó sus cosas en una mochila, para luego salir de casa.
Lo que pasó con Zayn durante esos diez años, fue totalmente distinto a lo que vivió Liam. Mientras que el castaño se divertía en alguna fiesta de Nueva York y se llevaba a alguien nuevo a su cama, el moreno la pasaba realmente mal, por lo menos hasta que cumplió los veinte años de edad.
Luego de que sus padres lo hayan separado de Liam a la fuerza, Zayn pasó los últimos dos años de la secundaria en un colegio privado de Bradford. Habían contratado a un chofer que lo llevaba y lo recogía de allí, y también habían colocado cámaras de seguridad adentro de la casa, para asegurarse de que Liam no se apareciera por ahí.
No supo más de Liam luego de haber regresado de Italia. ¿Y cómo no? Si sus padres prácticamente lo tuvieron amenazado todo el tiempo. Tuvo que cambiar su número telefónico, su dirección de correo electrónico y todo lo demás en donde Liam pudiera encontrarlo. Era seguir las órdenes o irse a un internado en Suiza, incomunicado hasta cumplir la mayoría de edad.
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Yo te elijo a ti (ZIAM)
JugendliteraturSinopsis: Un fugaz amor de verano durante su adolescencia, marca la vida de Liam para siempre. A pesar de saber que probablemente, nunca más lo vería, no perdía las esperanzas en que la vida los junte de nuevo a él y a ese hermoso muchacho... Zayn. ...