Halloween

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Halloween era una fecha donde los niños se disfrazaban y salían a pedir dulces, lo cual era totalmente normal, pero no de un grupo de adolescentes asesinas las cuales estaban en una academia para asesinar a un objetivo por un premio.

Nio como siempre las había citado en el salón especial para darles una conferencia en la cual les indicaría una nueva regla del juego y era que el día 31 de octubre tendrían que ir a pedir dulces en pareja y llenar una calabacita de plástico que ella les daría.

Todas estaban incrédulas ante tal petición, se les haría ridículo que ya casi siendo unas adultas a alguien se le ocurriera que salieran a hacer ese tipo de cosas, pero antes de que se negaran Nio les dijo que era parte de las festividades escolares y que, además les darían un premio sorpresa a quien llevara más dulces en su calabaza.

Eso había sido la noche anterior, ahora estaban en un salón donde había trajes que se podían probar y para escoger como vestirían esa noche, todas ya se estaban probando su atuendo menos Otoya que estaba indecisa.

Se acercó a todas las cajas, pero nada le convencía, suspiró con tristeza, ¿Cómo iba a poder causar tanto miedo que le entregaran los dulces sin oponer resistencia? Nio, se dio cuenta del pesar de Otoya y se acercó.

– ¡¿Qué pasa-ssu?! Takechi-san tienes que arreglarte, ya falta poco para que salgan – dijo con una sonrisa y una pose muy de idol, pero la pelimorada solo la miró por unos segundos y volvió a suspirar.

– Con un disfraz como esos a lo único que puedo aspirar es a dar risa – dijo irónica y se levantó de donde estaba y gritó – ¡necesito un disfraz que pueda dar miedo! ¡Quiero ver sus encantadores rostros de terror! – dijo sonriendo de manera tétrica.

– Pero Takechi, ya con esa sonrisa y con un par de tijeras ya no necesitas disfraz – dijo Isuke ganándose la risa de las demás y el enojo de Otoya.

– ¡Lo dice la que ira con alguien vestida de perro callejero! – dijo la pelimorada aguantándose la risa, cosa que no pudieron hacer las demás y con esto haciendo enojar a Isuke.

– Ara~ al parecer alguien quiere ir disfrazada de cadáver– dijo sonriendo peligrosamente mientras se acercaba hacia Otoya, quien la esperaba con una sonrisa, pero se vio frenada por un brazo fuerte que no era otro que el de Haruki.

– Vamos Isuke-sama, no caigas en las provocaciones de Takechi – y sonrió – le da envidia que yo si tenga mi disfraz de lobo y ella no – Otoya iba a proferir otra palabra, pero también sintió que la tomaban del brazo, que no era otra que Nio.

– Chicas no peleen, es tiempo de divertirse, ya tendrán tiempo para este tipo de cosas – dijo sonriendo y mirando peligrosamente a Otoya, que sintió escalofríos como cada que esa chica la miraba fijamente.

Se zafó de su brazo y caminó hacia la salida del salón más molesta que antes, ella no se pondría una cosa ridícula como esas, ella encontraría un mejor disfraz y las haría morirse de miedo de verdad.

Sonrió, les daría un susto de muerte.

– No entiendo porque Takechi-san se enojó tanto...– dijo Haru mientras tenía unas vendas en sus manos, ella sería una momia.

– No le hagas caso, Ichinose, mejor apúrate para que acabemos con esta tontería – dijo la heredera Azuma.

– ¡Si, Haru-chan! ¡Deben apurarse para entregarme sus dulces, quiero comer muchos dulces! – dijo Nio colgándose del brazo de Haru mientras Tokaku emitía un pequeño gruñido, haciendo que la rubia soltara a Haru y sonriera nerviosamente.

– Por cierto, ¿Nio-chan cuál es tu disfraz? – dijo Haru mirando a las cajas.

– Debe ser de tiburón, ¿no es así? Digo por los dientes...– intervino Hitsugi sonriendo, haciendo que las demás se rieran y haciendo enojar a Nio, pero no le quería dar el gusto de verla enojada.

Akuma no HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora