Capítulo 4

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-¿Puedo hacerte el amor?.- Realmente era un caballero, estaba pidiendo permiso para poder tenerme esta noche.

-Yo... yo quiero hacer el amor contigo.- Tire de su camisa para traerlo hacia mi. Nuestros labios se encontraron de nuevo, iniciaron una nueva danza junto con nuestras lenguas.

Las prendas cayeron una a una al suelo, y cuando por fin estábamos desnudos comenzamos a explorarnos.

Sus manos eran fuertes y mucho más grandes que las mías, pero mi cuerpo las sentía tan bien, cada contacto era una chispa. En algún momento me alzo, me sentó en sus piernas, podía sentir como lo estaba volviendo loco.

-Eres tan hermosa, tu piel es tan sedosa, suave...- No sé si eran las palabras bonitas que me hacían flotar en el aire o el simple hecho de que todo él me hacía sentir así.

-Tú también eres muy hermoso.- No lo decía solo por su piel morena clara o por sus músculos, lo decía porque realmente me estaba llegando al corazón su comportamiento delicado hacia mí.

-Morgan...-

-Dan...-

Al entrar en mi un gemido rudo salió de su garganta, es como si no hubiera estado con una mujer desde hace algún tiempo.

Lentamente comencé a moverme.

-Cariño...- Lo mire, uno de sus dedos tocaba mis labios, lo hacía despacio. Entre abrí mis labios, lentamente comencé a chuparlo con mi lengua.

-¡Ah!.- No podía más, mi ser pedía que fuera un poco rudo. -Dan quiero ir más rápido.-

-Preciosa este ritmo está bien.-

Mis caderas desobedecieron, intensificaron sus movimientos.

-¡Demonios Morgan!.- Rápidamente me acostó en la cama, me miró a los ojos. -Yo debo ponerme un condon.- Abrió el cajón de al lado y sacó un sobre plateado, se lo colocó. Me miró antes de volver a entrar en mí. - Por favor quiero hacerte el amor lentamente hasta el amanecer.-

(****)

Al despertar sentía unos labios recorriendo mi columna vertebral, era él depositando delicados besos.

-Buenos días cariño.- Se acercó a mí oído, este fue succionado por sus labios. Me provocó un poco de cosquillas, no pude evitar reírme.

-Buenos días.- Me giré para mirarlo, su cabello despeinado y sus anteojos en su rostro le daban un aire de chico inocente, levante mi mano para acariciarlo. -¿Qué hora es?.-

-Las once de la mañana.- Abrí mis ojos como platos. -¿Sucede algo?.- Deje de tocarlo, comencé a recoger mi ropa.

-Lo siento tengo un compromiso hoy.-

-¿Es urgente?, ¿quieres que te lleve?.-

-No, no creo que sea posible.- Camine al baño, quería tomar una ducha antes de irme.

Unos minutos después salí, él ya se encontraba vestido. Me miró con algo de decepción. -Te llevaré a casa.- Sin esperar mi respuesta me dejó sola en la habitación.

Quería detenerlo y explicarle el motivo de mi salida precipitada, pero era algo privado. Con decepción en mi corazón terminé de arreglarme.

Al salir Dan ya se encontraba en la 4x4, hablaba con alguien por teléfono, al acercarme escuché que hablaba en francés. Al subir a la camioneta colgó, lo mire extraña. -¿Todo bien?.- Él suspiró.

-Si.- El auto comenzó a moverse.

Nuestro regreso fue algo incómodo, no hablamos, en mi cabeza sabía que había arruinado la chispa que teníamos anoche.

Llegamos al edificio de mi apartamento. -Gracias por todo.- Solamente podía decir eso y aunque sé que podía ser la última vez que lo viera me arriesgue y le dí un beso en la mejilla. Rápidamente salí del auto.

Mi corazón latía muy fuerte, sentía que se saldría del pecho. Estaba llegando a la puerta del edificio cuando una mano suavemente me detuvo. Al girarme era Dan.

-Yo... deseo volver a verte.- Una sonrisa se formó en mi rostro, al igual que en la de él.

-También deseo volver a verte.- Un rubor se extendía por su rostro, podía sentir que en el mío también.

-Una cena, esta noche, vengo por ti a las siete.- Me mordí el labio inferior.

-Estaré lista.- Se acercó a mí, soltó mi mano y con las suyas detuvo mi rostro, lento y dudoso acercó sus labios con los míos.

(Por Dios...)

-Adiós.- Se separó de mí para regresar al auto, con la mano derecha le dije adiós, entre al edificio.

Al entrar hice una pequeña danza. -¡No todo está perdido!.- Comencé a correr hacia las escaleras, tenía una cita médica así que tenía que estar preparada. Como una niña de cinco años jugaba al subir, mi apartamento estaba en el sexto nivel, pero para mis ánimos era como ir al nivel dos.

Después de varios minutos llegué, me acerqué a la puerta para abrirla.

-¡MORGAN BELLEMORE!.-

Las llaves cayeron al suelo por el susto que me dio ese grito. Al girarme una mujer rubia con un vestido de noche puesto me miraba de malas.

(Demonios).

-Hola Lisa.- Así es, la mujer rubia que estaba a punto de quitarme la cabeza era Lisa, mi mejor amiga.

-¿DÓNDE DEMONIOS ESTABAS?, ¿QUIÉN ERA ESE HOMBRE?, Y ¿POR QUÉ NO LLEGASTE A DORMIR A TU APARTAMENTO?.-

-Shhhh.- Le coloque mis manos en su boca, los vecinos la escucharán si continúa así. -Te contaré todo, pero no hagas un escándalo acá.-

Sus ojos solo demostraban la furia que tenía hacía mi. Su cabeza dijo sí, así que quite mis manos de ella.

-Más te vale que sea algo importante, de lo contrario no te perdonaré que durmiera acá.-

-¿Dormiste en el suelo?.- Abrí la puerta y entramos las dos.

-No, tu vecino el señor James me dejó campar en su sillón, por supuesto con el permiso de Madelan.- Mis vecinos eran dos ancianos jubilados, eran como unos padres para mí, siempre estaban al pendiente, incluso cuando me dieron mi diagnostico médico.

-Debo de agradecerles.-

-Lo harás luego.- Lisa se tiró al sillón. -Bien ahora dime quién era ese hombre.-

Suspiré, me tiré a la par de ella. -Se llama Dan.- Lisa hizo una seña para que continuara.

-¿Y?...-

-Apenas lo conocí la semana pasada.-

Lisa abrió la boca a modo de sorpresa. -Lo acabas de conocer y pasaste la noche con él.-

-Suena feo si lo dices así.-

-Mor...-

-Lisa yo... necesitaba irme de ahí y él se cruzó en mi camino, me ofreció su ayuda, fue muy atento y amable conmigo y...-

-No digas más, Matt es un idiota.-

-¿Pasó algo?.-

-No, solamente esa rubia tonta que estaba con él.- Lisa se cruzó de brazos. -Es insoportable.- Las dos nos miramos y comenzamos a reír. -Así le gustan a Matt, odiosas y plásticas.- El rostro de Lisa se volvió de preocupación. -Mor, lo siento yo...-

-No te preocupes, no me molesta.- Era cierto, por alguna extraña razón no me importaba Matt y su rubia de plástico. -Dan es diferente.- Lisa sonrió maliciosamente.

-Alguien tuvo una excelente noche.- Mi rostro se puso algo caliente, pero debía de contarle a mi mejor amiga la mágica noche que pase.

Iba a contarle mi historia cuando llamaron a la puerta.

<Is It Love? Mark> El EJECUTIVO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora