U N I C O

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DongHae llegó a la ciudad de Incheon poco más de tres años, en aquel entonces había ingresado a la universidad, algo que no fue precisamente sencillo, era su tercer intento, el último que su madre estaba dispuesta a pagar, para su suerte logro entrar en economía, al menos no había desperdiciado aquel tiempo, había logrado hacer dos cursos bastante buenos, así que estaba seguro de que podría conseguir un buen empleo para mudarse y pagar sus estudios.

Sus primeros intentos en aquel lugar fue un desastre, se había perdido en más de una ocasión, además de los constantes rechazos que llegó a sufrir porque no podía estar a tiempo completo, eso le hizo casi reconsiderar la idea de dejar sus estudios y comenzar a trabajar, pero no lo haría, le había prometido a su padre que tendría una buena carrera y su madre ya había pagado bastante como para no hacerlo.

Así que internet se volvió su mejor aliado en aquellos casos.

Había diferentes tipo de dormitorios, no quería quedarse solo en la universidad, pero tampoco con un chico raro, lo cual volvía su búsqueda un maldito desastre, uno enorme. Intento claramente evitar todo lo que parecía ser una estafa, buenos lugares a un bajo costó, no iba a dar el poco dinero que tenía solo porque si, pero era DongHae, su madre decía que no esperaba grandes cosas de él, pero sabía que se sentiría aún más decepcionada al ver qué estaba yendo a casa de un desconocido solo porque la renta que debía pagar era casi nula.

Fue una semana antes de que las clases iniciarán, siguió las indicaciones con cuidado, aquel chico le había dicho que era imposible que se perdiera, pero vamos, si se trataba de un edificio enorme, hasta él podría verlo.

Cuando hablo con HyukJae no esperaba que fuera un niño nacido en cuna de oro, tal vez se estaba adelantando a las cosas, pero dudaba que él siquiera pudiera pagar eso en su vida, también estaba la muy probable opción de que fuera una broma, pero soportar a un niño mimado contra el chico que olía a queso, la elección era bastante clara.

No se sorprendió al ver el interfón fuera, espero solo un par de minutos antes de que le dejarán entrar, solo para saber que debía esperar a que el dueño bajara, eso lo puso nervioso, no esperaba conocerlo tan pronto, así que solo se quedó de pie, tratando de que su ropa de viera lo más presentable posible ante aquí chico, brinco al escuchar el elevador llegar, pero de algún modo se sintió tonto al ver quién era.

Era un chico un poco más alto que él, llevaba un jean azul y un suéter gris, podría decir que incluso era un estudiante de preparatoria, uno demasiado alto, pero este al verlo sonrió entusiasmado mientras se acercaba a él.

— ¿Lee DongHae? Un gusto, soy HyukJae, ven, subamos, espero que te guste el lugar y aceptes. — cerro su boca tan rápido como la abrió antes de asentir para subir con él.

Su corazón latiendo más rápido al ver qué iban al último piso, ¿Podía dar media vuelta ahora? Lo dudaba un poco para ser sincero.

— ¿Puedo saber a qué vienes aquí? No aquí el edificio, la ciudad.

— Escuela, reciente entre así que necesitaba un poco de independencia, pero tal vez no la conseguí como quería, tengo que vivir con alguien más por un tiempo.

— Podrías considerarlo un triunfo si sales de casa de tus padres, lo demás son problemas técnicos. — tapó su boca para no reír por eso.

No fue necesario que dijera algo, el elevador se detuvo y ambos salieron, lo siguió por el pasillo esperando a que pusiera su clave antes de entrar, se quitó los zapatos antes de ir a la sala, quedandose en silencio al ver el enorme lugar, no bromeaba con ello, eran dos malditos pisos juntos, eso era un sueño, uno muy bueno ¿Debía dar su alma por ese lugar? Lo aceptaría sin duda alguna.

¿Daddy? || HaeHyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora