Prólogo

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(Claudia)

Estaba parada en frente a la puerta pensando si debería seguir y tocarla o irme de allí. Quizás lo mejor era volver a la casa junto a mis hijos, que no querían quedarse con mi madre, y olvidar la fiesta. Hay un nervosismo tan grande en encontrar personas que hace mucho no las ve. ¿Cómo estarán? ¿Que han hecho de sus vidas? Con excepción a Fer, mi mejor amiga, no sabía nada de nadie. Bueno, en realidad sabia un poco de Olivia.

Olivia Bordonada. Me volví fan de la excepcional periodista en que se convirtió, pero la verdad es que no pensé que algún día volvería a verla. Y ahora estoy aquí, parada en frente a su puerta. Toqué la campaña, que pronto fue abierta por ella.

Claudia: ¡Oli, que gusto verte! - La llame por el apodo que tendría la costumbre utilizar cuando éramos jóvenes.

Olivia: ¿Tienes el valor de decirme 'Oli' después de tanto tiempo sin hablarme? Que bárbara. - Ríe. ¡Pero tú sigues la misma, no cambiaste nada! ¡Estás igualita!

Claudia: Tú, ¿verdad? Sigues guapísima como siempre. - Chasqueó la lengua y nos quedamos mirándonos. - ¿Puedo pasar?

Olivia: ¡Claro, perdón! ¡Pasa! - Subimos las escaleras mientras ella agarraba mi chaqueta y mi bolsa.

Claudia: Yo tuve un imprevisto y me atrasé un poco. ¿Ya llegaron todos?

Olivia: Si, incluyendo Regina. - Suelta una carcajada por la cara que hago. Regina era una compañera que en la prepa nadie la soportaba - Ya sé, pero estaba en la lista.

Claudia: Bueno - Digo todavía riendo.

Olivia: Que bueno que estás aquí. ¡De verdad! - reposó su mano en mis hombros. - Pasa, estás en casa.

(Olivia)

No podía creer que la estaba viendo después de tanto tiempo. Tenía una copa de vino en la mano, y mientras hablábamos con otras personas, nuestras miradas siempre se cruzaban. Me sentía de nuevo con 16 años, encantada por la belleza que tenía aquella mujer.

Ya era tarde cuando todos se fueron, le dije que también podría ir y que mañana iba a llamar alguien para encargarse de limpiar todo, pero insistió en ayudarme a recoger las cosas.

Mientras recogíamos todo, le platicaba de mi último trabajo.

Claudia: ¿Y al final, cuando sale el artículo?

Olivia: Cerca de dos semanas, en todos los medios.

Claudia: Que fuerte.

Olivia: Si, ya sé.

Claudia: Pero que valientes son, ¿eh?

Olivia: ¡Ella! ¡Que valiente ella por denunciar algo así! Yo solo transcribo lo que ella me cuenta.

Claudia: ¡Claro que no! Tu siempre te expones, tus artículos son siempre acerca de cosas potentes y incómodas. ¡Me encantan!

Olivia: Pues bueno, me lo voy a creer. - Ríe. - De hecho, el despacho de tu marido va a defender el acusador...

Claudia: ¿Qué? ¿Mi marido va a defender ese cabrón? No lo puedo creer.

Olivia: No, no. Tu marido no, su despacho. El caso, por más absurdo que parezca, lo lleva una mujer.

Claudia: Sonia Valverde.

Olivia: Si, ella. Me contactó hoy porqué quiere discutir mi publicación. - río irónicamente.

Claudia: Es socia de Lalo. Ojo con esa mujer, ¿eh? Es un tiburón. Ella y mi marido fueron amantes... Hace un chorro de años. - Toma un largo sorbo de vino - Te estoy dando una imagen terrible de mi matrimonio, ¿verdad? - No le contesto, solo sonrió. Me causaba curiosidad saber que hacía ella con este hombre, pero de ninguna manera la iba a juzgar, así que me limité a oír lo que compartía.

"No me separo por mis hijos" dijo como si supieras exactamente lo que yo estaba pensando.

Olivia: Pero yo no dije nada, Claudia. Eso es muy personal. Y muy respetable. Lo único que te puedo decir es que no me parece justo que vivas así, infeliz, y estoy segura de que a tus hijos tampoco les hace feliz verte así.

Claudia: Ay no, mis hijos no se dan cuenta. Yo disimulo muy bien mi desgaste. Y acabo de decir una tremenda barbaridad. – Otro sorbo de su vino. - Perdón, no sé porqué te estoy hablando eso.

Olivia: No tienes que pedirme perdón. Yo feliz que quiera compartir eso conmigo. Pero no te quedes así, no dejes que te llene el vaso. Cuando menos esperar, el vaso va a estar derramado. Y ahí ya no hay vuelta hace atrás.

Claudia: ¿Yo era así? ¿Tan cobarde?

Olivia: Cero. Siempre fue la más aventada. Creo que en lo único que no te aventaste fue en lo nuestro.

Claudia: ¿Ya ves? No supe tomar decisiones en mi vida, la neta no.

Olivia: No, eso no es verdad. Tranquila. ¿Quieres algo? ¿Un café?

Claudia: Si sí, acepto un café. Necesito bajar el vino para irme a mi casa.

Olivia: Ok, ahora lo preparo.

Seguimos platicando cerca de una hora más, hasta que se hizo muy tarde y Claudia decidió irse.

Claudia: Gracias por todo, estuvo increíble. Y gracias por escucharme.

Olivia: No necesitas agradecerme por nada. Estoy feliz por verte. Por favor, no desaparezca. - río.

Claudia: No, te prometo que no. Aún me vas a ver mucho por aquí. Bye! - Besa mi mejilla antes de cruzar la puerta rumbo al coche.




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Hola, personas! Ya tenía hace tiempo la idea de hacer una história con el piloto de Una mujer ideal y pues aquí estamos jajaja. Esa fue solo una introduccion a la história y a partir del próximo capítulo vamos a conocer más acerca de esas dos señoras. Tenganme paciencia porque yo nunca habia utilizado wattpad, soy poco letrada para eso. Pueden encontrarme en twitter como suarezfilms :)

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2020 ⏰

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