- Por favor Charles, entrega está receta al señor Gaunt, ah y si viene la señorita Moira dile que regrese mañana ya no me da tiempo de avisarle.
_ Claro Azazel, descuida yo me encargo.
Como le dijo Azazel, Moira llegó cinco minutos después, era un chica bajita, de cabello corto y negro, bonita pero sin caer en la exageración, de ojos cafés y buen cuerpo. Él la miró y le sonrió para proceder a darle el recado de Azazel, sin embargo la mujer parecía hipnotizada como todas las veces que se cruzaba con ella.
Moira Mactaggert, estudiante de enfermería estaba por culminar sus estudios, Azazel McCoy era su tutor en la elaboración de su tesis profesional, asistía dos veces por semana al consultorio privado del doctor.
La primera vez que vio a Charles, quedó realmente encantada con el varón. Y es que Charles Xavier era un joven demasiado atractivo; de lejos se notaba su educación y su fina estampa, con tan sólo sonreír derretía el corazón de cualquier mujer, y por desgracia para la azabache ella no fue la excepción.Durante semanas se esforzó por conseguir siquiera una mirada suya, pero Charles era un joven reservado, pareciera que Moira no era digna de un hombre como él.
Fue un mes después de conocerse que la señorita reunió el valor suficiente y sin pensarlo dos veces besó a Charles sin su consentimiento. Xavier, quiso alejarse de inmediato pero ante todo era un caballero, así que para no evitarle un mal sabor de boca a la dama, correspondió el beso y después de que ella pidiera disculpas, la invitó al cine.
Erik llevó sus manos a la cintura de Charles y correspondió el beso, el castaño comenzó a jugar con él cabello mojado de Erik, era un beso lento y cuando el aire comenzó a faltarles tuvieron que separarse.
_ Eso fue... increíble _ Charles aún respiraba con dificultad.
Erik no sabía que decir. ¿Sería correcto decirle que fue mejor de lo que él había soñado?
_ ¿Te sirvo un té?
Charles alzó un ceja y comenzó a reír.
_ Lo siento _ apenas y podía controlar su risa _ Te beso y me ofreces un té. ¿Enserio Erik?
_ Yo... Charles eso fue maravilloso, me encantó, todo tú me encantas. Pero no debemos tomar esto a la ligera, hay dos niños de por medio. Yo no quiero dañarte, ni a ti ni a ellos.
_ Tú... ¿No quieres a mis hijos?
_ ¡¿Qué?! Pero claro que los quiero, aunque te cueste creerlo, los amo porque son tuyos. Pero no quiero que después tú me digas que lo pensaste mejor y que no debemos estar juntos.
Erik se acercó al ojiazul y le tomó ambas manos para sentarse en el sillón de su sala, se miraron a los ojos y Charles llevó una mano a la mejilla del cobrizo.
_ Te amo Erik, no tengo dudas. Nunca antes había amado como te amo. Pienso que podemos intentar algo, pero sólo si tú quieres.
_ Yo no puedo Charles, estoy roto. Soy un monstruo, y cuando te diga lo que hice...
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Secretos del alma ❤
Ficción GeneralCharles Xavier lleva una vida tranquila al lado de sus mellizos: el pequeño Pietro y la adorable Wanda. Es un hombre viudo, sus pequeños cursan el preescolar y la llegada de cierto hombre de mirada profunda pone su vida de cabeza. Erik, el nuevo pr...