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Emiya Shirou, era un joven Japonés de 17 años. Actualmente trabajando en una tienda de electrodomésticos en Corea del sur.

Para ser 100% honestos ni el mismo sabia como habia terminado allí. Habia huido de casa hace dos años por un problema que tuvo con su padre.

Tomo el primer tren que vio sin mirar hacia atrás, de pura casualidad ese tren iba rumbo a Corea...A fin de cuentas termino viviendo en Corea del sur.

Desde ese entonces no habia tenido el más mínimo contacto con su familia en Japón, con los únicos que mantuvo contacto fue con sus hermanos mayores.

Tenia dos hermanos mayores ambos hombres, El mayor de los tres Alter y del medio Archer...

Sip, su padre era todo un pionero en cuanto a nombres

Pero nadie superaba a su Abuelo...Ese se quería coger una espada.

"Disculpé Joven..."

"¿Sucede algo señor?"

Incluso para un Japonés tenia un aspecto extravagante; Su cabello era castaño rojizo

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Incluso para un Japonés tenia un aspecto extravagante; Su cabello era castaño rojizo. y sus ojos era de un color ámbar brillante. Parecía más un Europeo que un Japonés en esencia y aspecto físico.

"¿Esta afeitadora es aprueba de agua?" Pregunto el cliente mostrando la afeitadora en sus manos

"Oh si claro, vera" Shirou tomo la afeitadora de las manos de hombre, comenzó a detallarla con calma y como se diferenciaba de una normal. "Señor personalmente no le recomiendo esta marca...En la tercera estantería ahí otra marca de afeitadoras, son más baratas que esta y tienen mejor calidad"

"¿0h enserio?" El hombre le sonrió y saco un billete de su bolsillo "No se si en esta tienda se puedan dar propinas, pero puedes quedártelo" Declaro metiendo un el billete en el bolsillo de la camisa de Shirou.

El dejo escapar un suspiro cuando vio al hombre alejarse, a donde le indico. No era la primera vez que alguien le daba una 'Propina' por ayudarlo y explicarle bien.

Que Esa afeitadora cara y de mala calidad haya sido puesta ahí no era algo nuevo, el ya conocía las malas mañas y jugarretas de su jefe.

"Son las 6:00..." Shirou gimió en voz baja mientras miraba uno de los tantos electrodomésticos con reloj integrado. "Mi turno ya acabo por hoy"

Habia tomado el tren a casa cerca de las 6: 30, en una estación cercana de su habitad de trabajo. El estar en ese tren le traía varios malos recuerdos de cuando huyo de casa hace dos años, ese mismo lo tren llevaba a Japón.

Si tenias tu pasaporte en mano y estabas dispuesto podías llegar entre 1-2 horas a Japón, no habia tanta distancia entre tantos países.

Pero de no haber sido por el matrimonio venidero de su padre, el nunca hubiera venido a Corea del Sur en circunstancias normales. Pero cuando Kiritsugu manifestó públicamente que volvería a casarse no supo bien que esperar.

Sweet GuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora