Urgencia

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El azabache permanecía shockeado fuera del bar con el traje de mesero ajustándose a su cuerpo, casi sintiendo al igual que él su respiración desenfrenada y la angustia carcomiéndole la mente. Taehyung se encontraba a su derecha, asombrado al igual que él, solo que lo disimulaba mucho más, y veía como el cuerpo pálido se movía desde la camilla a la ambulancia. Ambos estaban atónitos.

Jungkook ganó la ruleta y por alguna razón no se sentía bien, de hecho se sentía horrible saber que ahora era un maldito asesino. Lo peor es que el juego actuaba con normalidad y no armó escándalo como él pensaba por una actividad tan grave como jugar con la vida de alguien más, sino que parecían felices por ello. Realmente no lo entendía.

— Jodida suerte. —Taehyung fue el primero en romper el silencio, llamando su atención al oír y procesar sus palabras. Jungkook frunció el ceño.

— ¿Qué tiene de suerte morir? —le dijo entre dientes.

— Toda la maldita suerte del mundo. Dejar esta vida de mierda en un abrir y cerrar de ojos, eso sí que es afortunado.

— ¿Estás loco? Probablemente ella tenía familia, un esposo o esposa, una hija o... —Jungkook se detuvo a sí mismo y sintió la vergüenza porque no pensó en todas esas probabilidades a la hora de por estar tan centrado en obtener el premio que no midió su actuar. Arrebató una vida y con ella miles más.

Taehyung mordió su labio incómodo cuando vio que Jungkook parecía afectado.

— Vamos a casa. —dijo finalmente el pelirrojo.

— Creo que no quiero ir a casa. —Jungkook mantenía la mirada firme e ida al frente, todavía atontado.

— Entonces te llevaré a la mía, pero no puedes estar aquí toda la noche.

— ¿Por qué? —respondió sin pensar.

— Escucha, Jeon, estoy tratando de ser jodidamente amable y ya no soporto más. Mueve tu maldito trasero si no quieres que lo mueva por ti. —gruñó.

Taehyung tomó su muñeca con fuerza y lo alejó junto a él de la escena. La noche era fría y Jungkook solo vestía ese horrible traje de mesero, lo que provocó un gruñido en el pelirrojo y aunque se arrepentiría luego, lo envolvió en su chaqueta y chasqueó la lengua cuando Jungkook cayó en la realidad y se sorprendió. Antes de replicar, Taehyung ya se le había adelantado en diez pasos.

— No sientas lástima por mí. —le dijo el azabache una vez lo alcanzó, haciéndolo reír.

— No siento lástima por ti, no te creas tan importante.

— ¿Y entonces por qué me entregas tu chaqueta? ¿Te gusto?

— Bueno, quizás sí siento lástima. —sonrió, divertido.

— Eres un bastardo. —Jungkook rodó los ojos pero aun así sonrió después.

— ¿La conocías? —preguntó Taehyung de repente. El azabache negó. —¿Y entonces?

— Me tomó por sorpresa, eso es todo.

— Ya veo...

Taehyung no dio más vueltas al asunto y siguió caminando con ambas manos en sus bolsillos. Jungkook lo miró de reojo y después bajó la vista mientras caminaba a su mismo ritmo, todavía seguía shockeado.

— Es extraño. —comentó Taehyung, casi para sí mismo. —Siempre pareces desinteresado y frío, pero ahora luces como si conocieras de toda la vida a esa mujer y te lamentaras por ello.

— No es así. —Jungkook alzó su rostro y resopló. —Cualquiera en mi posición estaría impactado, no es normal ver a alguien morir de la nada ¿O sí?

DILL [ vkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora