Capítulo 20

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Apolo

Me desperté debido a los rayos de sol que se colaban por la ventana, me removí en la cama y estire mi brazo intentando abrazar a la hermosa chica con la que había dormido, todavía no me creía lo que paso en la noche todo fue demasiado surrealista, el coqueteo en la gala, el ataque de los italianos y el habernos acostado, en mi vida me había acostado con muchas mujeres por puro placer pero lo de anoche fue la mejor experiencia de mi vida por que aunque yo no era virgen en cierta manera lo era a la hora de hacer el amor, puesto que yo solo sabia follar como un maldito animal. Estire el brazo todo lo que pude y fruncí el ceño cuando solo sentí el colchón, abrí los ojos y estaba completamente solo en la cama y en la habitación.

Me levante de la cama, agarre mi calzoncillo que estaba tirado en el suelo como toda la ropa que nos quitamos anoche, baje por las escaleras en dirección a la cocina, me quede apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho, mirando la imagen que tenia delante, Daphne vestida únicamente con una sudadera un moño despeinado bailando y cantando Shape of you de Ed Sheeran mientras cocinaba.

No se había percatado de mi presencia, hasta que se giro mientras usaba la espátula como micrófono y no pude evitar soltar una leve risita, la cual escucho he hizo que se asustara, me miro con los ojos bien abiertos con una mano en el pecho de manera dramática.

—Joder, me cago en tus muertos, que puto susto me has dado.

—Esa boca, las princesas no dicen groserías.

—¿Tu me ves con corona y castillo idiota?

—No pero te quedarían bien.

Esta me miro rodando los ojos y se giro a seguir con lo que estaba haciendo. Me acerque y la abrace por la espada dejando un beso en su cuello el cual hizo que se estremeciera y soltara una risita.

—¿Cómo te encuentras? ¿te duele algo?

—Estoy bien sorprendentemente, creo que ya me dolió demasiado anoche pero aun así me he tomado un analgésico ya que el golpe de la cara me dolía como un jodido infierno.

—Hablando de tomarse algo, anoche no usamos condón.

—Ya ¿y?

—¿Cómo que y? no quiero ser padre a los veintiún años sinceramente, además es la primera vez que lo hago sin el.

—Me alegro por ti si quieres te compro una medalla o algo.

—Hablo enserio, tienes que tomarte la pastilla del día después.

—No me pienso tomar esa mierda.

—¿ tu plan que es, embarazarte y retenerme a tu lado por siempre?

—Pero que listo eres has descubierto mi malévolo plan, ahora enserio tu tranquilo tomo las pastillas anticonceptivas.

—Pero si eras virgen.

—Ya, otra mierda que me tengo que meter al cuerpo, aparte de problemas mentales también los tengo hormonales quien lo diría.

Cada vez que hablaba de sus problemas me cabreaba saber que habían sido culpa del imbécil de su ex, no pude evitar abrazarla más contra mu pecho de manera posesiva, empecé a dejarle besos por el cuello mientras se removía entre mis brazos. ¿Cómo había sido capaz de alejarme de ella? no volvería a hacerlo eso lo tenía claro.

—¿Tienes hambre?—Pregunto mirándome por encima del hombro.

—Si, de ti.

—Romeo se queda imbécil respecto a tus coqueteos.

Ahora bésame estúpidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora