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El cálido abrazo que me daba, siempre lo apreciaré y lo mantendré en mi frío corazón por siempre.

Yo soy una bestia... un asco.

Yo fui condenado a ser esta cosa ... yo soy un monstruo. Todos me temen, antes solía ser un hombre normal... pero ella llegó a hacerme así.

Creí que era mi maestra, mi ama, mi querida propietaria. Cuanto la apreciaba.

—Te amo, jamás dejaré que alguien le haga daño, usted es solo para mi, maestra.—

Le prometía ilusionado. Yo sentía algo extraño por ella, no estaba enamorado, jamás. Pero... sentía que era de mi propiedad, sentía alguna sensación extraña al ver su piel, su rostro, su presencia.

Donde vivíamos, uhm... era un pueblo en medio de la nada. Yo estaba oculto, ella me ocultaba para tenerme para ella sola. Esa bruja me crió... me hizo enloquecer.

Ella me tomaba el rostro y me decía:

—Tu eres mi dulce bebé... mírate~, pareces un conejito. Así, si, así, con esa bella sonrisa tuya, sigue siendo así. Me haces también feliz.—

—¿Solo somos nosotros dos?—

Le preguntaba inocentemente. Ella me abrazaba y me decía tan cálidamente:

—Por supuesto. Nadie, absolutamente nadie podrá hacerte daño...—

Un día, llegaste con alguien. Tu dijiste que solo era una visita, yo te creí. Otro día, llegaste con un gato, dijiste que era como mi hermano... yo te creí.

Pero ¿por qué? ¿Por qué  lo consientes más que a mi? Es solo un animal con pelo, ¡ni podía hablar! Yo si podía... yo era mejor que ese animal.

Te fuiste por comida... y yo en rabia, escuchando como me pediste cuidar a aquel gato horrendo... decidí matarlo. Sus maullidos se hicieron gritos, lo aplasté con una roca varias veces hasta que murió por fin, ya me tenía harto de tanto ruido. Pero, me dio miedo. No que haya matado a un ser vivo, si no que, ella se enojaría mucho conmigo, habían muy pocas  veces en las que me castigaba, y me dolía mucho.

Así que, enterré  al gato en el bosque. Y limpié todo rápidamente. No había ni un solo rastro.

—¡Perdón, se escapó el gato por accidente!—

Grité en pleno llanto falso. Ella se lo creyó y me abrazó.

—No es tu culpa mi querido...—

Pensé que por fin estaríamos juntos en paz.

Me equivoqué.

Ella comenzó a llegar con un hombre. Se veían muy felices juntos. Ella era más feliz con él... eso me destrozó, ¿qué tenía él que yo no tuviera? Ella me decía "mi niño", pero a él "mi amor".

Una noche, ella me forzó a quedarme con él en la casa. Así que aproveché. El estaba dormido por suerte. Lo empujé por la ventana del segundo piso, pero no cayó al suelo, quedó colgando, pues le había puesto una cuerda en el cuello. Lo ahorqué. Fue divertido.

Después, ella llegó. Yo estaba muy feliz, y le conté todo lo que hice, desde el gato hasta el entrometido.

—Estaremos juntos por siempre maestra~.—

Me miró con miedo... me negó, me gritó muchas cosas groseras. Eso rompió mi corazón.

—Si no quieres quedarte a mi lado... ¡prefiero comerte, así si estarás conmigo!—




La maté.

Todo era de color rojo.

La pinté de un rojo bonito. Y la comí.

Oh~, su sabor era tan delicioso. Me tardé cerca de cuatro días en comerla toda.

Un sentimiento de probar más de eso me aterraba día y noche . Así que seguido mataba para comerme sus cuerpos. Era una adición... y alguien me transformó poco a poco en esta bestia que soy. Una bestia azul... el nombre de Doyoung, no lo oía más, solo el de "monstruo".


Me encerraron en aquel establecimiento extraño, era muestra de experimentos, me hacían de todo. ¿Acaso era mi castigo por comérmela? Pero... siempre me hacían cometer actos atroces. Todas las noches, me traían a alguien... uno de esos locos de ahí. Yo los debía matar y comer. Se hizo algo común en mi naturaleza, mis dientes se hicieron filosos, me facilitó deshacer la carne fresca.

Los cuernos del demonio me crecieron... yo era su encarnación.


Un día, él llegó. Me compró la supuesta libertad. ¿Por qué? Porque me prometió tanto, y me terminó torturando... siempre caía por él. Era mi amo, no podía defraudarlo, pero no quería seguir.

—Buen trabajo, comételo.—

Me ordenó después de haber matado a aquel hombre de traje . Se veía como un hombre adinerado. Tuve que comérmelo, era delicioso.

Mi historia es triste... no creo que la historia de mis víctimas sea más triste... ellos están muertos, ya no sufren... y yo seguí vivo por años.

Fui su cuarta víctima, y a la que más le encantaba torturar. Yo siempre supe sobre su entidad maligna, ella me enseñó sobre eso. Pero lo ignoré, y pagué el precio.
Por lo menos no me trató como aquel marica, a ese si que lo abusaba hasta adentro. Pobre Chittaphon. Johnny lo forzaba a hacer tantas barbaridades, y además, él mismo lo deformó de aquella manera, sus piernas, las rodillas las tenía empujadas hasta atrás de forma inhumana, algunas personas nacían así, pero el caso del divo era algo fuera de este mundo. Él era su quinta víctima.

Luego adquirió a más personas, fuimos muchos presos en la tortura.

Todos sufrimos de aquel demente... y al final, cuando estábamos hartos de que él siguiera acabando con nosotros... decidimos hacer una revuelta, todos corríamos, y atacábamos. Pero él nos logró matar a todos sin excepción.

El último disparo fue hacia mi...



Una voz en la nada nos preguntó:

—Si pudieran cambiar su destino... ¿lo harían?—

 『𝔗𝔥𝔢 𝔒𝔯𝔦𝔤𝔦𝔫』  TƆͶDonde viven las historias. Descúbrelo ahora