La muerte [OneShot]

La Muerte

    —Es gracioso —se rio Naruto, pero se detuvo un momento para toser sangre en el trapo que Sasuke le había dado.

    Hizo una mueca cuando el Uchiha le tocó la barbilla y luego el pecho con un trapo frío.

      —¿Qué es tan gracioso? —preguntó Sasuke, mirando a Naruto con un ojo atento y crítico.

      —Siempre quise ser normal y enfermarme como todos los demás. Y la primera vez que me enfermo... es por una enfermedad que me va a matar y está causando demasiado daño como para que el Kyubi lo maneje. No ha renunciado a tratar de curarme, pero dijo que debería despedirme —dijo Naruto, cerrando los ojos, y echando de menos la cara que Sasuke había puesto.

       —Desearía ir a donde tú irás... —susurró Sasuke, frotando la mano que sostenía de Naruto.

      —¡No! Quiero que vivas tu vida al máximo y tengas muchos pequeños bastardos Uchiha para atormentar a la Aldea. Solo espero que no tengan la misma cantidad de emoción que tú —dijo Naruto con una sonrisa adolorida.

    No le gustaba la idea de Sasuke con otra persona, y no quería pero, ¿de qué otra manera Sasuke lograría su segundo objetivo? No había otra manera.

      —Naruto —comenzó Sasuke en un tono ligeramente desesperado.

      —Sasuke. Cuando me vaya, si te conviertes en un idiota suicida, ¡volveré y te perseguiré como un estúpido! Solo hay espacio para un idiota en cualquiera de tus relaciones, ¡y ese lugar lo tomo feliz ¡¿entendido?! —aclaró Naruto, apretando enojado la mano de Sasuke de una manera esperanzada, pero no dudo que le faltaba el poder que solía tener.

    Estaría agradecido si Sasuke pudiera sentir la ira en su acción, sin importar cual débil sea.

      —Bien —asintió el Uchiha a regañadientes.

    No quería que Naruto pasara sus últimos días, argumentando que él encontrará a alguien para cumplir un sueño que había abandonado hace mucho tiempo. Ya nisiquiera le importaba reconstruir el clan Uchiha. Estaba tratando de vivir su vida al máximo, y esperaba que pudiera hacerlo con Naruto a su lado, pero ahora no parecía posible.

    Naruto suspiró. Eso fue lo suficientemente bueno por ahora. Eran los momentos en los que se alegraba de no ser contagioso. En realidad, nadie más podría obtener lo que tenía, ya que fue hecho especialmente para él.

    No en la historia del hombre podría alguien o sus familiares y amigos sufrir tanto, y el estaba feliz por eso. La enfermedad era dolorosa, aunque no se lo dijo a nadie, porque solo se preocuparían más, y el no podía tener eso. Sabía que Tsunade se había dado cuenta, sin embargo, no dijo nada.

    Naruto intentó mover las piernas para deshacerse de la sensación de inquietud que atravesaba sus huesos, pero cuando no pudo, se asustó un poco. La enfermedad de movía rápido.

      —Sasuke... —susurró, aguantando la respiración. Tenía miedo de que lo hubieran dejado solo.

      —¿Si?... —Sasuke susurró. Estaba tratando de cambiar la mente de su amigo, porque honestamente no podía imaginarse con nadie más que con Naruto y mucho menos con una mujer.

      —Tengo frío. ¿Puedes apagar el aire acondicionado? ¿Y puedes cubrirme con una manta? Por favor, no puedo ir a dormir con eso encendido, y sabes que odio el frío ¿verdad? —preguntó Naruto. Sasuke parpadeó.

    Konoha estaba en medio de una ola de calor acompañada de sequía. Se dijo que esta fue la peor ola de calor de todos los tiempos. También Sasuke había apagado el aire acondicionado la noche anterior, cuando el aire se había vuelto insoportablemente frío.