CARNAVAL DÍA DE MUERTOS- CLEXA/LEXARKE

DÍA DE LOS MUERTOS

Este año, Clarke quiere ir al carnaval de Día de Muertos que se celebra en la calle Prescott, a 6 cuadras de su casa.

Antes de ir, se informó de lo que celebraban y que hacían.

Hay un árbol en medio de la calle Prescott, es un árbol de tronco alto y grueso, llenos de hojas naranjas, amarillas y cafés, debido al otoño. Debajo de él, se hace un alta para los difuntos, en donde todos los que asisten al carnaval, ofrendan algo, ya sean flores, velas, comida, dulces, pan, bebidas, cráneos de azúcar, etc.

Durante todo el día, del primero al dos de Noviembre, dejan sus ofrendas, y en la noche hay un desfile de carros alegóricos; cuando este termina pueden ir y disfrutas de las decoraciones, convivir con el resto de las personas, comprar frituras, postre, dulces y toda la comida que quieren en los negocios a los costados.

― Mamá ya me voy ― grito la rubia bajando las escales hacia la puerta principal.

―¿Tan pronto?¿No es muy temprano?― Abigail salió de la cocina, limpiando su manos en su mandil.

―En realidad no, falta media hora para que anochezca y quiero ver que hay, antes de dejar mi ofrenda. ― Clarke tomo el racimo de flores naranjas de cempasúchil de la mesita de la salida.

―De acuerdo, pero escúchame bien. No te alejes mucho del resto de la gente, no entres a los callejones oscuros, no tomes nada de ningún extraño....―

Clarke rodo los ojos con un suspiro.

―Ya lo sé mamá. Se cuidarme sola, estoy grande por si no te has dado cuenta―

―Tienes 14 mi amor― Abiagail poso su mano con cariño, en la mejilla de su hija.

―Ay mamá. Por favor déjame ir― dejo salir casi en una súplica.

―De acuerdo de acuerdo― Abigail beso la frente de Clarke y abrió la puerta para ella― No vuelvas después de las 10― su madre la señalo.

―No lo hare― Clarke sonrió con un adiós de su mano y salió calle abajo.

Había mucho aire, sus cabellos ondulaban contra el viento. Cerro su chaqueta para que el aire frio no se colara y la congelara. Camino con una gran sonrisa, su corazón latía fuerte contra su pecho. Estaba nerviosa. No sabía que le deparaba esta celebración, pero presentía que era algo bueno.

La gente que transitaba cerca de la calle Prescot, se notaba que iban al carnaval. Llevaban flores, velas, comida, otros más, pintaron sus rostros con calaveras, otros llevaban cabezas de calaveras y algunos, llevaban vestidos tradicionales y trajes. Todo parecía colorido y lleno de vida, igual que el humor en las personas.

No se lo esperaba, había mucha gente ahí, caminando de un lado al otro, disfrutando de los negocios, una charla, comida, bebidas etc. Desde donde ella estaba podía verse el gigantesco árbol, era impresionante.

Logro atravesar el rio de gente y conforme se acercaba, veía las ofrendas.

El árbol por debajo estaba cubierto de cempasúchil, en masatos, desmenuzado en pétalos o por montones , habían comida de diferentes clases, tradicionales, en trastes de barros, bebidas de chocolates, leche, café, etc. Dulces tradicionales y otros con envolturas, velas, frutas; mandarinas, manzanas, naranjas, guineos, pan de muertos, calaveras de dulces.

Todo era tan lleno de color y vida.

Cuando Clarke llego, dejo sus flores con cuidado, dentro de la cerca de fierro que rodea el árbol y la ofrenda. Mientras los dejaba, levanto la mirada a unos tres metros de ella, vio a una bella castaña, dejando pan de muerto en una canasta. El viento movió algunos de sus mechones color chocolate y la chica, los acomodo detrás de su oreja.