Único ∼

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Todo se encontraba en armonía, como el pequeño departamento de un piso

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Todo se encontraba en armonía, como el pequeño departamento de un piso. Un muchacho con una taza de chocolate caliente sobre sus manos, cobijas suaves como la seda pero tan cálidas como la gruesa lana.

Hongjoong se encontraba con la mirada perdida en algún universo, sus ojos iluminados y brillantes por la tenue fogata de la estufa. Se preguntaba si su corazón palpitante estaría en buen estado, se arrepintió y la culpa invadió sus pensamientos al darse cuenta que quizás su amado podría haberle pasado algo debido a la avallasadora tormenta. Suspiró. 

- Por favor, no tardes- Susurró para si mismo. Seonghwa no lo escucharía.

Esa noche el pequeño de cabellos azules le planteó tener una bonita noche de mimos con su gran novio, y vieran alguna serie o película como generalmente lo hacían dos o tres veces a la semana, pero ese día no tenía previsto que el clima cambiara tan drásticamente ocasionando una gran tormenta, hacía bastante tiempo que no ocurría algo así en Seúl.

Hongjoong tenía miedo de que a su hyung le haya pasado algo, Seonghwa le temía a las tormentas, incluso si no se lo había dicho directamente. él lo sabía. 

Se había dado cuenta una noche, ellos en ese entonces tenían pocos meses de relación y ese día se encontraban en la casa de Seonghwa, estaban acostados en su cama bien acurrucados entre suaves cobijas y dulces abrazos. Se desató una tormenta pero ellos no le prestaron mucha atención a esta en ese momento, estaban más concentrados en darse muchos mimos y hablas de cosas triviales, hasta que un trueno rugió entre las pesadas y oscuras nubes y que comenzaron a soltar gotas de agua que se percibían como baldes de agua cayendo en seco sobre el asfalto. 

El corpulento cuerpo de Seonghwa se había tensado al instante, sin poder controlar el pequeño tiritar de sus manos y aunque su pequeño novio le preguntó el por qué de su repentina reacción, el se excusó diciendo que era solo el frío, pero el pequeño peliazul sabía bien que no era solo eso, más no quiso darle vueltas al asunto para no incomodar a su gran novio.

Por esta razón su pierna no podía parar de moverse con pequeños y rápidos movimientos de arriba a abajo que lograban calmar un poco su ansiedad por ver llegar al grande y alto pelinegro.

Fue a la cocina a dejar la taza recién usada para lavarla, no tenía realmente algo que hacer más que esperar a su novio, aunque no podía pensar claro realmente, el miedo y la ansiedad lo carcomía, sentía que el tiempo corría muy lento. Pero el tiempo volvió a la normalidad para el peliazul y sus nervios se esfumaron cuando escucho la puerta principal abrirse y escuchar un leve y tembloroso "ya estoy en casa" por parte de Seonghwa.

Corrió a su encuentro y sin importancia alguna estiró sus brazos y salto hacía él, enrollando sus delgadas piernas en las caderas contrarias.

- Seonghwa tonto, tonto- Le reprochó escondiéndose en su cuello, su ropa estaba mojada por la lluvia y se encontraba fría, pero al de baja estatura poco le importó- ¡Estaba tan preocupado! Sentía que me iba a morir sabiendo que estabas tú afuera solito en la tormenta, tuve mucho miedo de que te pasara algo, Seonghwa- Su voz era amortiguada por el abrigo del más alto.

«Little» SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora