Dasher.
La irritante alarma sonó por quinta vez inundando la serenidad de mi habitación.
En un intento brutal por silenciarla, di mi mano contra la mesa de noche sintiendo un estimulo de dolor recorrer todo mi brazo derecho. – La puta madre, que infeliz sos, Emilia-. Me auto grité mientras me retorcía entre las sabanas por el dolor.Toda esperanza de volver dormir se había esfumado después de percibir el golpe, ya que integraba ese pequeño porcentaje de personas que una vez que abrían los ojos y se volvían consientes del momento, ya no podían volver a conciliar el sueño.
Tome mi celular que se encontraba debajo de la almohada y lo encendí. La pantalla dejaba al descubierto que eran las 11.35am, demasiado temprano para despertar en verano y más aun, para quien no tiene ni una sola obligación, más que darle de comer a su gato.
Y hablando de gatos, una vez que me esforcé por sentarme en la cama vi a Tina caminar perezosamente hacia mí, desde el pasillo.
Tina, es mi única compañera, solo ella y yo habitamos las paredes de esta casa, y para decir verdad, ambas nos parecemos demasiado.
Su pelaje es negro cual oscuridad, al igual que el mío, tenemos dos pares de faroles verdes oliva y un carácter algo desagradable para algunas personas; cosa que nos importa un pepino al igual que la mayoría de las cosas. Solo solemos renegar cuando tenemos hambre o sueño o cuando no hay cigarros, aunque eso solo sucede en mi caso.
-
La figura holgazana de mi gata se presenta a un costado de la puerta y su mirada de agotamiento ve directamente hacia mí.- En un momento, cansadora-. Respondo a su intento de que le dé su comida mientras me arrastro por el suelo de debajo de mi cama, buscando mis zapatillas.Una vez que ya me encuentro lista decido salir de mi oscura habitación y Tina comienza a caminar delante de mí, rumbo al comedor, pero se detiene a mitad del pasillo cuando nota que me he desviado directo al baño.
Mientras cepillo mis dientes escucho un quejido otra vez, a un costado de la blanca puerta.- Que ya… voy, miegda!-. Bufo con cierta dificultad por la espuma blanca que mi boca tenia a causa del dentífrico.
Enjuago mi boca y ahora sí, me dirijo a la cocina para darle su alimento.
Una vez que lo hago, comienzo a recalentar pizzas que había cenado la noche anterior, luego vierto en mi tazón favorito un poco de zumo de naranja y me siento en la cocina.Solo yo estaba ahi, dentro de las cuatro y solitarias paredes de mi cocina, disfrutando de mi “almuerzayuno”.
*/*
Podía sentir la fuerte brisa proveniente del mar chocar con mi rostro a pesar de estar cruzando plena avenida, ya que estábamos en pleno verano.
El sonido de la ciudad me molestaba demasiado, y las luces por todos lados… ni hablar.
Y a decir verdad, solo salía cuando necesitaba municiones para calmar el sentimiento de agonía que habitaba dentro de mí todo el tiempo.
-
Empuje la puerta del local con pereza y me introduje dentro de él. Olía igual que de costumbre y yo siempre me sorprendía de que la policía no descubriera los negocios sucios que se realizaban bajo ese techo con solo aspirar el aroma del ambiente.Le pedí lo de siempre a Roko, el encargado de turno y una vez que le pague salí como chispa de allí.
Porque los aromas que había absorbido alli dentro nublaron mi mente, provocando que me desconcierte y que mi adición se hiciera presente.Cruce las calles rápidamente provocando que varias personas dentro de los coches hicieran notar sus enojos con bocinazos, producto de mi imprudencia, pero me importaba un carajo.
Una vez dentro del edificio, acelere mí paso para llegar al ascensor y me introduje rápidamente. Este me llevo hasta el piso 4, donde se encontraba mi departamento y sin más, ya estaba en casa, podía disfrutar tranquila.
Decidí sentarme en la terraza para poder apreciar un poco la noche oscura que se presentaba justo encima de mí, con cientos de estrellas brillantes, a miles de kilómetros.
Saque el paquete de mi campera y, deje caer sobre mis piernas los rollos y paquetitos con una sustancia granulada de un color blanco.
Primero, posicione un poco de ella en uno de los laterales de mi mano y la aspire en un segundo, sintiendo mis fosas nasales arder pero no tanto como las primeras veces, ya me había acostumbrado a los disgustos y efectos de esta maldita adicción.No me fue suficiente la cantidad anterior así que a los pocos minutos ya he inalado todo el envoltorio, sintiendo una tranquilidad algo incomoda al saber que no es la que necesito en verdad, pero a la única que recurría porque me cerraba a las demás opciones.
Muchas personas curan sus problemas con sus familias, amigos o cosas que les apasionan, pero en mi caso, mis contratiempos se curaban con sustancias, o mejor dicho se adormecían en sustancias, porque lo que me atormentaba todas las noches no tenía solución, al igual que yo y mi vida.
“Porque nunca es tarde, y el tiempo solo se acaba cuando la vida termina”.
Recuerdo esa frase todos los días, habitaba en uno de los libros favoritos de mi padre.
Él solía leer todo el tiempo y cuando no lo hacía, escribía. Decía que la gente escribía porque el mundo no escuchaba, y esa era la única forma de hacer saber a los demás lo que uno sentía.
El maldito echo de recordarlo y de que los buenos recuerdos vuelvan a mi cabeza me pide aún más.Prendo uno de los rollos y lo llevo a mi boca. Los efectos de esté, empiezan a hacerse presentes y lo agradezco, es la única forma de olvidar todo; al menos por un instante.
A los pocos minutos no siento nada pero por la poca cordura que me queda, puedo asimilar el dolor de mi pecho cuando despierte mañana, si pudiera hacer algo para evitarlo lo haría en este momento pero es tarde, me desconcierto en el sofá y allí termina mi noche.
Hola💖
Esta historia está en camino y me parecio una buena idea que se ganara su lugar aquí 🥳
Espero les guste y, se encariñen con Dasher y Oliva, tanto como yo. 🥰💫Historia dedicada a las Agentes, en especial a una de ellas, Ailuzarayds3 por leerme siempre 💖
ESTÁS LEYENDO
°ADORMECER°
Teen Fiction¿Alguna vez has oído que, justo en el momento que la noche se pone más oscura es porque está a punto de amanecer? Porque yo sí, muchas veces. Y no solo lo oí, también pude experimentarlo; pude ver ese amanecer incansables veces, pero no basto para s...