Te vi por primera vez y me vislumbraste, te amé intensamente a pesar de mis miedos, de mis dudas, de mis años. Te amo aunque la vida nos obligó a separarnos, te amo a pesar de que nuestros cuerpos no estén unidos, ya que nuestras almas caminaran tomadas de la mano para siempre.
Tú camino fue de viajes y crecimiento, el mio fue de estabilidad y tranquilidad, aunque cada tanto desarmes mi vida por un rato, cuamdo regresas y tus ojos se cruzam con los míos. En el momento en que tu mano se funde con la mía y nuestros labios se rozan suavemente siento que vuelvo a casa, me vuelvo a sentir viva.
Desde hace seis años que nuestra relación es así y ya estoy acostumbrandome a vivir sin tí, sin tu pésimo sentido del humor y sin esa sonrisa que me derrite cada vez que la veo. Aprendí a vivir sin ti como consecuencia del destino, pero todo sigue aquí, el amor sigue intacto. Siempre mi corazón laterá ese nombre, ese nombre que odié miles de veces y que perdoné cada vez que su mano recorria mi espalda, TÚ NOMBRE.
Amo muchas cosas de tí y creo que ya las conoces como para volver a escribirtelas.
Encerrados en tu departamento fuí muy feliz, porque ahí nuestro amor era libre, no había nadie que pudiera opinar sobre nosotros.
Ningun otro hubiera conseguido que le escribiera esto pero tenía la necesidad de que lo sepas, por nuestra historia, y para que seas consciente de que siempre serás mi debilidad. Me sacaste a empujones de la vida que tenía y me mostraste un mundo completamente distinto. Gracias a ti soy la mujer que soy.
Solamente espero que nunca olvides que te espero cada vez que quieras volver y, sobre todo, que te amo, a pesar de todo.Maria Ines ♡
Releo nuevamente la carta que me dió hace un año. Un año sin vernos. Una maldición que hoy se corta...
La casa está igual que siempre, parecía no sufrir las consecuencias del paso del tiempo y ella tampoco. Me mira con esos ojos que me cautivaron desde un principio y me desarmo a sus pies.
-Hola Ojos.
-Mi amor...-Besa mi mejilla y siento la misma electricidad correr por mi cuerpo que la primera vez. La abrazo, sin pensarlo pero con necesidad de sentirla entre mis brazos-Te extrañé tanto, Alejandro.
-Te amo-Me sonrie, ¿Qué no se da cuenta que me está matando? Sin poder seguir posponiendo el momento, la beso... Vuelvo a sentirme yo mismo, a sentir que respiro.
Es como si fuera un robot que hace las cosas mecánicamente, que no tiene emociones hasta que estoy con ella. Mi vida vale la pena solo por volver a ella y que me elija.
Siento las lágrimas bajar por su rostro y me alejo para mirarla.
-¿Qué pasa Maria?-Borro con mis dedos su tristeza.
-Voy a casarme, Alejandro-El mundo se me cae y los escombros me cubren de pies a cabeza.
La boca se me seca, no puedo hablar... ¿Estoy en una pesadilla?
-¿Por... Qué?-Es lo único que me sale decir, hasta respirar duele.
-Porque Jerónimo, el hombre del que te hablé, me lo propuso y es un buen compañero, me cuida y me ofrece estabilidad.
-Pero no lo amas-La interrumpo, con la voz cortada y las lágrimas acumulandose en mis ojos.
-Ya habíamos hablado de esto.
-Pero nunca en estas condiciones, nunca que te ibas a casar, nunca que te habías puesto en pareja, ME DIJISTE QUE ERA UN AMIGO, MARIA-Grito alterado. La perdí, para siempre. Suspiro para tranquilizarme-Lo siento, Ojos, felicidades-Beso su mejilla y me encamino a la entrada. En estos momentos, morir sería menos doloroso.
-¡Alejandro!-Corre hacia mi y me detiene en la puerta-No hemos terminado, no te vayas.
-Ya no queda más que hablar, Maria, sobro en tú vida y, en estos momentos, estoy dolido. Yo siempre pelearía por tí porque no te quiero perder pero ahora no puedo.
-Nunca me vas a perder, Alejandro. ¿No te das cuenta?
-Pero yo te quiero a mi lado, María, como mi compañera de vida. Quiero despertarme y acostarme contigo, tenerte entre mis brazos. Yo estaba seguro que algún día serías mi esposa, por dejé que prácticamente me empujaras a irme, pero me equivoqué, ¿Qué quieres que te diga? Te amo y no entiendo porque la vida se empeñó en hacernos sufrir-Siento como las lágrimas corren por mi mejilla.
-Alejandro...-La abrazo.
-Mereces ser feliz, Ojos, y si a mi lado no podes serlo, espero que él no sea un idiota.
-Mi felicidad eres tú, ¿No lo entiendes? Siempre has sido tú-Fija sus hermosos ojos, vidriosos en estos momentos, en mí-Pero tienes una vida en España y yo tengo la mía aquí.
-Tenía, María, tenía-Confieso-Regresé, regresé por tí. Te lo iba a decir en otro momento pero la sitación lo amerita.
Todo pareció pasar en cámara lenta, nuestros labios se unieron para demostrar la necesidad y el amor que nos teníamos. Subimos las escaleras hasta su cuarto, mi mente está nublada, solo puedo concentrarme en ella, en nosotros. Las prendas comienzan a desaparecer, teníamos la necesidas de transmitir con nuestra piel lo que gritaba nuestra alma. Lo nuestro era una entrega total.
-¿Le había dicho ya que lo amo, señor Salas?-Niego con la cabeza, sonriendo-Te amo, Alejandro.
-Y yo a tí, Ojos, y yo a tí-Beso cortamente sus labios.
-Prométeme que es cierto lo que me dijiste y que no te irás nunca más.
-Te lo juro-Vuelvo a besarla.
-Mañana romperé mi compromiso con Jerónimo, hoy solo quiero estar entre tus brazos-Dice abrazándose más a mi.
-De aquí en adelante, para toda la vida, Ojos.
-Para toda la vida, Alejandro.
Aquí estamos, un año después, en el registro civil. No fue fácil llegar hasta aquí pero juro no dejarla ir, de ahora en más, porque yo por ella lo daría todo, porque cuando estoy con ella siento que todo tiene sentido. Firmamos y salimos, sé que soy el hombre más feliz del mundo. Toda nuestra familia y amigos está acompañandonos y están felices por nosotros.
-Te amo, Ojos, prometo hacerte feliz siempre.
-Te amo, mi amor-La beso con ternura.
Los aplausos acompañan nuestro beso pero nosotros nos encontramos en nuestra burbuja, de la que no quiero salir jamás. Tosos nos felicitan pero yo la miro a ella, me encantaría poder estar en su cabeza para saber que es lo que está pensando en estos momentos pero su sonrisa vale más que mil palabras.
La noche cae y nos encontramos a solas en nuestro cuarto.
-Nuestro vuelo sale mañana a la tarde-Le informo. Tenía tantas coaas que recorrer con ella.
-Soy feliz, Alejandro-Me abraza-Te amo.
-Nuestra primera noche como esposos-Me sonrie y yo planto un beso en su sonrisa-Te amo, Ojos.
Nuevamente le dimos paso y riendas suelta a la pasión. Amanecimos uno en brazos del otro, como van a ser todos los días que la vida nos regale.