🦘 Ritus Salvajus 🦘

978 111 179
                                    

— Hola a todos, hoy nos encontramos en una misión especial. —entre susurros el pequeño Shotaro le hablaba a la gran y moderna cámara que tenía entre sus manos. En la cámara solo se veían sus ojitos y una pequeña parte de su cabello y del sombrerito que portaba, que parecía más grande que el.

— Estamos en busca del “Ritus Salvajus ” ¡El canguro más peligroso en toda la selva!  —Shotaro había volteado la cámara hacia su menor al oírlo hablar. Este se encontraba vistiendo un traje de explorador con todo y sombrerito, mientras que entre sus manos tenía una gran red para poder atrapar a los animales que vieran—. Aunque no perderemos la oportunidad de atrapar a cualquier otro animal que veamos.

— En este momento estamos escondidos entre algunos arbustos, esperando que algún animal se acerque a la carnada que pusimos. —la cámara se vuelve a mover, esta vez enfocándose en la mitad de una barra de chocolate que se encontraba entre un montón de césped.

Los niños esperaban atentos a que algo se acercara, ya casi aburridos, cuando de repente entre las hojas y arbustos cercanos a la carnada pudieron observar algo moverse. Los dos se voltearon a ver con emoción y el mayor puso un dedito frente a sus labios, indicándole a el otro que hiciera silencio. Volvieron rápidamente su vista hacía el chocolate, al que lentamente se le iba acercando una pequeña figura.

— Es un Yangyang, dicen que es capaz de hacer molestar a cualquier otro tipo de animal. —explicó entre susurros Shotaro hacia la cámara, intentando enfocarla más hacia el niño—. Estemos atentos, casi siempre se mueven junto a los Ten hyung, ya que son de la misma especie.

El niño que no sabía que en ese momento estaba siendo espiado volteó para todos lados, intentando buscar al dueño de aquel chocolate. Al no encontrar a nadie a sus alrededores se agachó tranquilamente a tomarlo. Apenas lo tuvo entre sus gorditos deditos partió un pedazo que de inmediato se llevó a la boca, saboreando el dulce. Los dos niños que se encontraban vigilandolo se fueron acercando lentamente hacia la “criatura” mientras está estaba distraída.

— ¡Te tenemos! —grito Sungchan, atrapando al niño en la red que tenía entre sus manos. Yangyang por su parte estaba tan sorprendido que no pudo evitar soltar el chocolate, mientras un puchero se formaba en su boquita, indicando que posiblemente iba a empezar a llorar.

— ¡No llores, Yangyang! —al ver que habían asustado al pobre niño, Shotaro se acercó rápidamente a el y lo rodeo entre sus cortitos brazos, todavía con la red envolviendo al otro—. No te haremos nada. —con su adorable sonrisa de siempre el mayor empezó a quitarle la red que tenía atrapado al otro niño, todo esto bajo la mirada confundida de Sungchan. Al final tomó el chocolate que había caído al piso, dejándolo en la mano de Yangyang, que con una amplia sonrisa dejo un besito en la mejilla del otro para después salir corriendo mientras dejaba escapar pequeñas risitas.

— ¡Hyung! ¿que hizo? —reclamó Sungchan con su carita fruncida en molestia mientras veía el lugar por donde el niño había salido corriendo— ¡Dejo escapar a nuestra presa! —alzó sus brazos al cielo de manera dramática, solo para ver como su mayor dejaba escapar una risita mientras también veía hacía donde había huido su “presa”.

— No íbamos a dejar que Yangyang llorara, Sungchan —el niño se cruzo de brazos en dirección a su menor, que se paró lentamente del piso mientras en susurros repetía “no íbamos a dejar que Yangyang llorara”—. Vamos, hay muchos más animales que podemos atrapar.

— De acuerdo. —el menor olvidó rápidamente su molestia solamente para volver a su modo explorador valiente—. Y no podemos olvidar nuestra misión, ¡encontrar al Ritus Salvajus!

𝑷𝒍𝒂𝒚𝒕𝒊𝒎𝒆;; 𝑵𝑪𝑻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora