Heather me tiene harta

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Selene 15
Emily 19
Camila 42
Lauren 43

Omnisciente Pov

-¿Cómo estuvo esta semana?

-Agotadora, Lou. En el trabajo, como es fin de mes, no me dan respiro.

-Yo por ahora estoy bien, me tocó un caso de una señora que lo único que puede testificar es que mataron a su marido.

-¿Por qué?

-Me dice "mataron a mi marido". Entonces le pregunto cómo, y su respuesta es la misma. Entonces, me estan pagando por siempre escuchar la misma frase, no puedo ganar el juicio con sólo eso.

-Entiendo.

Selene y Heather habían insistido en sentarse una al lado de la otra. La castaña acariciaba la parte interna de su muslo haciéndola suspirar. Louis y Emily simplemente charlaban entre ellos. Aun mantenían su noviazgo que ya llevaban tres años.

Los adultos seguían charlando en su bola de cristal, mientras que la castaña seguía acariciando el muslo de su novia. Dió un pequeño pellizcón y la de ojos azules se removió en la silla intentando pasar disimulada. Por suerte la falda era amplia. Metió su mano entre la ropa y comenzó a acariciar su centro por arriba de su ropa interior.

Emily notó demasiado silencio entre ellas dos, se dió la vuelta y se encontró con una escena que no correspondía. Le dió un golpe en el hombro a Selene que la hizo quitar su mano de la falda de su novia. Luego de un quejido Lauren giró su cabeza cuál buho.

-¿Qué pasó?

-Nada-Respondieron al unisono.

-Ok.

-Tío Lou, voy al baño.

-Yo voy con ella, mamá-Por su cabeza se cruzó la remota posibilidad de que eso no saliera bien, pero su bebé no haría nada y ella lo sabía. O eso creía.

En el camino al baño la rubia intentó tomar la mano de Selene, sin éxito. Ella podría ser una experta en llevarla al límite, pero no era cariñosa. El único "te amo" que escuchaba salir de su boca normalmente era dirigido a su suegra, y eso no le gustaba. La rubia abrió la puerta dejándola pasar.
La apegó a la pared ni bien la puerta se cerró. Heather a veces quería tener el control, pero cuando Selene metió su lengua en su boca tomándolo nuevamente se dió cuenta de que sería imposible convencerla. Ella siempre llevaba falda, pero esta vez la castaña se la quitó por completo. Ahora sólo vestía una tanga negra que a penas tapaba algo.

Deslizó su playera hacia arriba y el brallet transparente era lo único que dejaba vestida a Selene de la cintura para arriba. Quitó la camisa de su novia, botón por botón, mientras besaba su cuello, dejándole marcas rojas. Siempre hacía eso, aunque supiera que alguien más luego vería esas marcas roja en su cuello. Los pequeños pechos de Heather ni siquiera necesitaban sostén, así que esta vez, no lo llevaba.

Bajó hasta sus pezones y comenzó a chuparlos y mordisquearlos con cuidado de no hacerle daño. Pasó sus manos por su culo. En un movimiento rápido la levantó y la llevó hacia el lavabo. No cualquiera creería que Selene, con su altura de gnomo heredada del donante podría levantar a una chica de un metro setenta y cinco centímetros. Pues ella medía un metro con cincuenta y cinco. Estiró uno de sus pezones y la rubia gimió.

-Ahora te bajas de ahí y me la chupas-Heather obedeció. Ese aire dominante que le daba su novia le encantaba. Se arrodilló en el piso. Bajó todas sus prendas y comenzó a estimularla con la lengua.

-¿No se fueron hace como veinte minutos?

-Creo que sí, Cami.

-Tal vez se perdieron, amor.

-No creo, venimos a este restaurante hace semanas-Emily y Louis seguían en su mundo. Mientras que a la pareja menor no le importaba besarse en público y hacer otro tipo de cosas, ellos preferían no demostrar mucho afecto cuando había más gente cerca-Voy a ir a buscarlos-Eso Emily sí lo escucho, y ahora quería salvar a Selene de ser encontrada en una situación comprometedora.

-Mami, no vayas. Ya van a volver.

-Dejaron sus celulares aquí, Emie. Tengo que ver si no les pasó nada.

-Relájate, Mimie. Ellas estarán bien-Louis tranquilizó a su novia.

-Está bien-Sin más, Camila se fue a buscarlas por todo el restaurante. Hasta el patio de este. Decidió pasar por el baño. Abrió la puerta y se encontró con una escena demasiado comprometedora. Tragó en seco y pasó cerrando la puerta. Se hizo de valor y habló.

-Si tanto querían coger podían avisar y se iban a casa-Su hija se sobre saltó y se tapó con sus manos. Heather se sentía aun peor, cerró su camisa y cruzó sus piernas-Vuelvan a la mesa, y si no están en cinco minutos hago que tus tíos te devuelvan a Londres en menos de dos horas. ¿Se entendió?-Ninguna habló-¡Respondan!

-Sí, señora.

-Sí, mamá.

-Si no están de vuelta en cinco minutos como mucho, será peor para ambas.

Camila cerró la puerta y volvió a la mesa con todos los presentes. En ese momento lo único que se preguntaba constantemente es qué se le había cruzado en la cabeza a su hija para ponerse a ella misma en una situación así. No era lindo encontrar a tu hija desnuda en el baño de un restaurante mientras le hace un oral a su novia que sólo tiene puesto una camisa. Le costaría trabajo borrar esa incomoda imagen de su cabeza.

Habló con Lauren, Louis y Harry muy brevemente de la situación y decidieron que por un tiempo tal vez se les prohibiría verse. A ninguno de los padres les hacía demasiada gracia la relación. Ellas iban y venían; tenían una relación abierta, con lo cual los adultos no terminaban de entenderlo; peleaban constantemente por cualquier cosa; ocurrían este tipo de cosas; etcétera.

Así que Selene sólo obtuvo su celular para ir a la escuela y luego se la pasaba la tarde encerrada estudiando. El castigo ese le duró un mes apróximadamente. No podía pisar la misma cuadra que la cubana ya la echaba. Camila estaba harta de Heather, y hasta la misma rubia lo sabía.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora