Capítulo único

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Sirius trabajaba para el ministerio y Remus lo hacía en Hogwarts, juntos se intentaban repartir las labores del hogar, y, sobre todo, los cuidados de Teddy.

Edward desde muy pequeño había asistido a guarderías y escuelas muggles, gracias a las influencias de Lily y viendo los buenos resultados que ese tipo de educación habían dado en Harry, es que la pareja Lupin-Black había optado por el mismo método, además, de esa forma, ambos se permitían poder seguir con sus trabajos.

— Papi — se escuchó la dulce voz de Teddy mientras el pequeño corría al encuentro de su padre, colgándose en su cuello y hundiendo su naricita en su cuello — ¿por qué estás aquí? ¿pasó algo? — preguntó preocupado ya que nunca ocurría que lo fueran a buscar en medio de su horario de clases habitual.

— Tranquilo Teddy — Remus explicó mientras lo dejaba en el suelo — hoy es un día muy especial — el pequeño lo quedó mirando sin entender que estaba pasando — es el cumpleaños de tu padre, así que compañero, necesito tu ayuda — explicó el omega haciendo que su hijo esbozara una gran sonrisa, dejando ver los espacios de sus dientes ausentes.

Se despidieron amablemente de la profesora y de la mano emprendieron camino a casa, el pequeño alfa no dejaba de explicar todo lo que había aprendido en el colegio, pese a que Edward era hijo directo de magos, incluso de un sangre pura, él sentía una extraña conexión con el mundo muggle, específicamente, con las ciencias, Remus estaba seguro de que su hijo se dedicaría a algún tipo de investigación, inclusive pensaba que podría hacer algún tipo de trabajo interdisciplinario entre ambos mundos, pero prefería no presionarlo, que él se dedicase a lo que quisiera.

Fueron a el callejón Diagon, compraron algunos ingredientes para un pastel junto a algunos regalos para el animago, aunque Remus ya tenía pensando un regalo en particular, uno que no necesitaba comprar.

Teddy corrió al entrar a casa, dejando sus cosas desordenadas por todos lados, pero cambió de opinión al ver la mueca que su padre le hacía, así que rápidamente se puso a ordenar, para luego ir a lavar su carita y sus manos, subir sus mangas y estar listo para cocinar.

Remus por su lado, puso uno de sus viejos discos en el tocadiscos, a su hijo le encantaba escuchar esa música, mientras escuchaba historias de sus abuelitos, ya que era las únicas que recibía, pues de los abuelos Black apenas había mención.

Hicieron un pastel de la forma tradicional, sin magia, según Remus ahí se podía ver el verdadero esfuerzo, pues era realmente costoso que el bizcocho no se quemara o que la crema no se cortara, muchos procesos difíciles de llevar a cabo.

El aporte del cachorro fue la decoración, llenándola de colores y brillos, quedando exquisitamente u horrorosamente decorado, según el sentido de estética que tuviera quien juzgara.

— Papi ¿puedo hacer algunos adornos? — pidió Teddy llenó de ánimo mientras abrazaba a Remus, el omega asintió mientras dejaba un beso en su mejilla.

Edward era muy cariñoso y demostrativo, él había sido criado en una familia con mucho amor, donde lo normal era demostrarlo con caricias y palabras bonitas, para el muchacho ser demostrativo era parte de su naturaleza.

En su personalidad era una extraña y equilibrada mezcla de Sirius y Remus, pues podía ser el pequeño más enérgico y desordenado, como también el más calmo y concentrado, también era muy protector, especialmente con Remus, y Draco, su padrino, incluso en más de una oportunidad le había gruñido a Harry cuando los interrumpía en su tiempo juntos.

— Cachorrito que hermoso está quedando todo — Teddy soltó un chillido al escuchar la voz de Draco, dejó de poner los adornos que estaba haciendo para salir corriendo al encuentro con su padrino, escondiéndose en su cuello y dejando besitos en el lugar, para luego pasar a los brazos de Harry e imitar las caricias.

Saga Omegaverse HP: 3 de noviembre (wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora