Capítulo 24: Quisiera Hablar con Alex.

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—A ver, a ver, ¿Broker conocía a Alex? Entonces, ¿él es el cómplice? —supone Ramírez.

—Broker es el que sabía todo sobre la policía y...

—Alex el que sabía todo sobre la preparatoria —continúa por James.

—¡Sabía que ese chico no se traía nada bueno! ¡Maldición! —exclama, clavando un fuerte golpe contra la puerta del armario—. Lisa —pronuncia de modo lento, abriendo bastante los ojos. Rápidamente sale de la habitación, siendo seguido más atrás por su acompañante.

—¿Qué sucede? —se detienen en la sala de estar.

—Lisa, creo que puede correr peligro con ese muchacho fuera —responde con notable preocupación—. Aaron —le pone sus manos en los hombros— Necesito que llames a compañeros del departamento para que revisen este lugar, y una vez que lleguen, necesito que nada más tú vayas a mi casa a cuidar a mi hija.

—Bueno, ¿y tú qué harás?

—Yo iré por Alex a su casa y sacarle respuestas— se da la vuelta con tal de cruzar la puerta de la entrada, sin embargo, antes de dar un paso más, él nota por encima del marco dos cables rotos: uno verde a la derecha y otro rojo a la izquierda—. Mira eso —le indica a Aaron—. Así que eso fue lo que activó la trampa del machete al momento de abrir la puerta.

—Sí, eso parece —contesta al observarlos—. Espera, pero si el machete me llegó desde la izquierda, significa que fue el cable verde de la derecha el que lo sujetaba desde el techo y se separó al abrir la puerta. ¿Entonces, que activó el rojo de la izquierda?

—Buena observación —elogia James, para luego recorrer su mirada por todo el lugar buscando el resto del dichoso cable rojo. Hasta que en cuestión segundos, logra dar con el objeto, conduciendo desde la pared hasta detrás de un amplio sofá—. Ahí está —señala.

Los dos se acercan al mueble.

—¿Ahora qué? ¿El sofá asesino? —pregunta en broma Aaron.

—Lo dudo —de manera cuidadosa, James pone su pie sobre el brazo del sofá y poco a poco lo va empujando a un lado.

En la acción, un bajo pero repetitivo sonido como el de un pitido logra ser oído por Ramírez medida que el mueble es movido.

—¿Oyes eso?

—¿Qué cosa? —continúa empujando el sofá, hasta que eventualmente termina escuchando el sonido.

Tras mover la mayor parte del mueble, Aaron se asoma— ¡Mierda! —grita, abriendo los ojos y la boca de manera instantánea al ver lo que yace en ese rincón: una bomba de tiempo, ya marcando 15 segundos para la detonación.

—¿Qué pasa? —se asoma James, y una reacción similar a la de su amigo se apodera de él—. No puede ser tan hijo de puta este tipo.

—¡¿Qué hacemos?!

—¡Déjalo, no queda tiempo! —James vuelve a tapar la bomba con el sofá— ¡Vámonos! —los dos detectives corren a su máximo poder hacia la salida.

Al salir, Ramírez cierra lo más rápido posible la puerta, pero antes de tomar cualquier otra acción, un fuerte sonido se hace presente junto a un temblor en el edificio. La explosión hace que la puerta se desprenda del marco y caiga encima al detective Ramírez, a la par que un inmenso humo oscuro comienza a emerger del hogar.

—¡Aaron! ¡Aaron! —grita preocupado su compañero, costándole visualizarlo por el enorme humo negro en ese estrecho sitio.

Se inclina y estira sus brazos tratando de sentir algo. En poco tiempo logra sentir ese alto pedazo de madera aplastando a alguien. Él toma de las manos a su inconsciente amigo y, cerrando los ojos y apretando los dientes, lo jala con todas sus fuerzas sacándolo de debajo de esa puerta. De pronto, siente pasos acercarse detrás suyo. Suelta a Aaron, y sacando su arma, se gira ágilmente para tan solo ver una silueta moviéndose entre el humo en ese pasillo.

El Caso PuzzlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora