Vivir juntos

641 94 15
                                    

No se encontraba del mejor humor posible, las ojeras debajo de sus ojos y sus labios resecos apretados en una línea daban la alerta de que no era prudente acercarsele para nada que pudiera ponerle peor. Apenas iniciaba la semana y Yoongi ya podía sentirse lo suficientemente agotado para desaparecer por un par de días sin decirle a nadie dónde se encontraba y así dormir tranquilamente todo lo que no había podido en mucho tiempo.

Sus padres habían llamado para ponerse al tanto de su vida, cosa que era muy común cada mes. Lo que no era tan común era que tuviese compañía cada que saludaba a su familia, así que fue toda una sorpresa para todos cuando detrás de la llamada la voz de Suran se escuchó llamándole por apodos cariñosos, haciendo despertar la curiosidad de su padres y por supuesto generando una serie de preguntas que más bien parecían interrogatorio.

No era para tanto, o al menos Yoongi lo veía así, pero entendía la insistencia cargada de preocupación que mostró hasta su hermano mayor por mensajes de texto una vez la llamada fue finalizada.

Yoongi no había presentado a nadie a su familia desde Jimin.

Ese era el problema en realidad. Últimamente su vida se veía tan llena del rubio que intentar pensar en otra cosa era casi imposible. Todos a su alrededor mencionaban su nombre para alguna u otra cosa, todos preguntaban por él haciéndolo sumamente agotador. Incluso el Yoongi mismo se autosaboteaba trayendo a su memoria cualquier insignificante detalle que estuviese relacionado con él.

Y estaba harto. Muy harto porque aunque no fuese la intención de Jimin, había regresado para mover completamente su mundo, otra vez.

Escuchó la puerta de su estudio abrirse sin ni siquiera tocar primero, eso le hizo respirar profundo y tensarse, sin embargo no desvió la supuesta atención que tenía en el monitor de su computadora. Había pocas personas que entraban así a su lugar seguro y aunque quiso echar a patadas a quien sea que fuese prefirió fingir no haber escuchado por tener los audífonos puestos.

—Siempre trabajas demasiado. —Dijo Suran y Yoongi reprimió el impulso de estrellar su cabeza contra el teclado. Habían llegado juntos al trabajo pues la joven fue muy insistente con pasar todo el fin de semana junto a él. Yoongi miró la hora disimuladamente, apenas transcurría la media hora de haberse separado ¿Por qué estaba entonces ahí?

No volteó y continuó con lo suyo. Tecleando un par de cosas y dando click en otras. Por el incómodo silencio supuso que la chica se había sentado en el sofá que tenía justo detrás de él y no había que ser un genio para adivinar que le estaba observando detenidamente.

Desde su extraña discusión Yoongi la había notado más empalagosa que de costumbre, más exigente y muy hambrienta de él. Como si su intención fuese dejarle en claro a todo quién pudiera que él le pertenecía.

El tema de la posesividad a Yoongi le hacía sentir cansado, era muy partidario de que las personas se pertenencían a sí mismas y eran libres de compartir con quién quisieran o de simplemente no hacerlo, era válido. Y creyó que ella pensaba igual que él. Tristemente desde hace un par de semanas la sintonía que le conectaba a la chica bonita que le observaba en calma sin hacer ningún ruido, se había perdido.

Pasaron varios minutos más, nueve para ser exactos, Yoongi vió pasar el tiempo a través del pequeño reloj en el escritorio de su monitor, Suran parecía no querer irse, incluso podía apostar a qué se había quitado los zapatos y ahora reposaba cómoda sus piernas a lo largo del cuero negro del sillón. Supo entonces que no podría evitar interactuar con ella tarde o temprano.

Suspiró rendido, lo suficientemente fuerte para ser escuchado aunque poco le importó. Se quitó los audífonos y se estiró en el asiento, dejando caer su peso en la silla giratoria de su estudio. Fue entonces cuando el sonido de un mensaje entrante en Kakao le hizo dar un ligero brinco en su lugar.

Ex Novio 🌼 YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora