𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐅𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌

| 𝗗𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗔𝗹𝗯𝗶𝗱𝗼𝗻𝗲 |

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𝐏𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐄𝐪𝐮𝐢𝐯𝐨𝐜𝐚𝐝a𝐬

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—¡La has visto!—Oí decir a Dante desde afuera de la habitación—Últimamente ha engordado demasiado, parece una ballena.

Sentí como mi corazón se partía, mis ojos se aguardaron.

—No deberías decir eso Dante, tal vez sea cierto. Pero deberías decírselo a ella, en privado—Le sugirió Cameron—¿Ya no la amas?

—No—Dijo frío—Creo que me he enamorado de alguien más.

Oír eso se sintió como un balde de agua fría caer sobre mi. No quería seguir escuchando nada, así que limpié mis lágrimas y entré a la habitación.

—Hola chicos—Saludé, viendo cómo sus cuerpos se tensan.

—H-hace c-cuánto llegaste?—Me preguntó Dante comenzando a tartamudear.

—¿Cómo que hace cuánto?—Lo miré confundida—Pues hace unos segundos tontito.

Me encogí en hombros, Cameron por su parte le hizo una seña de que se calmara.

—Pero tranquilo, solo vine por la ropa que he dejado aquí—Guardé las llaves en mi bolsillo trasero.

Abrí su clóset y comencé a sacar toda la ropa que tenía en éste, era demasiada.

—¿Por qué te la llevas?

—La necesito, veré que cosas necesito y que no: Mentí sin mirarlo sacando lo último—Bueno, esto es todo. Nos vemos después.

Salí de ahí, con el corazón destrozado. Sintiéndome una mierda internamente.

[...]

Las semanas han pasado, mi comunicación con Dante es muy baja. Tal vez 2 o 3 mensajes al día, di por perdida toda mi relación.
Estaba acomodando mis cosas en las cajas de mudanza, me iría a California a vivir con mis padre. Mi padre es policía, por lo fue transferido, algo que le gustó demasiado.

Nadie sabía de esto y mucho menos porque eran vacaciones de verano.

—¡Alguien te busca Mía!—Oí a mi madre gritar.

Bajé hasta la planta baja, salí de la casa hasta el patio delantero. Era Dante.

—¿Qué quieres?—Dije una vez cerca de él, crucé mis brazos mirándolo con odio.

—No sabía que te ibas de Vancouver-respondió :—¿Por qué no me lo dijiste?

—Porque no tienes el derecho de saberlo Dante—Aparté mi mirada, sabía que si lo veía a los ojos lloraría.

—Soy tú novio Mía—Trató de verme a los ojos.

—Eras mi novio, ya no—Suspiré y limpié las lágrimas rápidamente—Los novios nunca mienten.

—¿D-de qué hablas?—Su cara mostraba temor y tristeza.

—Hace unas semanas te oí hablar con Cameron, diciendo lo gorda que me había puesto y que ya no me amabas—Lo miré con rabia.

—Mía...—Trató de abrazarme pero me aparté.

—No Dante, lo entiendo, entiendo que ya no me ames y no me duele. Pero lo único que me duele fue que no me lo hayas dicho, ¡preferiste decírselo a Cameron haciéndome quedar mal frente a él!—Grité molesta, en verdad quería golpearlo.

—Perdóname Mía, yo te amo—Sus ojos estaban llorosos, me dolía verlo así.

—No, no lo haré—Negué -Simplemente vete se aquí.

El se quedó inmóvil viéndome.

—¡QUÉ TE LARGES DE AQUÍ MALDITA SEA!—Grité molesta, él simplemente asintió y se fue.

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