Oᥒᥱ-Shots Mᥲrkᥴhᥱᥒ

Thɛ ŋɔtɛɓɔɔk's Mɣstɛrɣ

¿No podría simplemente emitir un comunicado de "cuaderno perdido" para hallar el dueño? Sí, pero Chenle quería un misterio y ese parecía serlo.

Revisó con entusiasmo la primera y última página. Nada, literalmente estaban en blanco, en todo el objeto no había si quiera una mancha u hoja doblada. Eso quería decir que pertenecía a alguien ordenado y sorprendentemente eso descartaba a muchos de los estudiantes.

Luego vio recortes, imágenes, títulos y letras de canciones de un grupo musical que no conocía. Tras sumergirse en el arte musical que acaba de conocer, ideó un plan: Sortear un disco del grupo, las personas que estuviesen interesadas sólo tendrían que decir sus nombres y cursos.

Se demoró apenas un día en conseguir el objeto que le ayudaría a reducir la lista. Y otro más en tener todos los participantes.

Comenzó a buscar entre ellos a los que calzaban con su única pista y logró descartar poco menos de la mitad. Se sentía orgulloso y tenía el gran presentimiento que iba por buen camino.

——

Volvió a investigar entre las hojas. Había reseñas y citas de libros que se hallaban en la biblioteca del establecimiento.

Corrió entusiasmado hasta el lugar y le preguntó a la bibliotecaria si tenía un catálogo de las personas que habían pedido dichos textos.

Luego de varios cumplidos y ojitos de cachorro, la señora accedió y le pasó un registro enorme de nombres. Jamás creyó que fuera un pasatiempo tan interesante, al parecer estaba equivocado.

Suspiró cansado y comprendió el motivo de su extensión, algunos eran alumnos ya graduados y otros trasladados. Por suerte, era un colegio de hombres y eso le facilitaba las cosas.

Esa noche prácticamente no durmió, pero logró acortar y compararlos con sus casi treinta 'sospechosos' anteriores, reduciéndola a quince.

——

Al día siguiente se había quedado dormido en el horario de matemáticas, sin embargo, el reto no tuvo mucho desvelo por ser el presidente de la clase.

Volvió a sumergirse en el contenido del misterioso cuaderno y no sabía si era por la falta de sueño, pero notó que estaba en su mayoría escrito en inglés. Sonrió con esperanzas, buscaba un bilingüe.

Tal vez esa no era la mejor de sus ideas, pero haber reprobado a propósito en su último examen podría ser un gran paso para llegar a la verdad del enigma.

–Joven Zhong, ésta es su primera calificación negativa en todo el ciclo escolar, ¿qué sucedió?–

–He intentado estudiar, sin embargo, resulta que no he podido organizarme bien. Comprendo que usted debe estar muy ocupado, por eso me preguntaba si sabía de algún alumno que pudiese ayudarme en ello– Aunque no lo necesitaba para eso exactamente.

–Déjame pensar... Hay varios–

–Si tan sólo hubiera un bilingüe ordenado– Insinuó con suavidad tratando de entrar en la mente del señor Im.

–Tengo a algunos estudiantes que calzan con tus requerimientos, mas desconozco si estarán dispuestos a ayudarte, así que dejaré eso en tus manos, sé que eres bueno negociando–

El menor sonrió complacido, sí que lo era y estaba aún más emocionado por tener otra lista entre sus manos, una nueva pista.

——

La quinta página tenía notas musicales, mejor dicho: acordes de guitarra. Lo sabía porque su instructor siempre enseñaba la misma melodía para los guitarristas más avanzados.

–Profesor Yunsoo– Llegó saltando hacia su tutor favorito, incluso se podían considerar amigos –Estoy buscando a una persona, ¿alguna de las que están en esta lista pertenece a su clase?–

–Estos cuatro– Le indicó con su dedo y el menor saltó con emoción –Realmente quieres encontrarlo, te deseo mucha suerte– Le gritó riendo cuando el chino corría hacia la salida.

——

La emoción le impidió fijarse por dónde iba y terminó en el pavimento tras haber impactado con otro estudiante. No podía ser, ¿cuáles eran las posibilidades que tenía de chocar cuando el pasillo estaba casi vacío?

Se levantó rápidamente y se disculpó. En ese momento notó que el objeto que tenía entre sus manos ya no estaba allí sino a casi un metro de él.

–Mi cuaderno– Escuchó un murmuro y con ilusión levantó su vista hasta encontrarse con el dueño de esas palabras.

Mark Lee recogió el objeto del suelo y le miró con curiosidad. No podía ser, al menos no él, ¿por qué justamente esa persona?

Mark se le había declarado a inicios de año y Zhong lo rechazó con amabilidad. Ambos habían roto su amistad. Sin embargo, Chenle no podía simplemente ignorar la mirada del otro sobre él, lo ponía muy nervioso, algo que estaba lejos de ser habitual en él. En cambio, de un momento a otro, Lee parecía haberlo olvidado y eso le dolía.

–Te estuve buscando, bueno no, al dueño de... Sí, te buscaba– Admitió el chino rendido.

–Lo sabía– Confesó con una sonrisa amable.

¡¿Qué?! Eso tampoco podía ser posible. El mundo lo odiaba y quería verlo con su cabeza bajo la tierra, igual a un avestruz o incluso peor, y en ese mismo instante podría hacerle el favor.

–¿No llegaste a la séptima página?– Se acercó y le mostró una dedicatoria "Para Zhong Chenle". Todo lo que contenía aquel cuaderno era para él.

–¿Por qué?– Masculló con nerviosismo.

–El resto está en blanco, depende de ti si sigue así o si escribimos nuestra historia– Su respiración se detuvo y su corazón dio vuelcos en su pecho.

–Yo sólo quería devolverte tu cuaderno– Murmuró sin poder unir sus miradas.

Tenía miedo porque muy en el fondo sentía lo mismo que el mayor. Estaba aterrado de seguir sus sentimientos por algo que no estaba en sus planes. Además, no entendía el empeño del canadiense cuando tiempo atrás lo había lastimado.

–Yo te rechacé una vez y sufriste por mí, ¿por qué no lo dejas en el pasado?–

–Supongo que es porque simplemente no puedo y tú tampoco. Me dijiste que no era mutuo, sin embargo, tus ojos me dijeron algo más al igual que ahora, Lele–

Se paralizó ante los recuerdos. Extrañaba que lo llamara así, con tanta dulzura en su voz. Lo extrañaba a él.

–Quizás no podamos volver a ser amigos, Makku, pero podríamos intentar ser ese algo más que aparece en la cuarta página–