Te quiero.

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***Narra Dani***

Paula y yo íbamos de camino a la fábrica donde me había indicado ella, no sabía cómo lo sabía pero la seguí.

Estaba asustado, no quería que le pasara nada, en estos días se había ido haciendo muy importante para mi, algo que creo que se ha convertido en amor. Pero creo que ella no me corresponde...

Llegamos a la fábrica, entramos por una puerta trasera que estaba abierta, serán tontos...se dejan la puerta abierta.

Dani: ¿preparada?

Paula: sí...-dijo segura.

La abracé, la quería, no sabía como alguien tan pequeño podía ocupar un lugar tan grande en mi corazón en tan poco tiempo.

Paula: creo que es mejor separarse, así los encontraremos antes.

Dani: Paula...

Paula: no me pasará nada, y a ti tampoco, no olvides que te quiero.-me dio un beso en la mejilla y se fue, yo me quedé allí confuso.

Reaccioné y salí en marcha de mi hermano y María.

***Narra Paula***

No sé qué me pasa con Dani, ¿cómo alguien me puede poner tan nerviosa con tan solo mirarme? No quería creer que fuera amor. Ya no creía en el amor, o eso pensaba...

Fui avanzando por los oscuros pasillos, hasta que encontré una puerta, la abrí y me quedé de piedra...estaba ahí era...

***Narra Jesús ***

Seguíamos en aquella habitación mugrienta, me acababa de declarar. La verdad que pasase lo que pasase me sentía bien, ví como una lágrima caía por su delicada y roja mejilla debido al golpe que le propició aquel chico, cuyo nombre no sabía, le limpié la lágrima.

-Tranquila entiendo que no sientas lo mismo por mí-musité en voz baja.

-Jesús, ¿por qué me tengo que enamorar siempre de los más tontos?-me preguntó sonriendo.

-¿Qué?-dije con cara rara.

-Pues que aunque estemos no sé donde,y sin saber si algún día saldremos de aquí, quiero que sepas que yo también te quiero y que siento que esté en el mejor sitio en el que puedo estar, contigo, aunque suene raro, es verdad, ¿lo captas ya?-dijo apoyando su cabeza en mi hombro me quedé asombrado, yo sé que no es la chica dura que suele aparentar porque ella es frágil, mucho más de lo que parece, y yo sería el que por la noches entraría en su cuarto a consolarla, el que haría que no dejara de sonreír, simplemente estaría ahí.

-Te quiero.-le dije, bajé mi cabeza y la besé, entonces...


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Cada corazón tiene su propia melodía, y tú conoces la mía. (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora