Primera parte - El castillo del Reino Sylvan

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Había una vez en un reino muy lejano un enorme castillo rodeado por un espeso, oscuro bosque

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Había una vez en un reino muy lejano un enorme castillo rodeado por un espeso, oscuro bosque.

El castillo era un lugar concurrido, lleno siempre de sirvientes y caballeros, gobernados por el rey y su familia; una buena vida dentro un castillo, o al menos tan buena a como uno podría imaginársela siempre y cuando pertenecieras a un miembro de la familia real, no obstante, dentro de sus duras y frías paredes se lograban escuchar por el día sus suspiros solitarios que resonaban a lo largo y ancho de sus extensos pasillos. Procedentes de un alma que admiraba desde su ventana a lo lejos a una figura invisible en lo alto de una colina.

Podría haber sido cualquier día como cualquier otro, pero esa noche una gran celebración se efectuaba dentro sus muros

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Podría haber sido cualquier día como cualquier otro, pero esa noche una gran celebración se efectuaba dentro sus muros. Un ambiente alegre y enérgico llenaba el lugar, la música, los bailes y las conversaciones fácilmente contagiaban a los asistentes del vivaz espíritu festivo. Sin embargo, a las afueras del castillo, recargado en el balcón de una esquina, se encontraba un solitario príncipe suspirando melancólico hacia la luna, agobiado y desprendido del ambiente.

Cualquiera de los invitados que se paseaban por el lugar, se le aproximaba y lo saludaba, el igualmente respondía a su reverencia por educación, siendo solo una mera cortesía, pero apenas terminaba el intercambio de palabras el volvía a su lugar, su cuerpo físicamente estaba allí, pero su corazón fragmentado se encontraba en alguna otra parte.

Una atractiva joven señorita de tez y cabellera finamente blanca sobresalía en la fiesta,  su peinado ocultaba dos pequeñas coletas que salían detrás de sus orejas y se unían en un sujetador dorado con listón que hacia juego con su vestimenta, un ...

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Una atractiva joven señorita de tez y cabellera finamente blanca sobresalía en la fiesta,  su peinado ocultaba dos pequeñas coletas que salían detrás de sus orejas y se unían en un sujetador dorado con listón que hacia juego con su vestimenta, un elegante vestido de tonos anaranjados y amarillos con hermosos bordados de metales preciosos que vislumbraban a la tenue luz de la noche, mientras que su corona era adornada por una división ornamentada entre las puntas que le daban un mayor aire de dignidad; la chica sostenía conversación con varios de los invitados, manteniéndolos entretenidos y al mismo tiempo a las afueras de la ventana del balcón, evitando así se abarrotarán en la vereda de la terraza. Mientras conversaba nota la presencia de un rostro familiar del otro lado del balcón, un niño pequeño de camisa blanca metida en sus pantalones negros y una capa, su cabellera era igual de blanca que la suya, al verlo ella sonrió para sí y en un grito exclamo: "¡Hey Honguito!".

The Liar Prince and The Blind Princess (Versión Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora