Capítulo 12. Momentos de reflexión e inflexión

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Eileen se sintió estupefacta cuando al alzar la mirada dentro del salón se encontró con la de su hermano, con aquellos ojos azules que podría reconocer y diferenciar en un mar de personas.

Parpadeó varias veces en confusión, pero la imagen no desapareció. Ahí estaba Math, de cuclillas a través de la ventana, con sus dedos aferrados al alféizar y mirándola con la misma sorpresa, sus labios esbozaron una tímida sonrisa impropia de él y tan pronto como había aparecido se marchó.

¿Qué hacia Math afuera de su aula si bien se suponía que estaba en casa? Eileen arrugó el entrecejo y por una fracción de segundo se preguntó si acaso el que su hermano estuviera allí se relacionaba con el hecho de que el timbre de emergencia hubiera sonado sin ningún motivo.

—Eileen, concéntrate —le susurró una voz a un costado y suyo, y sólo así volvió a la realidad, miró a su costado y observó vacilante a Susan, quien tenía ambas cejas alzadas y curiosidad en su semblante.

Sacudió la cabeza y volvió su vista a su examen, el cual había dejado atrás luego de salir a causa del timbre, pero ahí estaba de nuevo, tan vacío como ella se sentía en ese momento, relamió sus labios y se giró una vez más hacia Susan, la chica sólo le miró con apremio.

—¿Hay algún problema, señoritas? —preguntó de improviso el profesor, acercándose a ellas.

—No, para nada —fue la rápida e inmediata respuesta de Susan, seguida de una sonrisa en su dirección.

—Creo que sería mejor si ambas se separaran para evitar distracciones.

—Pero estamos bien aquí...

—Dije que se separen —le cortó tajante el profesor.

Susan masculló un par de cosas incomprensibles por lo bajo pero acató la indicación y se movió un lugar a su derecha, dejando que otra chica ocupara su asiento.

Eileen dibujó una pequeña sonrisa que no dejó ver, aliviandose en secreto por que ahora no tendría que compartir sus respuestas con Susan.

Aunque cuando enfocó su mirada en su examen se lamentó por no entender demasiado, quizá la trampa no le habría venido precisamente mal.

Soltó un extenuante suspiro e hizo una nota mental de dos cosas; Número 1, no pensar que el hacer trampa era una cosa tan mala, y número 2: Preguntarle a Math qué había hecho afuera de su salón.

Tomó el lapiz con cuidado y entonces empezó a responder su examen.

.

Math estaba algo preocupado gracias a que su Eileen lo había visto por la ventana, pero bueno, ya podía inventarse una excusa que le pudiera convencer, ¿no? Después de todo no era como si no le hubiera mentido antes sobre otros aspectos de menor importancia.

Al salir del lugar con paso apurado se encontró con que Beatriz lo esperaba, de pie y con sus ojos aceituna mirándolo con intriga.

—Así que —comenzó—, ¿me vas a decir para que quieres mensajearte con ese profesor?

Math alzó una ceja ante su elección de palabras.

—¿"Mensajear"? Primero, eso no suena como una palabra, y segundo, ¿quién dijo que planeaba enviarle mensajes?

—Robaste su número de celular, no se tú, pero lo lógico es pensar que planeas eso. Quiero saber que vas a hacer.

—¿Por qué? William no me hizo preguntas.

—William es algo amargado, siempre le ve lo malo a las cosas, cuando estaba enamorado de tu hermana ni siquiera quiso arriesgarse a decírselo...

Fuera De Guión © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora