Ping! Ping!-. suena mi despertador.
-Natialia! Amor! ven a desayunar!- escucho la voz de mi madre en el fondo de el passilo.
Me levanto, noto como si no tuviera fuerzas. Arrastro las piernas por el suleo, haciendo un movimiento muy raro, me recuerda a el de un fantasma de esos de las pelis, de esas pelis que "dan miedo". La verdad, tengo solo 14 anyos y soy mas valiente que mi hermano David. Yo no creo en esas chorradas.
-Ando por el passillo sin saver porqué ando así de raro, y entonces recuerdo en las convivencias de quando eramos peques, no cené y al dia siguiente me encontrava como una absoluta mierd**. Me acuerdo perfectamente de el shock que entré, y a mi compañera de la cama igual.
Al fin llego al final de el passillo. Donde me espera mi madre en la cocina para comer mis creepes con nutella. Al ponerme la crema de cacao con avellanas se me escurre i se me cae al suleo la creepe, y como dice la lei de el karma, siempre cae con el lado de la nutella.
-Cariño! Hoy no es tu dia no?-. Dice mi madre lanzandome una de esas miradas que lanzan las madres, queriendote matar, porque el suelo estaba limpio.
-Llamo a mi perro para que haga el trabajo sucio, bueno para el todo relacionado con la comida es limpio.
Recogo el desastre y me voy a cambiar i a poner la ropa, donde en la puerta me espera mi padre para acompañarme a el instituto.
