Capitulo 2: La espera

17 0 0
                                    

La meditación no funcionaba, el tabaco no funcionaba, el alcohol no funcionaba y aunque no les gustaba probo con un te calmante. Nada funciono, estaba ansioso, nervioso y sudaba tanto que a cualquiera pensaría que había salido a correr por 2 horas.  Takashi se rindió y se quito la camisa para transpirar en sus desesperación mas cómodamente faltaban 4 horas para que el barco estuviera cerca de llegar. Hundió su rostro en sus manos mientras se sentaba en el piso de madera de su casa que daba al jardín central, se sentía  patético. Levanto su mirada y observo su sala en busca de una distracción. No había ido mal y pudo recuperar una de casas propiedad del clan de su madre(una de las mas modestas obviamente) lo cual le daba una vivienda mucho mejor que muchos darcarian de su rango. La casa era la típica casa oriental puertas corredizas enrejadas shōji , suelo de tatami, techos de cóncavos de tejas negras, de un solo piso, con un jardín zen y un patio trasero de entrenamiento. Si estadía con los lionear había cambiando un poco sus gustos por lo que en las 8 habitaciones de su casa había camas con colchones en lugar de futones, la mesa de su comedor era alta con sillas de madera, poseía una cocina amplia que generalmente el era el único que usaba cuando sus discípulos no estaban. Se levantó y comenzó a caminar por su casa hasta llegar a la habitación que solo el tenía acceso. Saco una llave de su bolsillo y abrió la única puerta de madera maciza de toda la casa.

Era una oficina con un escritorio madera en la pared izquierda debajo de una ventana, una silla acolchada, varias fotos en la paredes de caoba, un espejo al fondo, un closet de madera pintado de negro y al final lo que parecía ser un mueble alto cubierto por una sábana oscura con cadenas a su alrededor. Miro el objeto oculto con dolor y luego camino hacia el espejo para observarse. Era un hombre delgado aunque ya no tanto como antes pues la cercanía a los 40 le estaba pensando, su piel era muy pálida no como el mármol sino como aquella que nunca tomó sol, su espalda era ancha, sus brazos algo largos, no era considerado alto sino más bien una altura muy promedio de 1.73 cm, su cabello era negro y sus ojos también. Tocó las ojeras bajo sus ojos recuerdos de muchas noches duras que los años no habían  terminado de borrar. Con cierto nerviosismo tocó su cabello que estaba corto pero no al raz con su piel sino lo suficiente para poder hacer el intento de un peinado de lado decente. Una barba rodeaba su boca y se unía con unas líneas cuadradas que se juntaban con sus patillas.

-Cualquiera que te viera ahora pensaría que estás nervioso por una cita -dijo burlonamente la voz de una mujer a sus espaldas causándole un sobresalto y que girará rápidamente hacia el origen del sonido- Lamento haberte asustado, solo vine a ver cómo estabas supe que el barco llega hoy.

Kakashi camino hasta salida que daba el patio y se sentó nuevamente al borde del piso de madera recostando su espalda en una columna de madera que estaba a su derecha para luego ver distraídamente el estanque en medio de su jardín. Su amiga imito sus movimientos y se sentó a su lado dejando colgar la piernas aprovechando la ligera altitud de la casa con respecto al suelo mientras coloco sus manos sobres su piernas. Su amiga era morena, llevaba el cabello ondulado suelto que caía sobre sus hombros, tenia un rostro tierno, una sonrisa cálida, una voz que casi parecía la de una niña dulce y un llevaba kimono morado. 

-Sakura, no creo que esto vaya a salir bien-soltó finalmente Takashi en un tono triste dando un fuerte suspiro-Vamos a terminar peleando por una idiotez, alguna idiotez que yo diga o algo que haga que le parezca indigno así hemos sido siempre-agrego para luego  agachar la cabeza y hundirla entre sus manos. 

-Tashi, ya no están juntos y la ultima vez que lo estuvieron fue hace 9 años creo que podrán soportarse al  menos 2 horas ya que no se están odiando a diario-dijo comprensivamente acariciando su cabello-Francamente envidio que aun puedas ponerte nervioso por alguien-dijo esto ultimo con nostalgia. 

-Yo envidio lo que tu tienes con Haru -respondió instantáneamente el chico de ojos oscuros-Al menos saben lo que de ustedes funciona y no es un ataque de romanticismo juvenil-culmino y Sakura puso una pequeña sonrisa. 

-No siempre funciona Tashi pero intentamos cada día que lo haga- respondió dulcemente - Aunque sabes perfectamente que uno siempre prefiere lo que le hace feliz a lo que le conviene en cuestiones de amor-agrego mientras jugaba con su cabello y miraba un ave posándose en el pequeño estanque del jardín- A veces extraño a alguien de mi pasado también y sabes quien es, Haru también lo sabe, pero lo nuestro es luchar juntos para ser felices.

Takashi miro a Sakura como la fuente de sabiduria y ternura mas legendaria de la historia. 

-Definitivamente debí casarme contigo-dijo en todo reflexivo.

-Soy demasiada mujer para ti mi depresivo amigó-respondio juguetona con una pequeña sonrisa en los labios-Ademas lo tuyo es mujeres que te te destrocen el corazón yo no soy tu tipo.

-Te gusta golpear dónde duele no?-replico Takshi.

- Para esos están los amigos no?-agrego Sakura, ambos rieron ante el comentario - Debo irme a casa, tengo cosas que hacer y esposó al que regañar porque se que no ha limpiaso la salsa como le pedi- dijo mientras se ponía de pie y se sacudía el kimono-Nos vemos Tashi.

Sakura pronto fue hacia la salida y se perdió de la vista de Takashi. Tocó el collar de madera del redentor en su cuello, esa fe era una de las pocas cosas que compartían el y la leona. Miro al cielo azul ante el y le recordó a esos vestidos que le quedaban tan bien. Estar separado de Raina fue desicion pero no era una que tomo por gusto o felicidad propia. Desde que que se alejo de ella un profundo dolor en su pecho lo acompañaba cada día, su corazón estaba incompleto, su alma mutilada y la soledad aún rodeado de personas era la cosa más real para el. Tuvo que reaprender a vivir, reaprender a dormir, reaprender a comer, reaprender a despertar y tan solo ahora puede decir que lo hacía todo tan automático que olvidaba que estaba fingiendo. Pero ella venía en camino y la mentira se sentía muy falsa otra vez.

¿Cómo olvidar el amor de tu vida? ¿Cómo olvidar lo único que te hizo sentir vivo? ¿Cómo olvidar cuando tu alma al fin se sentía humana?

Takashi camino al centro de su jardín, cerro los ojos y sintió el viento frío que lo recorría mientras buscaba la paz que no encontraba. Los recuerdos llegaron a el. Su primer beso en aquel balcón durante su primera misión, la primera vez que tomo su mano mientras no paraba de sudar, la primera vez que durmieron juntos en la misma cama incapaces de realmente dormir por estar nerviosos, la primera además de torpe vez que hicieron el amor, cuando por fin llegaron al climax juntos después de conocer sus cuerpos mejor, la noches en ella quitaba sus pesadillas, lo buena que era en la cocina, lo completo que sentía con ella en sus brazos.  Lágrimas cayeron por sus mejillas, se iba desmoronar al verla, la amaba, la necesitaba y le mataba aceptar que la vida de Raina era mucho mejor sin el.

Entro a su casa, fue a su cuarto y se tiró en la cama con los ojos llenos de lágrimas. Miro en reloj en su mesa y noto que aún faltaban 3 horas para que le barco llegará a la frontera y luego 30 minutos mínimo para que anclarse al puerto. Pensando que sería menos doloroso dormír puso una alarma y cerró sus ojos. No quería soñar con ella ni con nadie solo quería que la visita acabara y no volver a sentir nada. Con eso en mente se quedó dormido profundamente.



La Reunión del Lobo y el LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora