Capítulo 4

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Hello everybody!!! A petición del público ganó la segunda opcion: mostrar un poco la vida de Luz en el mundo humano con la magia de Belos, además de que se agregó una vista de Amity en estos 2 años que han pasado. Que les espera en estos 2 años más?

Nos leemos más abajo!!! 🤟❤️🤟❤️🤟

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El estar en el mundo humano con la magia de Belos no había nada sencillo para Luz Noceda, sin embargo los años le habían sentado de maravilla a la Dominicana. Estaba muchísimo más alta, su piel estaba un poco más morena de cuando era más niña ya que se dedicaba a la construcción de casas en una fundación cuando tenía tiempo libre. Utilizaba la magia de Belos para poder ayudar al resto de las personas. Eso también le había entregado una buena musculatura, además de que su cabello había crecido un poco pero aún lo mantenía corto. Sus brazos estaban adornados con tatuajes muy significativos para ella y eran justamente los glifos que la habían ayudado a derrotar a Belos en su momento. A su madre no le había parecido nada que se tatuara a los 16 pero ya había llegado con los tatuajes. No había mucho que hacer ya. Luz había dejado de ser la niña risueña que fue a los 14 años, no porque hubiera pasado algo que le afectará, sino porque debía tener al margen sus emociones. Había descubierto, a la mala, que la magia de Belos reaccionaba a sus emociones: si tenía emociones muy fuertes como rabia o tristeza pasaban cosas malas. Por eso, cuando tenía tiempo libre se aseguraba de intentar controlarlas en base a meditación, yoga, thai chi, entre otras actividades.
Su vida en la escuela también había cambiado. Como estuvo tanto tiempo ausente, perdió el año así que tuvo que hacer un 2x1 en otra escuela. Cuando estuvo al día ingresó a una preparatoria para poder terminar sus años académicos. El hecho de que fuera tan retraída, sus tatuajes y su forma de vestir, que se había vuelto un poco más agresiva, por decirlo de una forma, era que un buen ranking respecto a la popularidad. Pero eso realmente no le importaba. Lo único que quería era que esos 4 años se cumplieran ya para poder volver a las Islas y ver a todos nuevamente. Ver a Amity.


-Señorita Noceda – llamo severamente el profesor.

-Dígame señor – respondió solemnemente.

-Por favor, lea desde donde quedamos – rápidamente la chica miró su libro de literatura sin saber en donde estaban.

-Página 47, línea 7 – le dijo una chica de cabello rubio.

-Gracias – susurro la otra y comenzó a leer hasta que el profesor la detuvo.

-No se distraiga. El análisis de texto es la parte fuerte del siguiente examen – la clase continuó sin problemas después de eso. Cuando la campana sonó, Luz comenzó a guardar sus cosas.

-Disculpa – la morena levantó la mirada y se encontró a la chica que le había ayudado – Luz ¿verdad?

-Si. Tu eres… Samanta ¿o no?

-Si. Somos compañeras en literatura y química. Este… quería saber si tienes algo que hacer este fin de semana – la morena levantó una ceja un poco desconcertada – Verás, algunos de los chicos y yo iremos a la cabaña que está en el bosque a una fiesta. Ya sabes. Un poco de alcohol, juegos, quizas cigarros y maría. Me pidieron que te invitara.

-No deberían ir a la cabaña del bosque – dijo mientras seguía guardando sus cosas – Hay monstruos ahí.

-Vamos. ¿Enserio crees en esos cuentos? – dijo mientras se reía, a lo que la dominicana se puso de pie y se colgó el morral en el hombro.

-Te lo digo porque los he visto – después de eso salió del salón para dirigirse al otro. Al final del día, Luz fue a su casillero y se volvió a encontrar con la misma chica de literatura apoyada en el.

-Hola otra vez.

-Samanta ¿me dejas guardar mis libros?

-Solo si vas a la fiesta este fin de semana – dijo mientras se inclinaba sobre el cuerpo de Noceda – Será divertido. Se que este fin de semana no tienen proyectos en la fundación en la que haces voluntariado. Lo sé porque un amigo va contigo. Así me proteges de los monstruos – dijo para luego guiñarle el ojo a lo que la dominicana se sonrojo levemente.

-¿Es algún tipo de broma? – la chica se descolocó un poco por esa pregunta. Luz miró a su alrededor y se dio cuenta de que a lo lejos había un grupo de chicos mirándolas – No seré parte de sus juegos – apartó con cuidado a Samanta y cuando pudo meter sus libros en el casillero se fue. Aún tenía que llegar al hospital donde trabajaba su madre. Iba a leerles a los niños que estaban hospitalizados. Justo como lo hacía Amity en la biblioteca


En el asta bandera había una persona observando todo. Miraba como la morena se iba sin mirar atrás. Mientras que el grupo de chicos que había visto Luz increpaba a Samanta por no haber logrado que fuera a la fiesta. Al parecer querían hacerle una broma para por fin bajarle los humos de la cabeza. Aquella persona se dejó ver y mostró a una mujer joven con un gato en su hombro. Esta mujer hizo un círculo con su dedo y un polvillo cayó sobre los chicos.


-Veamos si después de esto quieren seguir ensuciando la naturaleza. ¿No es verdad, Jazz? – el gato se mostró todo erizado y maulló molesto para demostrar que estaba de acuerdo – Luz Noceda no deja de sorprenderme.






























































¿Me concederias esta pieza? (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora