Un Destino Diferente (Danganronpa 2 & Lectora)

Capítulo 4.4: Mentirosa Definitiva

Salí de la habitación y caminé un poco por el lugar y en el camino me encontré a Meca-Nidai. Me acerque a él y entable una pequeña conversación.

—¡Hey, Nidai! — Me acerqué.

—¡Oh, hola compañera mía!

—Quería saber cómo has estado, ese cuerpo robótico se me hace muy curioso.

—Bueno, en realidad no puedo sentir cosas como el dolor o el hambre, pero mis emociones están intactas. Me sorprende lo que ha logrado Monokuma.

—Ya veo...Me alegro por ti entonces... Solamente quería eso, saber que estabas bien...

—Oye, actúas como si me fuera a ir mañana ¡Gahahaha!

—...

—...¿Estás preocupada por mi?

—S-si...Por todos en realidad, no se que pasará, por lo que quiero asegurarme de que todos estén bien en caso de que me vaya primero que todos.

—¡No debes preocuparte amiga mia! ¡Aunque me apague, en realidad solo estoy sin batería! Gracias por ser la cordura de este lugar, me alegro mucho de que no solo estés pensando en ti, normalmente uno se pone muy individual en estas situaciones...¡Y eso es terrible! ¡Es el primer error que se comete! ¡Para que un equipo llegue a la meta, todos deben estar unidos y trabajar juntos por el propósito que todos tienen en común!

—...Ahora soy yo la que debe estar agradecida...—Levanté mi puño. —Nos vemos, Nidai...— Él me miró confundido pero luego levantó su puño y lo golpeó con el mío.

—No se que te esta pasando, pero un simple golpe de puños no basta. — Repentinamente envolvió sus brazos alrededor de mi y me abrazó, solo para momentos después lanzarme por los aires.

—¡Whaaaaaa! ¡Nidai! ¡Detenteeee...! — Me estaba lanzando por los aires una y otra vez mientras él sacaba una gran carcajada.

—¡Gahahaha! —Luego de unos segundos de gritos y risas él finalmente me dejó ir. — Recuerda mis palabras amiga mía. En equipo siempre lo lograras todo. Nos vemos.

Palmeó mi espalda y se alejó del lugar, cuando dobló a una esquina escuché un pitido en mi ElectroID, había completado la ficha de Nidai...

—¡Nghh...!

No pude aguantar más en ese momento, y las lágrimas que tenía guardadas ahora descendían sin control. Las había acumulado con el pasar de mi estadía...

Llevé mis manos a cara e intenté limpiarme las lagrimas, pero estas no tenían un fin...Me había despedido de Nidai para siempre, él inocentemente se despidió de mí... Esto es muy doloroso, me siento como si un niño hubiera muerto. Aunque Nidai no era un niño, era un personaje ficticio, aún así sentí como esta despedida tocaba lo más profundo de mi alma. Quería a Nidai, es un amigo demasiado especial y ahora no lo volvería a ver y mucho menos cuando salga de este lugar.

—Ugh... Nekomaru... lo siento... No he podido darte un final diferente...

Limpié mis lágrimas como pude y me senté en una de las esquinas que tenía mesas y mas cosas. Tenía hambre y ahora estaba deprimida, nunca antes había tenido este tipo de presiones y responsabilidades, es como si mandaras a un estudiante naval de dieciséis años a la guerra a pelear contra un país de primer mundo.

Así me sentía, pero a pesar de que siempre me lo repito...me estoy tomando esto demasiado personal, pero es difícil no hacerlo cuando puedes interactuar con todos y cuando quieras, y lo peor, cuando tienes emociones.

Pasaron un par de minutos y estaba intentando ignorar el hecho de que mis dedos se veían más delgados y que la garganta me dolía cada vez que intentaba tragar. Cerca mío estaba la Sala Mortal, se veía demasiado tentadora de entrar a pesar de que yo ya sabía que no encontraría nada ahí adentro...Excepto la verdad sobre la estructura de la Casa de la Risa y los documentos.