Cuando él se disponía a salir al agarrar su maletín que se encontraba sobre la pequeña mesa se le cayó la invitación a la conferencia de la oficina federal de At Fer Tem, recordando la interrogante si asistir o no. Se preguntaba si hay una diferencia ahora que conoció a Arimetea. No quería negar que fuera divertido estar juntos compartiendo anécdotas de la niñez, hablando en conversaciones casuales sobre la medicina forense y una que otra vez sobre las parejas que tuvieron. Tampoco negaría que por alguna extraña razón su corazón se aceleraba cuando pensaba en Arimetea, pero una conferencia indicaba poder encontrase más contactos para un trabajo estable.
La conferencia se llevaría a cabo en unas dos semanas a lo mucho. Decidió llevarse la invitación con él, después de clases se vería con Arimetea para tomarse algo o quizás comer algo por allí.
Terminando las clases todavía indeciso si asistir o no, se dirigió a la pequeña cafetería que se encontraba cerca para pensar que le diría a ella esta vez pero al entrar la vio sentada conversando con un chico que no dejaba de sonreírle.
Este era rubio, lacio, de cabello corto, de ojos azul noche. Vestía elegante y se veía cercano a ella.
No sabía si seguir detenido allí o era mejor retirarse o acercarse. No le gustaba sentirse tan indeciso, no era algo normal en él…pensó que eran amigos así que sería normal que se acercara para saludarse y así se presentarían, luego de unos segundos esa posibilidad no le agradaba, era mejor retirarse y esperarla en el lugar acordado.
No le gustaba sentirse un entrometido aunque no lo fuera. Esperó sentado con la invitación entre las manos hasta que a lo lejos vio acercarse a Arimetea. Se preguntaba si ella se había dado cuenta de su presencia en aquella pequeña cafetería. Lo importante ahora es hablar sobre el tema de la invitación se dijo así mismo para cambiar de tema y no pensar en cosas que al paso del tiempo serian unas nimiedades.
-Perdón por la tardanza estaba conversando…-
-No te preocupes-dijo interrumpiéndola-no has llegado tarde sino es que he llegado demasiado temprano-
-¿De verdad?-preguntó sorprendida-porque ya han pasado como treinta minutos de lo acordado-
-Ah….eso… ¿Nos vamos?-
-Tengo que hablar contigo sobre algo importante-
-Está bien…quería decirte lo mismo-
Caminaron un buen tiempo esta vez Arimetea era la que más hablaba sobre cualquier fruslería que se le viniera a la mente o lo que veía al caminar. Después de tanto tiempo decidieron ir a comer al nuevo restaurante que había abierto. El almuerzo fue algo extraño para ambos ya que el ambiente parecía un poco tenso.
Divagando de un lugar a otro llegaron hasta la playa donde se conocieron. Sentados ya cerca al mar, ella comenzó la charla.
-Has estado muy callado Dyl-lo dijo como reclamándole con tristeza, recordando que a ella le gustaba abreviar su segundo nombre: Dylan.
-Arimi...es solo que hoy no ha sido un día muy bueno- lo dijo tratando de esquivar su mirada
-¿Me vas a decir por qué no fuiste a saludarme en el café?-le preguntó sin tanta intención de atosigarlo.
-¿Me viste?-preguntó tratando de que no se le saliera una sonrisa. Ella afirmó con la cabeza-no quería sentirme un entrometido parecía una conversación de verdad interesante-
-Se llama Gadareno y es mi mejor amigo, lo conozco desde muy muy pequeño…bueno nuestras familias son cercanas. Solo le llevo unos meses…pero eso no era lo que quería decirte...-
-¿Entonces?-preguntó curioso y esta vez se lo dijo mirándole el rostro.
-Tengo una invitación para una conferencia de la oficina federal y estaba pensando si asistir o no…-se detuvo como esperando una respuesta, lo cual fue comprendido por Neil perfectamente