Neil se encontraba en su sala bebiendo un poco de café hecho con mucho orgullo por él mismo. Revisando unos documentos en la laptop y haciendo otros documentos para enviarlos a su jefe, cuando en eso le llama la atención una carpeta que llevaba por título” Tú”. Al abrirla aparecieron fotos que se tomaron Arimetea y él en uno de sus viajes para verse después del trabajo.
Y una de esas fotos solo se encontraba Arimetea sonriendo como era normal en ella, se quedó allí contemplando la imagen pensando porque su corazón no dejaba de acelerarse cada vez que pensaba en ella. Sentía que el corazón se le saldría del pecho hablándolo hipotéticamente. La había conocido en esos tres años y aun sentía que le faltaba por conocer aún más de aquella mujer del cual él admiraba y respetaba.
Con todo lo que ella podría haber pasado, con aquel incidente que realmente hizo que él pudiera ver su lado que ella no mostraba tan fácilmente.
Se recostó cómodamente en el sillón y cerró los ojos y pensando si sus sospechas eran ciertas: que a él le gustaba ella.
Y si fueran reales esas sospechas le daba tanto gusto y a la vez miedo de que si le decía algo al respecto el ambiente se tornaría raro y diferente. Aunque-pensó él-a Gadareno también le gusta Arimi y a pesar que le dijo respecto a sus sentimientos siguen siendo amigos, y los mejores, pero no creo que le pueda sonreír si me dice que le gusta otro hombre. La vida se trata de decisiones diarias y que incluso no decidir ya era una decisión. La decisión de confesarle sus sentimientos no era algo de pensarlo tanto, pero tampoco de tomarlo tan a ligera.
Respiro hondo, tratando de calmarse y preguntándose que si ella lo aceptara pasaría lo mismo que en sus otras relaciones: que lo terminaran por falta de tiempo de verse. Inmediatamente después que pensó aquello se rio de sí mismo al haber dicho tal tontería. Sus relaciones de ahora no tendrían por qué basarse en experiencias del pasado, no tenía por qué cerrarse por experiencias como esas.
En una de esas mañanas en lo que todo parecía normal, pero había algo en la que el día de hoy la haría distinta a todas: confesar sus sentimientos a Arimetea Gandara.
Pensando sobre ello se ponía nervioso y hacia que su corazón latiera muy rápido y su respiración se acelerara.
Se encontraría con ella después de que ambos vieran unos asuntos en las oficinas la Embajada Intermediaria por asuntos de sus residencias.
Sentado sobre una de las bancas de la plaza esperaba a que llegara ella. Ahora que recordaba era él quien siempre esperaba a que apareciera, y la mayoría de veces tarde. Una vez le preguntó cómo hacía para llegar puntual al trabajo y ella le respondió: Ah…solo me digo que la reunión será más tarde…por ejemplo tengo reunión a las 8:00am y me digo que es a las 7:00am así de sencillo y luego soltó una risilla.
Cuando decide entrar al café del frente para refrescarse la garganta al abrir la puerta se halla con la sorpresa que Arimetea salía de ahí con dos vasos de café en las manos. Los dos se quedaron allí mirándose, ninguno de los dos decía algo respecto sino fuera por otro cliente que quería entrar también no se abrían movido en mucho tiempo.
Para no molestar a nadie decidieron a irse a caminar por allí y la mayoría de las veces terminaban por ir al lugar en el que se conocieron a mirar el mar y los atardeceres.
-Hoy llegaste temprano-le dijo tratando de decir algo coherente con lo nervioso que se encontraba-
-Mmm…he terminado rápido mis diligencias…ya que…quería decirte algo-
Neil notó que su rostro se enrojeció ligeramente pero pensó que sería cosa suya por estar nervioso.
-¿Decirme algo?-preguntó curioso.
-Estoy muy nerviosa…así que no te vayas a reír de mí por ello…-respiró hondo y se sostuvo del cuello de él con las dos manos para apoyarse y poder inclinarse. Y él sintió los suaves que eran sus manos y más suaves aun sus labios que descansaban sobre su enrojecida mejilla.
Se apartó lentamente. Ella estaba ante él tan ruborizada como él.
-Dyl…me gustas… me gustas mucho y quería saber si tú quieres empezar una relación de pareja conmigo-
Neil sonrió y le dijo: ¿No se supone que yo tendría que decirlo?-él sostuvo su rostro entre sus manos y acercó su rostro al de ella para decirle: Arimi también me gustas mucho.
Y ella al escuchar esas palabras con sus brazos lo rodeó y se acomodó en entre los de él.
Un mes después a ambos les habían llegado noticias de vital importancia por parte del director de la Oficina Federal.
A Neil le cedían el cargo como director por sus eficientes trabajos de investigación y sus resultados asombrosos en todo lo que hacía. Mientras que a Arimetea le nombraban directora de Servicios Internos por su gran capacidad para manejar las cosas y asuntos federales.
Los dos estaban realmente felices por las noticias a pesar de que sus lugares de trabajo se encontraban relativamente lejos. Para las reuniones que se organizaban se verían y para salir y pasear.
Ambos decidieron mantener su relación en secreto. Los únicos que sabían de ellos eran por parte de Arimetea: su hermana menor y su mejor amigo; y de parte de Neil: su primo al que consideraba como un hermano.
Así ambos después de un buen tiempo decidieron unir sus vidas y ahora viven en una casa amándose uno al otro.
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*Note que el título no tenía mucho que ver con la historia pero de igual forma no la quise cambiar. xDDDD
*No he querido alargarla tanto así que decidido cortarla, pero de igual forma lo que no lo escriba aquí lo hare en la misma obra de procedencia: Borunja.
*Me ha gustado mucho escribirla a pesar de que me hacía cabezona en algunas partes jejeje.
*He tratado de mantener la historia solo enfocados en estos dos personajes que me gustan mucho.
*Me rompí la cabeza pensando en un final y terminé por decidirme por hacer este tipo de final.
*Creo que ha estado algo cursi y me hice un lio con la edad de los personajes ya que tenían que entablar a lo establecido.
*Gracias por leer y espero que les haya gustado.
*Con respecto a Borunja es una obra que está en proceso en la compu y la publicaré cuando siente que esté terminada.
*Dejen comentarios, quejas, sugerencia o nada como prefieran.
