-Capítulo 1 - "El comienzo de todo"

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Siempre quise dormirme para soñar y escapar de la realidad, pero me di cuenta de que la realidad no cambia, tú eres quien tiene el poder de hacer el cambio. Tienes que llegar a saber porque estás aquí y sé que es un proceso difícil y doloroso, pero al final encuentras tu lugar con las personas adecuadas e incluso a veces no te hace falta nadie, solo la música y tú.

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-¡Ariana, date prisa que llegamos tarde!- Me grita mi madre desde la entrada de casa.
-Ya voy.- Digo alzando la voz mientras en mi tono se nota una mezcla de tristeza y emoción. Agarro mi maleta de color turquesa llena hasta arriba de ropa, aunque llevo dinero para comprar todo lo que necesite allí. Doy unos pasos hacia atrás mientras observó mi pequeña habitación decorada con pósters de 1D y de todo tipo de series. Un pequeño suspiro se escapa por mi boca mientras cierro la puerta.

Casi sin darme cuenta ya estamos en el aeropuerto. Mis dos hermanos Carla y Neizan me han estado haciendo reír durante todo el viaje. Neizan es 2 años más pequeño que yo, tiene 14 es rubio con los ojos azul verdoso, bastante alto para su edad y cuenta con alguna peca adornando su cara es un chico bastante popular y divertido aunque a veces demasiado molesto para mi gusto, en cambio Carla es 1 año mayor que yo, es muy morena comparada con Neizan y conmigo, tiene el pelo largo y liso unos ojos marrón oscuro bastante grandes y unos hoyuelos aparecen en su cara cuando sonríe y por último yo, soy bastante bajita (eso lo heredé de mi madre) mi pelo es bastante liso y pelirrojo a la vez, mis ojos son de un azul bastante claro y también tengo alguna peca como Neizan.

Es hora de la despedida con mi familia, alguna lágrima resbala por mis mejillas por alejarme de ellos, siempre hemos estado muy unidos.
-Cumple tu sueño Ari se muy feliz, te quiero.- Dice mi hermana mientras su voz es bastante rota debido a la tristeza. Asiento y le doy un abrazo a toda mi familia. Es el momento, me doy la vuelta para andar dirección a mi vuelo mientras mi familia me observa con tristeza y alegría a la vez.

Decido ponerme mis airpods para impedir q las lágrimas sigan cayendo por mis mejillas. Mi fuerza de voluntad impide que gire la cabeza para dar un último vistazo a mi familia. Finalmente entro en el avión y me acomodo en el asiento más cerca de la ventanilla, estoy mirando por la ventana cuando de repente noto un ligero aliento cerca de mi nariz.

-Hola.- Me saluda una voz dulce pero firme y segura a la vez.

Me giro levemente para observar a la persona que está sentada a mi lado, es una chica de más o menos mi edad, tiene el pelo rubio y recogido en unas trenzas de boxeadora que le favorecen mucho, cuando sonríe le aparecen unos ligeros pero bonitos hoyuelos en su ovalada cara, sus ojos verdes son muy llamativos y el eyeliner que lleva hace que destaquen aún más, lleva puesto una camiseta blanca junto con una chaqueta negra y bastantes collares decorando su cuello combinado con unos pantalones negros bastante anchos.

-Hola.- Le digo amigablemente mientras le dedico una cálida sonrisa.
-No había más asientos libres siento si te molesto.- Dice con cierto tono de incertidumbre.
-No tú tranquila, no pasa nada.- Comento alegremente para que no se preocupe y hacerla sentir cómoda.

Gracias a ella el viaje ha transcurrido súper rápido, se llama Ava, Ava García, también es de España y además tiene mi misma edad, 16. También va de intercambio como yo, por lo que me ha dicho vamos a ir al mismo instituto, estoy contenta porque ya conozco a alguien que no sea mi familia de EEUU.

Antes de bajar del avión me da su número de teléfono para poder hablar hasta que empiecen las clases, nos despedimos con un abrazo y cada una va a buscar a su familia.

Estoy buscando por todos lados a ver si alguien tiene algún cartel con mi nombre o algo parecido, hasta que a lo lejos una mano me saluda mientras qué en la otra sostiene un cartel con mi nombre. Hay mucha gente así que no consigo ver bien, por lo que decido acercarme. Una vez cerca me doy cuenta de que sí es mi familia, ya que nos hemos enviado múltiples fotos antes de ir, nada más llegar nos damos un abrazo.

- ¡Ariana qué alegría verte!- Me dice Natally (mi madre de acogida) con entusiasmo. Y justo en este momento supe que no me iba a arrepentir de haber venido, lo intuía y mi intuición no solía fallar.

Después de una larga charla en la cafetería del aeropuerto con Natally y Candy ( mi hermana de intercambio que tiene 15 años) sobre como era mi vida en España y demás asuntos de papeleo sobre mi estancia en EEUU, llamaron a Natally, ella me lanzó una cálida sonrisa con la intención de que cuidara a Candy mientras se ausentaba un momento.

Tras un largo rato hablando con la dulce Candy, observé a Natally que parecía muy enfadada con la persona que se encontraba al otro lado del teléfono.
-¡¿CÓMO QUE NO PUEDES VENIR?!...Te dije que no quedaras con tus amigos, que nos vinieras a buscar.-
Decía, por lo que deduje que estaría hablando con su hijo Ryan, el cuál es un año más mayor que yo.

En poco tiempo Candy se dio cuenta de lo mucho que observaba a su madre y que quizá estaría asustada, así que interrumpió mis pensamientos con su suave voz, Candy era una chica morena con el pelo muy rizado y los ojos color avellana.
-Mamá no suele gritarnos de esta manera, y Ryan, bueno suele ser un buen hermano pero cuando esta con sus amigos, no parece él.- Me susurró con sus más sinceras palabras. Y como no sus amigos, bueno más bien su amigo, era el único capaz de convertir a los pequeños gatitos en grandes leones.

Pasados 5 min Natally se acercó a nosotras, disculpándose por haber tenido que presenciar aquella escena donde su lado más temido había salido a relucir; a lo que yo le ofrecí un abrazo como un gesto de comprensión hacia ella. Según me explico, cuando su hijo Ryan salió de la universidad en vez de venirnos a buscar, como le había prometido a su madre, se quedó con su mejor amigo, porque no tenía manera de volver a casa al haber estropeado la noche anterior su coche en una de esas fiestas dónde compiten por una chica, ya veis que tontería, o eso pensaba yo.

Cuando Natally se tranquilizó pidió un taxi que casualmente fue el de su hermana Lucy, una mujer muy liberal y con la misma amabilidad que Natally. Tras el transcurso del viaje; mientras yo miraba por la ventana todos esos paisajes de ensueño, ella me contó la cantidad de historias, casi sacadas de película, que ocurrían cada día en esta gran ciudad, la ciudad Cooperstown.

Nota de Autoras
Este es el primer capítulo esperamos que os guste mucho. Cualquier cosa dejarla por comentarios 🥰

Una Constelación NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora