Prólogo

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01-04-2018

5 horas antes del accidente...


Aria

Aquella noche Emily me escribió para salir a tomar algo, al principio no tenía muchas ganas, ya que no soy una chica muy de fiestas, pero conociéndola sabía que si no aceptaba no iba a dejar de insistir, por lo tanto después de un rato debatiendo con ella entre sí y no, decidí aceptar.

Tenía dos horas para arreglarme, ya que había quedado con Emily a las 21:30 para así no volver muy tarde, debido a que sus padres son muy estrictos. Opté por ponerme un vestido negro no muy ceñido pero aceptable, para no sentirme incomoda pero al mismo tiempo resaltar mi figura, y al tener un escote en V marcaba aún más mis pechos. Por la parte del maquillaje no demoré mucho tiempo, delineé mis ojos, me pinte de un tono rojizo los labios y como toque final me aplique rímel en las pestañas.

Guardé las llaves de mi coche junto al teléfono en mi bolso mientras acababa de atar mis tacones y peinaba rápidamente mi pelo con mis dedos. Me encaminé hacia casa de Emily, quien me estaba esperando en su puerta con un vestido rojo ceñido y su melena rubia recogida en una coleta alta.

-Joder Ari, vas a dejar sin palabras a Gareth esta noche- me dijo Emily con una sonrisa picara.

-¿A Gareth? - le pregunté.

-Ah si, no te lo dije, tenemos que recoger a Brandon y a Gareth porque se enteraron de que iba a salir contigo esta noche y se apuntaron- contestó sin importancia.

- En serio, pensaba que iba a ser una noche solo de chicas, es decir, solo tú y yo, nadie más- le dije un poco molesta por no haberlo comentado antes.

-Va, Aria, lo pasaremos bien, ya verás que será una noche inolvidable- dijo intentando animarme.

-Si, seguro- dije sin importancia y todavía molesta.

Al llegar a la puerta de la discoteca nos encontramos con un gran alboroto de gente y se podía escuchar la música de dentro resonando fuertemente. Esperando en la cola escuchamos que alguien nos llamaba:

-¡Aria, Emily!- este grito provenía de Eiren, una chica de nuestra clase.

-¡Erien, que casualidad! ¿Cómo estás?- le dije.

-Bien- contestó amablemente.

-Me alegro-le sonreí.

-Siguiente por favor- dijo el de seguridad interrumpiendo la conversación, dejándonos pasar por fin a dentro.

Habían pasado ya 2 horas y media, todos estábamos ebrios por haber jugado al estúpido juego de Verdad o Reto que propuso Emily. Me pasé toda la noche bailando con Emily y teniendo algún que otro acercamiento con Gareth pero no llegó a nada más. Llegó el momento de volver a casa, mientras subíamos en el coche, Emily me preguntó si estaba segura de coger el coche en mi estado y yo, no muy segura, le dije que no me habían afectado tanto las copas que me había tomado y que podía llevarlo.


Deiton

-¿Deiton, ya estás listo?- me preguntó mi madre mientras tocaba mi puerta.

-Ya te dije que no me apetecía salir a cenar hoy, mami- le dije con media sonrisa.

-Vamos cariño, hazlo por tu padre y por mí. Sabes que esto es importante para la familia y queremos que estés allí con nosotros- me contestó con cara triste.

-Está bien mami, sabes que por vosotros haría cualquier cosa, ¿verdad?- le dije levantándome de la cama.

-Lo sé, hijo, por eso te quiero tanto- me dijo mientras me abrazaba.

-Y yo a ti, mamá- le contesté abrazándola también.

Siempre he sido muy cariñoso con mi familia, me encanta pasar tiempo con ellos, si algún día les llegara a pasar algo me rompería en pedazos.

Terminé de arreglarme, finalmente me puse un tejano negro y una camisa de botones blanca, deje mi pelo al natural y baje al salón. Allí estaba mi madre con un vestido beige, guapísima igual que siempre, acompañada de mi padre que llevaba su clásico traje azul marino.

-Bueno, vámonos ya que al final llegaremos tarde- dijo mi padre cogiendo las llaves de su coche.

Solo llevábamos 20 minutos en el coche y papá ya nos había vuelto a explicar sus anécdotas de cuando él y el tío Zack estaban en la escuela.

-Y al tío Zack lo arrestaron durante dos días en el calabozo- papá rompió en carcajadas.

-Papa ya nos has contado esa historia millones de veces, pero no sé cómo lo haces que igualmente tiene gracia- dije yo riendo con él.

-Esa historia siempre me recuerda cuando Deiton golpeo sin querer a su primo y no paró de pedirle perdón durante días de lo mal que se sentía- dijo mamá riendo.

-Ya no soy así de blando mamá- dije frunciendo el ceño.

-Deiton, por mucho que tengas 20 años seguirás siendo nuestro niño pequeño adorable- dijo con voz infantil.

El resto del camino lo pasamos entre risas y anécdotas. Al llegar al restaurante se podía apreciar lo lujoso que era desde fuera, el camarero nos acompañó a la mesa donde se encontraba el jefe de papa con su esposo.

-Buenas noches, Señor Smith.- dijo papá mientras le estrechaba la mano.

-Buena noches, Señor Anderson.- dijo Smith.

- Este es mi hijo Deiton y mi esposa Daniel.- dijo mi padre mientras nos iba señalando.

-Encantado, te presento a mi esposo Arthur.- respondió amablemente.

-Un gusto conocerte.- dijimos los tres al unísono.

Durante la cena, estuvieron hablando sobre el puesto de papá, el Señor Smith le dio la gran noticia de su nuevo ascenso en el trabajo. Todos nos alegramos, ya que es algo que ha estado trabajando durante mucho tiempo para conseguirlo. Sobre las doce y media cogimos el coche para por fin volver a casa.


Lo que no sabían era que esa noche lo cambiaría todo.

Sensaciones entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora