"Los secretos nos unían mas que la sangre que corría por nuestras venas"
Entre secretos viven las mentiras y allí se encontró Sophie en su sexto año en Hogwarts, envuelta en ellos. ¿Su sangre o su deseo? Solo podía escoger uno de los dos.
"-Tomo lo...
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•(Pájaros Envidiosos)•
Una melodía contagiosa se repetía una y otra vez en mi mente. Era aquella qué mi madre nos ponía de niños a mí hermano y a mi, cuando no podíamos concentrarnos y la observabas dar vueltas por la casa con su varita en mano ordenando los desastre de James. La recuerdo con total claridad, cómo con un solo movimiento de muñeca provocaba que las luces bailaran por encima de mí, haciéndome reír. Figuras de luz bailaban entre ellas al ritmo de la música clásica que solía abundar en la casa. Mientras mi padre no estaba en ella, trabajando cómo siempre, la mayoría del tiempo.
Pero ahora aquellas imágenes solo eran recuerdos, que se reproducían en mi cabeza constantemente leyendo discretamente distraída la clase de aquel día, en Transformaciones.
Ciertamente pociones no era de mis materia preferidas, pero era solo el hecho de qué Transformaciones nunca se me había dado bien, era peor qué tener que soportar a nuestro profesor de pociones con sus constantes chistes incómodos en clase, aunque Slughorn era realmente comprensible.
Las clases habían comenzado abrumadoras. Los profesores estaban empeñados en darnos tarea hasta que nos salieran las palabras por las orejas, de todo lo único que realmente les importaba era que pasáramos los exámenes para los ÉXTASIS.
Aun con la mirada puesta sobre el libro de clases escuche el rechinar de la puerta de entrada y unas risas ahogadas. Volteé los ojos, no necesitaba levantar la vista para saber quienes eran.
-Tarde...- Replicó molesta la profesora Mcgonagall mientras se cruzaba de brazos- Otra vez - Escuche la débil risita de James cuando se ubicó en su sitio a un lado de Remus y observé como Sirius se dejaba caer sin reparo sobre la silla a un lado de Peter, para que este lo empujara con uno de sus codos- La próxima será motivo de castigo Señor Potter... y Black, baje los pies de la mesa, esto no es un burdel.
James volvió a reír y aunque parecía no querer hacerlo no se disipaba la atención sobre él. En mi caso era realmente abrumador qué James siempre se saliera con la suya, era el niño ejemplar claro y todo ello pasaba por encima el hecho de que era imprudente, mal educado y bromista nato, y sobre todo ello, lo último era lo mas peligroso.
James y Remus se encontraban un asiento delante de Lily y de mí, mientras que Sirius se divertía molestando a Peter a un lado nuestro.
-Oye- Un molesto susurro con esa voz divertida me provocó levantar la vista hacia mi mellizo.
Le sonreí molesta antes de hablarle.
-¿Se te ofrece algo?- mi sonrisa falsa se borró cuando la de James se ensanchó aún mas- Niño.
-Necesito que me prestes tu libro- Pronunció en voz baja y alargó la mano hacía mi banco.
