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Everybody knows it's coming apart
Take one last look at this Sacred Heart before it blows
Everybody knows...

。:*•.─────  ❁❁ ─────.•*:。

Al llegar a la cueva, Sasuke me esperaba.

— No veo a Itachi...

— Si Sasuke, estoy bien. Gracias por preguntar. - ignore su comentario y apoye mi cuerpo sobre mis rodillas, estaba cansada, pero me sentía con mas fuerza que antes— Itachi está ahí dentro.

— Me dejarás pelear con él, tú darás los golpes finales...

— Que honor... - fingí agradecimiento y comencé a caminar.

   Quizá no tenemos aún la mejor relación de hermandad que se haya visto en la vida; pero agradecía al menos que me dirigía la palabra.

~
  La humedad de la cueva me dejaba un plus a mi ansiedad, me estaba relajando y haciéndome sentir bien.

Aún que sea por unos minutos...

— ¿Por qué tardaste?

Pregunto Sasuke rompiendo mi burbuja de relajación.
Antes de contestar, fingí un bostezo, mentirle a un Uchiha es una fosa sin salida, y con mi hermano gemelo era cavar dos tumbas...

— En el camino llegue a un baño termal, y me encontré con Naruto...

No tenía caso mentirle en eso.

—  ¿Que tan lejos está de nosotros?

— Lo dejé inconsciente, tienes menos de dos horas antes de que llegue tu equipo... - hable cortada de la voz, realmente no podía fingir estar bien del todo.

— Ya no... pertenezco al equipo siete.

Aquello fue, extraño. Su voz quería quebrarse pero, sonó firme y seguro de sí mismo.
Cual quiera  que haya escuchado eso diría que el tipo carece de emociones y lo dice con odio puro .
Pero, yo pude oler sus emociones.
Y era claro que no estaba feliz.
    Me alegra que no conozca esa habilidad mía o ni siquiera intentaría hablarme.
En este punto, Sasuke está cegado por el odio y la venganza, y me es imposible no querer encajarme un Kunai de la impotencia...

     — ¿Puedes esperarme aquí? - hablo con voz baja.

— ¿Por qué susurras? - me sacó de mis pensamientos, lo mire confusa.

    — Está ahí... - señaló el trono, donde claramente, estaba nuestro hermano reposando.

Estaba con los ojos cerrados, justamente como lo dejé antes de irme a dar una vuelta completa; tuve que regresarme varias hectáreas atrás para disimular mi llegada tarde.

   Pero... algo estaba mal.

Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal, me erizo los vellos de mi brazos y el frío húmedo de la cueva se hizo cada vez más presente.

   — Sasuke... ese no es..

   Tarde. Nos encontró.

Mis reflejos fueron torpes y lentos, pues fui yo quien salió volando por la patada de Itachi, mientras que Sasuke había desenfundado su Katana contraatacando.

𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂: 𝑯𝑰𝑫𝑬𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora