Un padre y su hijo.

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Alguna vez, un padre ruso se preocupó por su hijo de tan solo un año de edad de alguna manera excesiva, claro, solo quería proteger a su preciado tesoro como si fuera un pirata con el constante pensamiento de que alguien vendría a arrebatarle su oro, tan grande era esa preocupación que no dejaba al menor en ningún momento solo, se tomaría todo su tiempo para convivir con su pequeño siempre, lo alimentaria, bañaría, cuidaría y amaría hasta el final de los tiempos. 

Con mucho trabajo y esfuerzo pudo conseguir estar a su lado durante ocho largos años, pues el más bajo era muy inquieto y astuto, siempre que se le escapaba de vista le daban tacocardios hasta que lo hallaba el la cocina intentando trepar la alacena para llegar a las galletas que estaban en un estante guardadas en un frasco tiernamente decorado por el infante.


-Joder, me sacaras el corazón de la boca, ¿podrías dejar de hacer eso? Deberías solamente pedírmelas, puedes hacerte daño si te caes, mi niño .—. Habló el mayor tomando por debajo de los brazos a su pequeño colocándolo de pie en el suelo para voltear al frasco y estirarse hasta ellas para así tomarlas y darle una al menor quien se pegó a sus piernas mimándose por ellas mientras agarraba la galleta.—. ¿Qué se dice? .-.

-Gracias, padre .—. Respondió dejando ver una sonrisa enternecedora a la vista del eslavo, este mismo alzó en brazos al más bajo dando una vuelta en su lugar divirtiendo al infante, este par de personas conformaban parte de una bonita familia, bueno, casi. 

No hablamos de la madre, ¿no?, Bueno, a igual que su esposo, él "papá" a quien nos referimos como "madre", también tenía in increíble amor por su hijo, lastimosamente, vive separado de él pequeño, pues se encuentra en un lugar donde no lo dejaran salir jamás... pero ¡Hey !, no es tan malo, el menor puede visitarlo cuando quiera junto a su padre.


-Padre, ¿Cuándo Mami vendrá a visitarnos a nosotros? .—. Preguntó el mas chico mientras jugaba con un oso de peluche del tamaño de un bebé, un regalo bastante bonito de parte de su bisabuelo. El adulto por un lapso de segundos mostró tristeza en su mirar pero rápidamente sonrió para acariciar la cabellera del pequeño para responder.

-jaja, bueno, aun falta mucho para eso, pero no te preocupes, tu siempre puedes visitarlo cuando quieras.—. En eso el mas bajo elevó los extremos de sus labios para correr a los brazos de más alto y con sus ojos estrellados le pidió ir en ese mismo momento, esta bella sonrisa se desvaneció al escuchar un no por respuesta, pues no era el mejor momento para salir, eso fue lo que no entendió.

-¿Entonces que significa "Cuando quieras", padre.—. Dijo en un tono de tristeza, el menor trabajo como su contrario se sorprendió, este no espera tal pregunta, pues tenía mucho sentido, quizás debió la frase "Cuando podamos" como respuesta, se llevó una mano a la nuca y pensó que podía hacer.

-Bien, mañana iremos a pasar todo el día con mamá, ¿Qué te parece? .—. Propuso a lo que el pequeño volvió a sonreír alegremente, eso alivio al ruso, esperaba que... que les permitieran realizar aquello, pues no quería que su niño se desilusionara si los corrían sin que haya llegado una hora nocturna .—. Bien, a dormir, que mañana debes ocupar todas tus energías para sonreír junto a mami.-.

-¡Si!.-. Exclamó con felicidad para ir saltando como una liebre a la cama, donde se acomodó para que su mayor tomará asiento en el borde de la cama y allí subiera las sábanas hasta sus hombros y acariciara sus cabellos, el menor no quería que su padre se fuera de su habitación conmigo, lo tomó de las prendas y murmuró "Quédate, por favor padre" el contrario soloió en corto para recostar su torso sobre la almohada del niño y usar su codo como soporte para su cabeza, lo miraría hasta que se durmiera .

...

-¡Despierta padre! ¡Ya es de mañana! .—. Gritó el mas bajo, quien golpeaba al eslavo con una suave almohada, el más grande se levantó de la nada algo paranoico, miró a su pequeño y se calmó, lo alzó para llevarlos al baño y que este se bañara mientras el prepararía el desayuno, el reloj de la cocina el cual marcaba simplemente 6 en... su bebé le recordaba a su padre cuando le pedía que lo despertara temprano...

Se tomó su tiempo para terminar su café y dejar el cosido con leche para el nene sobre la mesada y se sentó en el comedor abriendo su laptop para hacer una reservación en el lugar, el argecio salió del servicio completamente limpio, se acercó a donde estaba su taza para tomarla e irse a un lado de su padre para abrir su laptop del Rayo McQueen y escribir su nombre como todo un campeón.

La carta de Pica. ~. · º) Countryhumanos Rusarg Fanchild (º ·. ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora