𝐏𝐑𝐄𝐅𝐀𝐂𝐈𝐎

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Las lágrimas caen por sus mejillas y sus manos tiemblan al sentir la sangre correr entre sus dedos, no es su sangre, de hecho ni siquiera puede percatarse que esta arrodillada frente al cuerpo de la mujer peli negra, aún tiene pulso y jadea en sil...

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Las lágrimas caen por sus mejillas y sus manos tiemblan al sentir la sangre correr entre sus dedos, no es su sangre, de hecho ni siquiera puede percatarse que esta arrodillada frente al cuerpo de la mujer peli negra, aún tiene pulso y jadea en silencio; sus manos recorren su cuerpo con aquel majestuoso brillo verde que puede salvarla sin embargo, para su pesar no puede hacerlo pues su corazón había sido perforado por una filosa catana. Mira esos profundos ojos negros y ve la familiaridad en ellos, parecen tan vivos que un nudo se forma en su estómago y las gotas de sal corren virtuosas hasta descender por su cuello. La mujer una vez más le observa desde el piso y proclama piedad, una piedad que tarda en llegar, que no está dispuesta a entregar porque ella es una ninja médico y va en contra de toda tortura física.

—Por favor —dice la mujer en un susurro apenas audible, y arrastra su mano para poder tocar sus manos, son frías y están húmedas por la sangre.— Cui... da a ... Sasuke ... e ... Itachi ...

—No hables, pronto te recuperarás —menciona ella tomando fuertemente la mano de la mujer no obstante, es una mentirosa que miente, que conoce la verdad y sabe que son los últimos minutos de aquella hermosa mujer. No la conoce, sin embargo puede sentir su amor de madre en el nombre de sus hijos y ver que era una mujer tan admirable que su pecho se comprime al no poder conocerla.— Ellos estarán bien... —intenta sonar lo más convencida posible.

Pero falla. Una y otra vez.

Sabe que es verdad, fallará tantas veces como es posible. Porqué ella, una simple kunoichi que no podrá detener tan horrible acto lleno de maldad.

La mujer frente a ella le mira y es entonces, que sus grandes orbes oscuros como esa noche, pierden la gran llama de vida que había en ellos, sus ojos le miran directamente y siente que el oxígeno se escasea con cada segundo. Ya no hay ruido, sólo un inmutable silencio tan profundo que parece la muerte misma. Con el estómago en la boca y un llanto mudo, después de interminables segundos se permite temblar y el pequeño cuerpo que se aferra a ella le voltea a ver: es pequeño y sus cabellos negros le pican el abdomen, el niño tiembla y se permite abrazarlo con firmeza y acariciar su mejilla, el pequeño le observa con temor y con tristeza, la vida en sus ojos de ha ido y ahora solamente hay odio, y una melancolía difícil de poder reemplazar. 

Lo abraza con tantas fuerzas y se promete en silencio que nadie debe lastimar a ese niño inocente.

—Estarás bien, Sasuke. Lo estarás, no pasa nada...

Mentira, mentira, mentira. Han exterminado a su clan.

—Ino... —Susurra el pequeño mientras esconde su cabeza en el cuello de la chica y pasa sus brazos alrededor de este, aún tiembla. Y por primera vez, comprende el sufrimiento de un Uchiha.— No me dejes...

El niño deja caer su cabeza, dando paso a la inconsciencia. Permitiéndole descansar en su hombro y dándose un tiempo para observar la escena con más precisión. Los cuerpos de Mikoto y Fugaku Uchiha están en el suelo en un charco de sangre. Siente el dolor de ellos y no de forma metafórica, su pecho duele y siente como si vida se da paso entre sus manos, siente que se está yendo pero, no puede y no quiere, hay un pequeño niño de ocho años pidiéndole ayuda. Lo mira de reojo mientras carga su débil cuerpo, es tan precioso que apenas y recuerda tan horrible escena.

𝐔𝐓𝐎𝐏𝐈𝐀 | 𝐢𝐭𝐚𝐢𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora