XIII-II

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Sus labios sobre los míos, la sensación que provocaban era indescriptible. La suavidad de estos, la dulzura de su boca, y la profundidad con la que me besaba era embriagadora. Sin embargo, la realidad era que esta se convertía en la primera vez en que nos besábamos realmente. Por eso, además de una total falta de familiaridad física, también hubo cierto vacío que generó un momento de tristeza, porque mi mente quería buscar similitudes, y posiblemente hubiese caído en esa coincidencia con cualquier otra cosa que no tuviera que ver con Race. Era así, cualquier otro toque después de ese beso, sería diferente. ¿Todo ese tiempo donde me decía, me convencía que volvía a sentir lo mismo, no era así, porque ahora todo era rea?

A pesar de eso, por esa fracción de tiempo, no importó, porque simplemente recaí en ese instante y lo disfruté, pese a las dudas y preguntas que perduraban en la punta de mi lengua.

Llevé una de mis manos a su nuca, y acaricié su cabello mientras profundizaba el beso, pude sentir una de las suyas sobre mi mejilla, y la otra apoyada sobre el colchón para que su peso no recayera completamente sobre mi cuerpo. Nuestras piernas estaban enredadas, y el sentir esa calidez viniendo de él, me reconfortó como ninguna manera.

Abrí los ojos cuando nos separamos por falta de aliento, y esa visión de él sobre mí, solo siguió nublando mis sentidos. Pestañeé varias veces, tratando de comprender la situación, su acción, era extraña. En realidad, solía ser bastante abrupto pero estábamos hablando con seriedad, ¿qué ocurría entonces?

Tragué saliva, con algo de nerviosismo, puesto que era demasiado difícil, unir ideas mientras sus labios estaban tan cerca y esos ojos transmitían tanto. Mi mente no podía despejarse ante la necesidad de volver a tenerlo.

Quise hablar, para preguntarle exactamente porqué, pero negó con lentitud, apenas fue perceptible el movimiento, pero una vez más lo entendí. No quería que hablara.

¿Por qué?

<<Alguien nos estaba escuchando>>

Esa sola idea, o posibilidad, me congeló la sangre, porque cuando estaba diciendo sobre la posibilidad de que hubiese algo que nos pudiera ayudar, que podía existir esa memoria que era tan importante, me calló.

<<¿Era por Azael? ¿Por Zoe? Pero él confía en ellos.

¿Qué era entonces? ¿Ann? Pero ella casi no hablaba>>

Entonces lo recordé, aquel pensamiento que tuve cuando llegamos, había sido olvidado debido a la calma y seguridad que me habían transmitido sus palabras, sobre que nadie nos molestaría, que estaríamos seguros.

¿Estuvimos seguros en algún momento o solo quisieron hacerme creer eso?

<<¿Qué y porqué no me dijeron? ¿Entonces no confiaban en mí? >>

Mantuve mi vista en Race, esperando que dijera algo que confirmara completamente, quería que solo fuera una confusión, que mi imaginación me jugara una broma absurda.

Tenía mucho miedo.

Mis labios temblaron, aquella dulzura había desaparecido y fue reemplazada paradójicamente con una amargura que me resecó la garganta.

<<¿Y ahora? >>

(Autora: Pues, síganse besando. Ok no jajajja)

Volví a removerme, pero Race me detuvo por un momento. Mi corazón latió como loco mientras apoyaba su otro brazo al lado de mi cabeza, atrapándome por completo.

El infierno de Lilith| 2 | Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora