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El pequeño japonés con sueño pesado cubre su pancita con la fina sabana cuando sintió que pateó mucho para que está descendiera de su pecho a sus muslos, sus ojos se mantenían pegados y su cabeza seguía estaba en estado somnoliento, por ende sin tanto intentar volvió a ceder ante el sueño, pero, de la nada, siente unas ligeras pisadas sobre sus costillas -ya que yace acostado de perfil- y sus ojos no pudieron abrirse más del terror, rápidamente empujó la sábana y salió de un salto de su cama individual, si se trataba de una araña o tarántula estaba listo para entregarle las llaves de su casa ya que él no viviría con un pequeño mounstro que lo quiere matar, o al menos él piensa eso. Su temerosa mente cayó sobre sí cuando escuchó en aquel silencio de suspenso el maullido en forma de quejido que la pequeña gatita que se le había olvidado que ahora convivía con él soltó, se disculpó varias veces en voz alta mientras que sus manos automáticamente rodeaban el cuerpito tendido en el piso de la pobre gatita que no merecía ser lanzada.

Como pudo abrió la puerta de su casa y cegado por el lloriqueo de la gatita corrió hasta la casa de su vecino, estando seguro de que éste lo regañaría por haber olvidado cerrar la puerta de su habitación.

Toc, Toc, Toc.

Esbozaba la puerta cuando Shotaro la golpeaba con sus temblorosos nudillos, estaba nervioso por no dejar de pensar que había lastimado gravemente a la pobrecilla que yacía dormidita en sus inquietas manos pegadas como dos chicles para no volver a lastimas a Dai con una posible caída si no la sostenía bien.

- ¿S-Shotaro hyung?. -Pregunta Jung abriendo la puerta mientras que sus ojos cafés se mantenían apretados.

- S-Sung-Sungchan... D-Dai, l-la lastimé y-y podría dejar d-de res-respirar... -Informa nervioso con los ojos apretados para no ver la expresión enfadada que eventualmente Sungchan le mostrará.

Los ojos del mencionado se abrieron con inseguridad y, antes de tomar a Dai en las propias, acarició un poco el dorso suavecito de las manos de Shotaro para proporcionarle seguridad, levantando de a poco a la dormitativa Dai que se acomodó mejor en la gran palma de Sungchan antes de volver a intentar dormir.

- L-Lo siento mucho, yo... la olvidé y-y no cerré la puerta... pensé que era una araña. -Explico aún inseguro dejando que Sungchan rodeara su muñeca con sus dedos antes de ser encaminado hasta dentro de aquel hogar.

- No se preocupe hyung, no estás acostumbrado a convivir con algo a lo que le tienes alergia, comprendo eso. -El tono tranquilo adrede de Sungchan apaciguó un poco sus emociones hechas un manojo de nerviosismo, el alto chico sentó al pequeño japonés en su sofá y seguidamente tomó asiento a un lado de éste, dejando que la curiosidad de Osaki invadiera su espacio personal para ver mejor cómo inspeccionaba a la pequeña Dai.

Sungchan paseo su dedo índice por todo la anatomía de Dai y frenó en su costilla derecha haciendo un poco más de presión cuando sintió a la gatita removerse, comprobó que allí le dolía cuando segundos después chilló agudamente.

- Lo lamento tanto. -Murmuro Shotaro alejándose un poco de Sungchan para no incomodarlo, éste en cambio sonrió amigable y restó importancia con un pequeño negar de cabeza.

- De seguro la has mandado a volar utilizando tu pie. -Concluyó Sungchan dejando a la gatita dormir en su muslo, manteniendo sus manos cerca por si acaso.

- No..., sentí sus patitas en mi costilla y pues empujé la sabana con mi brazo... ydesegurolediyselerompióunpulmón. -Shotaro mordió su labio inferior luego de terminar la última frase con rapidez.

- Bsjdjd, que lindo, pero así no funcionan las cosas Shotarito. -Hizo un sonido raro y entre ligeras y leves risas acarició con cuidado las hebras marrones del cabello de Shotaro. El chico se sonrojó por la vergüenza y no lograba hacer un contacto directo con los ojos achicados de Jung en una sonrisa.

- ¿Por qué el "Rito"?. -Pregunto curioso sin querer que el silencio los invadiera, mientras que sus dedos jugaban posadas en sus rodillas.

Sungchan sonrió tímido y dirigió su mirada a Dai para no cruzarla con la de Osaki. -Porque te pareces mucho a Rito de Winnie Pooh. -Explico con un ligero tono de voz y el color en las mejillas de Shotaro aumentó un pequeñín más, pero está vez no era por la vergüenza.

- Uhm... ¿tú quieres que Dai se quede conmigo?. -Agregó luego de un silencio tímido por parte de ambos, intentado no olvidarse de la pequeña que los había unido, por así decirlo.

- No quisiera golpearla de nuevo... -Confeso nervioso.- ...p-pero podría-.

- Está bien Shotaro hyung, no quiero que estés concentrado en no lastimarla y no puedas descansar bien, aunque dudo que lo hagas ahora, igualmente hoy por la mañana la llevaré a mi trabajo para ver si la aceptan... -Confeso Sungchan con seguridad acariciando la cabecita anaranjada y la pancita blanquita de Dai, Shotaro titubeó entre hacer lo mismo hasta que Sungchan volvió a interrumpirlo.- El dueño del alquiler realmente es quisquilloso con no tener animales aquí porque es alérgico... a los gatos, pero creo que por la seguridad de ambos pequeñines tendré que aspirar y limpiar bien las zonas donde Dai dormirá. -Agrega aún sin mirar a Shotaro, causándole un leve sentimiento de calidez en su corazón con mucha adrenalina.

- ¿Quisieras ir a llevarlo conmigo o sólo quieres dejarlo aquí y ya?. -Pregunto neutro sin querer que Shotaro crea que está pensando mal de él.

- Tengo clases por la mañana... pero si me dices dónde queda el lugar tal vez podría ir a verla.

- Te mandaré la ubicación cuando esté allá, pero u-uhm... ¿podrías anotar tu número en mi teléfono?. -Pregunta en un tono bajitoy Shotaro asiente rápidamente con una sonrisa, tomando el teléfono de Jung cuando este se lo tiende.

- ¡Vaya!, son las dos de la madrugada, lo siento Sungchannieeee~. -Alarga queriendo sonar más infantil pero igualmente de otro modo la sonrisa de Sungchan aparecería en instantes.

- Me gusta tu fondo de Sally, a mí también me encanta ese patito. -Shotaro afirma y devuelve con una sonrisa sincera el aparato a su respectivo dueño.

Un silencio fue la respuesta de Sungchan y posteriormente la se Shotaro, un inigualable silencio donde ambos miraban a Dai durmiendo plácidamente en las piernas de Sungchan, y con delicadeza Shotaro se atrevió a elevar su mano de su rodilla para tocar a la gatita, total ya la había cargado para traerla junto a Jung, pero, su visión cambia de repente y antes de frenar su mano ya la había encimado al dorso de la de Sungchan, realmente no había notado cuando el menor la había puesto en la espalda de Dai, pero ahora lo único que sabía era que en esos pequeños segundos donde mantuvo su palma encima de la mano de Sungchan su corazón se había detenido mientras que sus ojos rápidamente conectaban fijamente con los del menor.

- ¡Creo que llegaré tarde a la universidad!. -Se excusó rápidamente Shotaro quitando su mano de la de Jung como si el contacto le hubiera dolido.- Buenas tardes Sungchan que duermas bien. -Se levantó del sofá e hizo varias inclinaciones en una despedida cordial pero apresurada y nerviosa.

Pero a la hora de dar un paso Shotaro tropezó con el pie de Sungchan y antes de hacer el total ridículo frente a su vecino -¡menor que él!- sintió la mano de Sungchan atajar con fuerza su antebrazo impidiendo que cayera, haciendo un movimiento brusco que despertó a Dai.

- Tengo que almorzar. -Balbuceó nervioso Shotaro cuando Sungchan lo soltó murmurandole que tenga más cuidado y, casi como si de una emergencia se tratase, salió corriendo de la casa del menor a la suya sin mirar atrás para despedirse, porque sinceramente se le caía la cara de vergüenza con tan sólo repasar todo el ridículo que hizo frente a Sungchan. Sho-payaso-taro se auto-proclamó.

Y con aquella vergüenza/timidez echando raíces en su interior, se recostó boca abajo en su cama tratando de hundirse con ella por su peso.











































Sho-rar es lo que hará, ah.

一 Street Cat. "Shochan"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora